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sábado, 30 de julio de 2016

Manual para mujeres de la limpieza. Lucía Berlin



Manual para mujeres de la limpieza
Lucía Berlin

Procuro no presumir de lo que ignoro y la verdad es que, hasta ahora, desconocía completamente quién era Lucía Berlín. La descubrí al preparar la web en la que he colocado los libros recomendados para este verano.
Sobre todo me atrajo la anotación de la Directora Literaria de Alfaguara María Fasce y espero que a vosotros también os despierte el apetito de leerla:



La primera vez que leí Manual para mujeres de la limpieza, sin parar más que para comer, un fin de semana lluvioso hace dos años, en el manuscrito que la editorial Farrar Straus & Giroux preparaba para la edición, me emocioné por varios motivos. Porque me parecía increíble que esos cuentos dolorosos, hermosos y llenos de humor negro, hubieran pasado casi inadvertidos para sus contemporáneos (Berlin murió en 2004, el día de su cumpleaños), y porque en el mundo de la edición aún era posible hacer justicia y descubrir, en esta era de hipercomunicación mediática y globalización, un auténtico tesoro que estaba allí, como la carta robada de Poe.
Más de un año después, la publicación americana e inglesa daba pie a portadas de suplementos literarios (con las bellísimas fotos de esa mujer que lo había sido todo enfermera, mujer de la limpieza, maestra, alcohólica, cuentista magistral y el libro se alzaba como uno de los mejores libros del año en todos los medios. Siguieron las subastas por los derechos, y las grandes páginas de La Vanguardia y El País, que se adelantaban al fenómeno en España y ponían a Berlin al mismo nivel de Carver y Bukowski.
Me emociona ahora también descubriros este libro. Y os envidio: envidio ese momento mágico (¿podemos pasarnos años esperándolo?) en que empiezas a leer las primeras páginas y entiendes que estás ante un nuevo clásico.


Efectivamente, cuando lo lees te das cuenta que lo que escribe esta mujer tiene tanta fuerza que no puede ser únicamente fruto de su imaginación. A la fuerza eso lo tiene que haber vivido el que lo escribe.

Los consejos que da a las mujeres que han de dedicarse a trabajar de asistentas son de lo más original:



En cuanto me pongo a trabajar, antes de nada compruebo dónde están los relojes, los anillos, los bolsos de fiesta de lamé dorado. Luego, cuando vienen con las prisas, jadeando sofocadas, contesto tranquilamente: «Debajo de su almohada, detrás del inodoro verde sauce». Creo que lo único que robo, de hecho, son somníferos. Los guardo para un día de lluvia.

Hoy he robado un frasco de semillas de sésamo Spice Islands.

Aceptad todo lo que la señora os dé, y decid gracias. Luego lo podéis dejar en el autobús, en el hueco del asiento.

Como norma general, no trabajéis para las amigas. Tarde o temprano se molestan contigo porque sabes demasiado de su vida. O dejan de caerte bien, por lo mismo.

Nunca os hagáis amigas de los gatos, no les dejéis jugar con la mopa, con los trapos. Las señoras se pondrán celosas. Aun así, nunca los ahuyentéis de malos modos de una silla. En cambio, haceos siempre amigas de los perros, pasad cinco o diez minutos rascando a Cherokee o Smiley nada más llegar. Acordaos de bajar la tapa de los inodoros. Pelos, goterones de baba

Nunca trabajéis para psiquiatras, tampoco. Os volveréis locas. Yo también podría explicarles a ellos un par de cosas… ¿Zapatos con alzas?

Aprenderéis mucho de las mujeres liberadas. La primera fase es un grupo de toma de conciencia feminista; la segunda fase es una mujer de la limpieza; la tercera, el divorcio.

Que sepan que trabajáis a conciencia. El primer día dejad todos los muebles mal colocados, que sobresalgan un palmo o queden un poco torcidos. Cuando limpiéis el polvo, poned los gatos siameses mirando hacia otro lado, la jarrita de la leche a la izquierda del azucarero. Cambiad el orden de los cepillos de dientes"

En cada uno de los cuentos hay un trozo de su atormentada vida. Es una lástima que el cáncer se la llevara tan pronto. Pero la verdadera lástima es que se fuera sin saber que su valía como escritora auténtica sería finalmente reconocida.

Vale la pena leer el Prólogo de Lydia Davis. Se titula "La historia es lo que cuenta".

Muy recomendable.

Si no, lo matamos. Rosa Ribas

Si no, lo matamos
Rosa Ribas



Horsten Hagendorf, un respetable abogado de nivel medio que trabaja en una importante firma, es secuestrado por tres enmascarados, que exigen a su esposa todo lo de valor que tenga en ese momento en casa y todo el dinero que pueda sacar de inmediato de sus cuentas. Torsten, sin embargo, logra escapar. 
Horas después, cuando la comisaria Cornelia Weber-Tejedor y su compañero, el subcomisario Reiner Fischer, interrogan al matrimonio, descubren que ese no es el primer secuestro exprés que se ha producido en Fráncfort recientemente. Una modalidad, más asociada a países de otras latitudes, ha irrumpido secretamente en la apacible, siempre en constante transformación, ciudad alemana. 

¿Cómo una catalana de Prat de Llobregat ha sido capaz de situarse a la cabeza de ventas de novelas de misterio en Alemania?. No es un misterio. Ha encontrado el hueco de mercado: una policía hija de un alemán y una gallega que vive en Frankfurt (como la propia Rosa Ribas) que tiene que bregar en un trabajo mayormente masculino en una sociedad compleja y a veces contradictoria en la que el cambio y la transformación son constantes Y lo hace desde la inteligencia y un humor socarrón. Ello le permite jugar constantemente con los arquetipos y los prejuicios de las dos culturas. La editorial alemana que publica sus libros es

Suhrkamp, una editorial de prestigio es la que, en tierras germanas, ha publicado la serie de Cornelia Weber-Tejedor.

La novela es entretenida y está escrita con bastante ritmo. La autora juega con la idea que tienen los alemanes de que a ellos, con su sociedad perfecta, no les puede pasar lo que ocurre en el tercer mundo: sudamérica, por ejemplo. Pero por lo visto la delincuencia es exportable cuando el método (el secuestro express) es fácil y sencillo. Y áun más fácil si nadie espera que suceda. Tiene el acierto, además, de colocar a un hispano como portavoz de los secuestradores. En general, Rosa Ribas lo hace bastante bien.

Como en otras ocasiones, pásese por este enlace cuando haya leído la novela. Ahí he escrito los detalles (esta vez pocos) que me parecen que no cuadran con el resto. Pero igual usted piensa otra cosa.

martes, 26 de julio de 2016

48. Yoram Kaniuk

48
Yoram Kaniuk



En 1948, cuando tenía solo diecisiete años, el jovencísimo Yoram Kaniuk luchó en la guerra de Independencia israelí. Más de sesenta años después, Kaniuk vuelve sobre sus recuerdos para retratar a toda una generación de jóvenes burgueses que se vio de pronto inmersa en una guerra cuya lógica estaba lejos de comprender.

Evitando justificarse, buscando la autocrítica, el viejo Kaniuk nos habla del sinsentido de la guerra y de cómo él y sus amigos, niños de mamá convertidos en atípicos camaradas de armas, fueron tan inconscientes como para pensar que la perspectiva de morir jóvenes podía tener algo de glorioso.

"Había que ser un completo idiota, y más que eso, para caminar por los campos minados y creer que lo hacía por la nación, a la que nunca conocí personalmente"

Kaniuk estuvo muchoa años callado guardando sus recuerdos y, cuando habló no fue la voz del panegírico.
Los altos oficiales apenas conocían a los combatientes, que morían sin nombre. Los soldados rasos callaban y seguian luchando y muriendo y los oficiales, excepto algunos, estaban ocupados en ser oficiales"

Todo muy lejos de la versión políticamente correcta:
"Hay libros exquisitos. Películas exquisitas. Artículos eruditos sobre batallas en las que participé y no reconozco lo que se dice en ellos. Enmascaran el pasado a fin de que sea eso lo que se recuerde."

Yoram Kaniuk no escribe una crónica de una guerra. Suelta recuerdos de batallas que sucedieron realmente en momentos históricos distintos como si estuviera cosiendo retales de un cubrecamas patchwork. Lo que le importa es que el lector aprecie todo el horror, el miedo, el hedor y la locura de una guerra a la que se vieron embarcados los algunos judíos por la locura de crear un nuevo Estado.


"Soy un viejo enfermo pensando en el nuevo Estado que fundó Ben Gurión, un Estado que hoy tiene sesenta años, cuyos padres ya no están vivos y cuyos herederos, unos estúpidos, mentecatos, rateros y granujas, han olvidado de dónde vienen. El recuerdo es difícil para quien no estuvo allí y no vio cómo buenas personas se equivocaron y no se equivocaron, cómo tomaron decisiones sorprendentes, pero también audaces. Recordar; y muy pronto no quedará nadie de los que estuvieron allí conmigo, aunque veo que hoy en día hay más de los que había entonces"

Cuando lees esta historia sin edulcorante impresiona los miles de jóvenes casi adolescentes, que murieron sin saber exactamente el por qué. Y sorprende más saber que los judíos ultraortodoxos, los que se consideran la quinta esencia del judaísmo estaban totalmente en contra de la creación del Estado de Israel y de la guerra de independencia por la que estos jóvenes morían a puñados. Cuando un grupo de soldados se adentraba en las zonas ultraortodoxas, eran apedreados e insultados.

Y también conmociona comprobar que, simultáneamente a esta guerra sin cuartel, seguían llegando a las costas barcos herrumbrosos y desvencijados llenos hasta los topes de judíos que ya habían ganado su guerra porque habían sobrevivido al Holocausto... para morir, muchos de ellos, antes de tocar tierra y antes de haber aprendido hebreo.
Para Yoram Kaniuk, éstos son los verdaderos héroes.

Impresionante libro que, a pesar de su heterodoxia política recibió el Premio Sapir en 2010.

"No confio en la memoria, es astuta y no hay en ella una única verdad

Yoram Kaniuk murió en 2013 a los 83 años.

viernes, 22 de julio de 2016

Mario Be. Vesna Mimiça

Mario B
Vesna Zeta Mimiça


Tras este nombre tan exótico se encuentra una gran artista: escultora, pintora, musa de un gran pianista y ahora escritora de libros.
Vesna Mimiça es de origen croata, nacida en Chile en lo más recóndito de la Tierra de Fuego, pero ha vivido muchos años en Colombia como directora de una importante agencia de publicidad, más tarde en Estados Unidos y finalmente, por una extraña carambola de la vida, fue a aterrizar, hace ya bastantes años, en Mallorca en donde reside ahora.

Está en imprenta la que será su gran obra literaria cuyo manuscrito  he tenido el honor y la suerte de leer. Se titula "Cisnes de cuello negro" y está a caballo entre la crónica histórica y la novela clásica.

Relata la emigración (casual, porque iban a otra parte) de una parte de la población de Croacia a Tierra de Fuego. Es una gran epopeya histórica muy poco conocida desde España, pero que tuvo una enorme influencia en la historia chilena. Es un trabajo fantástico que recopila, con una narración límpida y directa, la increíble aventura de este pueblo a un lugar hinóspito, duro, pero una maravilla de la naturaleza. Espero con gran ilusión el libro impreso.

La autora califica a esta novela corta de "extravagante". Yo no lo veo así. Es la historia de un chico de un pequeño pueblo de Mallorca, José Miguel Ramírez Riutort, hijo de padre andaluz y madre mallorquina, que gracias al esfuerzo de la familia y a sus propias capacidades, consigue una licenciatura en Informática. Parte de este origen, pero su intención es volar mucho más alto. Hasta la riqueza, el reconocimiento público y la fama internacional.

El azar (eso que antes se llamaba suerte) hace que recale en casa de una fotógrafa famosa de la que se convierte en secretario, gestor informático y financiero.

La novela arranca de un modo espectacular. Como tiene que ser un thriller.
Laura, la hija de Andrea, la fotógrafa, aparece muerta en una playa del norte de la isla.
A partir de este punto conocemos la historia de lo que ocurrió antes y después de este acontecimiento trágico.

Vesna usa un recurso literario que le es muy útil para enseñarnos el alma entera del protagonista: concibe que José Miguel tiene un avatar, un alter-ego, llamado Mario Be que es realmente todo a lo aspira José Miguel: Seguro de sí mismo, cosmopolita, refinado, elegante y, además, habla bien inglés.
Mario B es como un Pepito Grillo que dialoga permanentemente con José Miguel y le muestra que, lo que de verdad le gusta, es la vida en la biblioteca de la casa de Andrea en donde trabaja y todo el contexto que le rodea.
Le hace ver lo ramplón, ordinario y basto que es el mundo de pueblo en donde ha nacido y la familia que le ha criado. Es así como, en un proceso bastante rápido, se quita la pelliza rural y rompe con sus raíces. Pero todo éxito requiere un precio y a veces este precio no encuentra fondos en la bolsa de los sentimientos del héroe.

Mario Be domina la escena y se dirige meteóricamente hacia ese futuro de reconocimiento y riqueza por el que suspira.

Pero, por encima de todas estas aspiraciones lo que más desea Mario Be es el amor de Andrea, la famosa fotógrafa con la que fantasea en un escenario en el que, él y ella, de la mano presiden fastuosas reuniones con artistas de fama internacional.

 Y aquí me detengo. Dejo que disfruten y descubran qué ha pasado con Laura, con Andrea, con el ascenso de Mario B y con el pobre José Miguel Ramírez Riutort. Les aseguro que se sorprenderán de los giros que Vesna Mimiça es capaz de dar a los acontecimientos. Me ha asombrado su fantástica imaginación.

Pueden bajar el libro en este enlace

jueves, 21 de julio de 2016

Limonov. Emmanuel Carrère

Limonov
Emmanuel Carrére



Esta novela biográfica o biografía novelada reconstruye la vida de un personaje real que parece surgido de la ficción. Un personaje desmesurado y estrafalario, con una peripecia vital casi inverosímil, que le permite al autor trazar un contundente retrato de la Rusia de los últimos cincuenta años y al mismo tiempo aventurarse en una indagación deslumbrante sobre las paradojas de la condición humana. Poeta y pendenciero en su juventud, Limónov frecuentó los círculos clandestinos de la disidencia en la Unión Soviética, se vio obligado a exiliarse y aterrizó en Nueva York, donde vivió como un vagabundo, fue mayordomo de un millonario y escribió novelas autobiográficas. Siguió haciéndolo cuando se marchó a París y allí alcanzó notoriedad pública con una escandalosa novela sobre sus andanzas neoyorquinas por el lado salvaje. De allí pasó a los Balcanes, donde apoyó hasta las últimas consecuencias la causa serbia, y regresó después a la Rusia poscomunista para fundar un partido nacional bolchevique que fue prohibido. Él acabó en la cárcel, acusado de tentativa de golpe de Estado, y allí escribió más libros, tuvo una experiencia mística y al salir se convirtió en opositor a Putin.

Increible personaje con más caras que una tonelada de duros, pero con una sola finalidad: no acabar enterrado en la fosa de los olvidados. Su desbocado narcisismo le obliga a ser un héroe, un inmortal, a destacar como sea y donde sea. No nos engañemos: Limonov es un personaje impresentable; incluso detestable en el ámbito personal, pero no merecía ser anónimo.

Me han sorprendido muchas cosas en este libro. He ahí algunas:
  • Lo infinitamente gris, inhumana y pobre que era la vida de un ser corriente en la Unión Soviética. Y no digamos si eras una persona que te atrevías a tirar de la manta y exponer la realidad. Y eso con Stalin y después de Stalin.
  • La cantidad de poetas que había en aquella sociedad. Por supuesto que en Occidente también hay poetas, pero aquí ninguno tiene las expectativas de hacerse rico escribiendo. En la URSS era difícil destacar, pero podías llegar a tener una dacha en el Mar Negro.
  • La omnipresencia del alcohol en la vida cotidiana y en grandes cantidades. Los poetas morían jóvenes por culpa de sus constantes borracheras.
  • Que la Rusia postcomunista no ha mejorado realmente la vida del ruso común que aún recuerda con nostalgia la dictablanda burocrática y cutre de la época de Brézhnev.
  • Si esa fuera una novela de ficción sería rechazada por inverosímil, tal es la incongruencia y las contradicciones de un protagonista estrambótico.
Pero, para mí, lo más interesante no son las ambiciones y desvaríos de este personaje, sino la cruda exposición de lo que era la Unión Soviética.
Hay una cita, que me parece ilustrativa de Martin Malia:


"El socialismo integral no es un ataque contra abusos específicos del capitalismo, sino contra la realidad. Es una tentativa de abolir el mundo real, un intento condenado a largo plazo, pero que durante un determinado período consigue crear un mundo surrealista definido por esta paradoja: la ineficacia, la penuria y la violencia se presentan como el bien supremo.»

Y añade Emmanuel Carrére:

La abolición de la realidad implica la de la memoria. La colectivización de las tierras y los millones de kuláks asesinados o deportados, la hambruna organizada por Stalin en Ucrania, las purgas de los años treinta y los millones adicionales de muertos y deportados de un modo puramente arbitrario: todo esto no había sucedido nunca. Por supuesto, un chico o una chica que tuviese diez años en 1937 sabía muy bien que una noche había venido una gente a buscar a su padre y que después nunca habían vuelto a verle. Pero sabía también que no había que hablar de ello, que ser el hijo de un enemigo del pueblo era peligroso, que más valía actuar como si nada hubiera pasado. De este modo todo un pueblo hacía como si nada hubiese ocurrido y aprendía la historia según el Curso abreviado que el camarada Stalin se había tomado la molestia de escribir él mismo.


Emmanuel Carrére ha encontrado una fórmula que le ha hecho famoso: la biografía novelada en la que el personaje glosado se mezcla con el propio autor. Me dejó asombrado su obra "EL Reino" en el que el verdadero personaje es nada menos que San Pablo y el contexto, la fe en Cristo. En "El Adversario" relata la vida de Jean-Claude Romand que, en 1993, mató a toda su familia para que no descubrieran que en realidad ni era médico ni era nada. En "Una novela rusa" investiga a su abuelo materno que probablemente fue ejecutado por colaboracionismo con las nazis. "De vidas ajenas" también es un libro basado exclusivamente en hechos reales y trata sobre la muerte y el amor. Con esa técnica Carrérre ha alcanzado todos los premios y éxitos a que puede aspirar un escritor francés. 

lunes, 18 de julio de 2016

El caso de Eden Bellwether. Benjamin Wood

El caso de Eden Bellwether
Benjamin Wood



Oscar Lowe tiene veinte años, trabaja en una residencia de ancianos y acaba de conocer a la atractiva y enigmática Iris Bellwether. 
Ella no tiene que ver con las chicas con las que suele estar, tampoco con su clase social: Iris es una chica Cambridge, estudia segundo de Medicina, es violinista y pertenece a una de las familias más ricas de la ciudad. 
Oscar se enamora pronto de Iris, que termina introduciéndolo en su círculo exclusivo de amigos, entre los que además se encuentra su hermano, Eden Bellwether. 
Eden es un joven carismático y brillante, pero también narcisista, convencido de que puede sanar a través de su música y de la hipnosis. Su personalidad magnética pronto arrastrará a Oscar a un mundo extraño y oscuro.

Espero que tras leer esta sinopsis hayan adivinado que nos encontramos ante una novela de "suspense", "thriller"  o como quieran llamarlo. ¿Cuando considero que una novela de este género es aditiva?. Hay una "prueba del algodón" sencilla y fácil. Cuando, más o menos a la mitad de la narración, uno tiene ganas de saltar al desenlace...

Este es el caso de ésta.

Y eso que, desde el prólogo nos dan pistas. Nos cuesta entenderlas (son mucho más diáfanas si lo vuelves a leer sabiendo el desenlace) pero nos presentan una escena en la que hay una serie de jovenes sentados en un jardín de una impresionante mansión, cuando llegan un montón de ambulancias y policías. Se nos dice que hay dos cadáveres en la casa y que Eden Bellwether está sin conocimiento junto al rio. A partir de ahí sabemos que la novela es una tragedia.

Ustedes, como yo mismo, habrán visto personajes raros en este tipo de novelas. No es extraño. Estos personajes son la salsa, el gancho de una narración fuera del mundo que conocemos. Por eso nos gustan, O nos horrorizan. Casi es lo mismo.

Para mí, Eden Bellwether es el personaje más extraño, odioso y arrogante con el que me he cruzado últimamente en mis lecturas.
La duda que corroe la mente de los protagonistas (y del lector) de la novela es si este personaje tiene o no "Complejo de Dios". Está bastante claro que es un genio (insoportable, prepotente, egoísta, etc. pero genio). La duda es si está, además, loco.

Este complejo también se denomina "Trastorno Narcisista de la Personalidad" (TNP).

Los pacientes con TNP exhiben un patrón general de grandiosidad (tanto en la imaginación como en su comportamiento), una necesidad de admiración y una falta de empatía. Éstos empiezan a aparecer al principio de la edad adulta y se manifiestan en variedad de contextos, como se indica en cinco o más de los siguientes epígrafes:

1. Tiene un grandioso sentido de autoimportancia (exagera sus logros y sus capacidades y espera ser reconocido como alguien superior, independientemente de cuáles sean sus logros).

2. Está obsesionado con sus fantasías de poder ilimitado, éxito, astucia, belleza y de amor ideal.

3. Cree que él o ella es «único» y «especial» y que sólo puede llegar a ser comprendido —o asociarse— por otras personas (o instituciones) ilustres y eminentes.

4. Exige ser admirado de manera excesiva.

5. Se cree legitimado para todo, esto es, tiene un nivel de expectativas inaceptable: o espera tener un trato especial de favor, o que todas sus expectativas se cumplan automáticamente.

6. Es un explotador a nivel interpersonal; esto es: siempre se aprovecha de los demás para conseguir lo que quiere.

7. Carece de empatía: no está dispuesto a reconocer o identificar los sentimientos y las necesidades de los demás.

8. A menudo tiene envidia de los demás o cree que los demás le envidan a él, o a ella.

9. Su comportamiento y sus actitudes son arrogantes y soberbias."

Eden Bellwether efectivamente se parece bastante a este cuadro pero el problema es que parece que efectivamente puede curar mediante una combinación de hipnosis y música de órgano. Y si puede hacerlo ¿qué importa si es un poco arrogante?.
Siento no poder desvelar más del desarrollo de la novela. Les estropearía lo que van a disfrutar (no sé si la palabra justa es esa) del libro que, en cualquier caso, les recomiendo.

Una anotación final. Si leen el libro, después de haberlo hecho, cliqueen por favor en este enlace. Quizás coincidan, o no, conmigo en algunos aspectos interesantes de la novela. El enlace contiene "spoliers" así que quedan avisados.



El caso Eden Bellwether, un éxito de ventas internacional, ha sido galardonada con el Premio de Novela FNAC de Francia, el Premio Millepages, el Premio Jakin, el Premio Baudelaire, y ha sido finalista del Premio Costa Book y del Commonwealth.
 


domingo, 17 de julio de 2016

Resurgir. Margaret Atwood

Resurgir
Margaret Atwood

Margaret Atwood es una reconocida autora anglocanadiense que merece tener más audiencia en nuestro país. Muchos lectores la relacionan con su novela más conocida, "El asesino ciego", pero tiene muchas otras obras interesantes. Pero, con ella, ocurren dos circunstancias: por un lado nos encontramos con una escritora que se ha atrevido con muchos géneros sin identificarse con uno en particular; y por otro, hay un problema con la forma un tanto caótica en que se han publicado sus obras en España. Por ejemplo, esta obra que ahora he leído es su segunda novela publicada en 1972 muy anterior y completamente diferente de las más conocidas.


La narradora de la historia (que no cita su nombre) es una artista canadiense, divorciada y sumida en una profunda crisis de identidad.
Regresa con su novio, Joe, a la cabaña familiar, en un lago al norte de Quebec. Ella ha vivido allí con su familia en esa cabaña aislada del mundo gran parte de su vida. No sólo conoce los secretos del lago y del bosque, sino que los respeta e incluso los venera como si fueran antiguos dioses.

Les acompañan una pareja de amigos, David y Anna, que tratan de escapar del bullicio urbano buscando el sosiego de la naturaleza salvaje. 

Pero para la narradora el viaje tiene otro objetivo: encontrar a su padre, un botánico taciturno y solitario desde que enviudó. Trabaja para una papelera y ha desaparecido misteriosamente. 
Los siete días de convivencia en la cabaña, intentando hallar al padre, le descubrirán el trasfondo de las tres personas que la acompañan, la harán reflexionar sobre su pasado, el entorno salvaje en el que se ha criado y los peligros que le acechan.
La narradora busca a su padre, pero también busca cómo puede ella resurgir.

No sabemos exactamente por qué marchó de su familia y de aquel lago. Sabemos que estuvo casada y que tuvo un hijo que no deseaba pero su marido la obligó. Se divorció y abandonó a su hijo con su padre.

"Él no me quería, era una idea de sí mismo lo que quería y buscaba tener a alguien a su lado; servía cualquiera. Yo no importaba".

Es una novela muy sintonizada con las emociones y sentimientos de las mujeres. Los hombres aparecen como egoístas, depredadores de todo lo que les rodea, sea animado o inanimado; humano, animal o vegetal.
Para Atwood los peores son los "turistas americanos". Se entiende que los norteamericanos.

"Cuando era pequeña me preguntaba si los americanos eran peores que Hitler. Era como despedazar una tenia, los trozos crecian solos".

En el camino encuentran una garza muerta colgada de un àrbol. Ella no duda de los autores.

"Como las garzas no se comen, no saben que hacer con ellas sino matarlas. Era una matanza sin sentido. Era como un juego para ellos. Después de la guerra se aburrían."

El enfoque es alterior al ecologismo y creo que, más bien, parte del respeto y el temor de los indígenas al medio en que vivían.

Pero la novela de Atwood no sólo habla del medio natural sino, especialmente, de las relaciones humanas. Era lógico: cuatro personas encerradas en un universo vacío.

La narradora no ama a su novio Joe, que sí la ama e incluso desea casarse con ella. David, un mastuerzo de mucho cuidado, no ama a Ana, que sí lo ama a él con una cierta desesperación. Unos aman; otros no. ¿Pueden amar los que ahora no aman?.

Atwood enfoca la cuestión con pesimismo:
"Los que aman sin remedio, a pesar de que saben perfectamente que no son correspondidos, son utilizados y dominados. Como si tuviéran un órgano de más como ese ojo de los anfibios del que nunca se ha descubierto su utilidad.
O quizás nosotros somos los normales y los que son capaces de amar son los bichos raros.
Nosotros no sabemos querer. Hay algo esencial que no tenemos; nacimos así.
Joe y Ana tienen suerte; lo hacen mal y sufren por ello pero es mejor ver que ser ciego, aunque de esta forma tengas que ver crímenes y atrocidades.
A veces, en la pareja, se odian el uno al otro. Eso debe ser casi tan absorbente como el amor.

Es una novela bastante radical con un desenlace fuera de lo corriente como la narradora.





miércoles, 13 de julio de 2016

Cero K de Don Delillo

Cero K
Don Delillo

Debo confesar humildemente mis prejuicios respecto a grandes escritores norteamericanos y Don Delillo es uno de ellos. Sé perfectamente que es uno de los grandes y que sus obras están en todas las bibliotecas del mundo. Obras como "Submundo", "Libra", "Ruido de Fondo" o "Punto Omega" son hitos de la literatura moderna.
Pero no soy ni filólogo ni un gran entendido. Simplemente soy un lector normal y corriente que lee para llenar el tiempo o para vivir vidas ajenas que jamás viviré. En otras palabras: me cuesta enfrentarme a esos grandes escritores.

Pero tanto se ha hablado en los medios sobre este último libro, que me he obligado a afrontar mis miedos y mis carencias culturales y ponerlo sobre el atril.

En este libro Don Delillo quiere abordar varios temas de gran hondura: la muerte, el deseo de la inmortalidad, el tiempo y su relación con nuestro cuerpo o el futuro catastrófico que quizás nos aguarda.

La sinopsis del libro es la siguiente:

El padre de Jeffrey Lockhart, Ross, es el inversor principal de un centro donde se lucha contra la muerte congelando los cuerpos hasta que la tecnología pueda despertarlos. Hasta ese extraño lugar viaja Jeffrey para consolar a su padre cuando va a despedirse de su esposa enferma con la esperanza de reencontrarla en el futuro. Pero cuando Ross, en perfecto estado de salud, decide acompañarla en el experimento, Jeffrey le niega su apoyo y se rebela.

Acabo de leer en un periódico de hoy lo que se denomina "transhumanismo". Detrás del palabro está la creencia de que la ciencia brindará a los humanos un modo futurista de evolucionar que les permitirá dejar atrás su actual apariencia física y hacer realidad el sueño de la trascendencia.

Puede que la más radical de las transformaciones mediante las que los transhumanistas creen que la tecnología alterará la condición humana es la consistente en que la mente de una persona pueda convertirse en datos digitales y cargarse en un ordenador extremadamente potente. Dicha transformación nos permitiría vivir en un mundo de experiencias virtuales infinitas y, de hecho, alcanzar la inmortalidad (siempre que alguien se acuerde de hacer copias de seguridad y nadie nos desconecte).


Don Delillo no se complica la vida. Va directo al tema de la congelación tras la muerte a la espera de que exista la tecnología para revertir las causas del cese de la vida. Es lo mismo que lo que plantean los transhumanistas. La búsqueda de la inmorrtalidad.

Durante milenios el ser humano se ha agarrado a la religión para mitigar el miedo al oscuro vacío tras la muerte. Pero tras Nietzsche Dios a muerto, aunque el miedo sigue aquí. Ahora nos agarramos al dios moderno de la ciencia. Pero no hay diferencia entre la ciega e irreal creencia de que todos los muertos que han existido bajo el cielo resucitarán un día, o que la ciencia podrá hacernos renacer con nuestros recuerdos, emociones y deseos. Tan irreal es una cosa como otra. Quizás la única diferencia es que las creencias religiosas son más baratas y democráticas porque en ellas renaceros todos y no sólo algunos ricos riquísimos.

Don Delillo no pretende hacernos creer que su planteamiento sea realmente factible. Lo que nos dice es que hay quién lo cree y actúa en consecuencia. (Si hay también quién se inmola esperando despertar entre las huríes, ¿por qué sería descabellado congelarse?).

En realidad al autor no le importa demasiado la tecnología que puede llevar a la vida eterna. A él lo que le importan son las palabras, el elaborado tejido que es capaz de crear con ellas para poner delante de nuestros ojos grandes cuestiones estrictamente filosóficas. Quién soy yo en realidad, independientemente de mi cuerpo. Qué sentido tiene intentar trascender en un mundo que nos está dando señales claras de que camina hacia la gran catástrofe.
¿Por qué no nos morimos sin más?. Por qué somos humanos y nos aferramos a las cosas. ¿Es la muerte lo que, en definitiva, da sentido a la vida?.

Paralelamente a estas graves y profundas cuestiones, nos presenta otras no menos humanas: el amor que siente Ros por Artis que le hace desear ir con ella al otro lado aún estando sano; los complicados sentimientos de reconocimiento del amor-odio del hijo respecto al padre; la búsqueda del vacío interior como huida de un mundo y de una sociedad violenta, injusta y autodestructiva.

No es éste un libro fácil (tampoco pretende serlo), pero no deja indiferente al que lo lea.

 

domingo, 10 de julio de 2016

La cena. Herman Kock

La cena
Herman Koch

Dos parejas se sientan en su mesa preferida en el màs exclusivo y caro restaurante de Amsterdam. Los dos hombres, Serge y Paul, son hermanos. Sus hermosas esposas son elegantes y, también, inteligentes. Supuestamente Serge ha convocado la cena para un asunto importante relacionado con sus hijos, aunque antes conviene distender el ambiente hablando de cine, de las vacaciones, de mil futilidades que no enconen la eterna competencia entre los hermanos fuente de todas las tensiones y trifulcas. Anotemos, de entrada que todos se "consideran familias felices"

Ya es hora de ponerle un poco de color a los personajes para que dejen de ser de papel.

Serge es el líder de la oposición parlamentaria holandesa y próximo Primer Ministro según todos los sondeos. Casado con Babette, una mujer muy hermosa que siempre le ha apoyado en todas sus decisiones... hasta ahora. Serge bracea entre la multitud con soltura, siempre sonriendo, siempre a la caza de votos pero todo bajo una capa de "hombre común"

Paul es el narrador de la historia y el menor de los dos. Padece una enfermedad mental que no se confiesa en el texto (¿quizás esquizofrenia o bipolardad?) que le obligó a dejar el trabajo de profesor de historia en un Instituto. Cuando no se medica, sufre ataques de ira y violencia que unas veces expresa mentalmente en fantasías de destrucción de todo lo que le molesta y, algunas veces, lo hace físicamente. Adora a Claire, su esposa, con la que mantiene una comunicación no verbal permanente y una total compenetración. Paul admite que Claire es mucho más inteligente que él. Algo que no es habitual en los hombres. En encono y la rabia que siente hacia su hermano mayor parece que viene de lejos. Detecta todas las máscaras de "hombre corriente" que Serge se va poniendo y esa cena, en la que ahora está sentado, no la deseaba en absoluto.

Hablemos ahora de los otros protagonistas físicamente ausentes de la cena pero constantemente presentes en la preocupación de sus progenitores.

Serge y Babette tienen a Rick (15 años) y Valerie (13) algo autista y con la serena belleza de una sirena. Luego está Beau, un chico negro de Burkina Faso, de una edad indefinida entre los 15 y 17, que fue adoptado porque los padres son "normales", "políticamente correctos" y querían tener otro hijo a pesar de que no era necesitarlo. ¡Qué generosos y multiculturales!

Por su parte, Paul y Claire tienen a Michel de la misma edad que Rick. Un chico "normal", apegado a su madre y con muchos amigos y seguidores en el Instituto. Se habían planteado tener más hijos pero fue la época en que a Paul se le descubrió la enfermedad que no se cita. Decidieron entonces conservar lo que tenían.

Herman Kock dedica muchos esfuerzos literarios en la primera parte de la novela en la que se cuenta los prolegómenos de la cena y las conversaciones triviales de los cuatro, volviendo al pasado, en ocasiones para remachar algún punto de la personalidad de alguno de los comensales. Los presenta de una forma exhaustiva, con sus contradicciones, sus manías, sus pulsiones irresistibles (¡"Tengo hambre y debo comer, ahora!"). Pero no sólo a ellos. Nos dibuja con un realismo propio de Gina Heyer o de Alyssa Monks a todos los personajes secundarios: el traje a rayas del maître que señala el contenido de los platos con su dedo meñique o la falsa cordialidad del director del instituto de Paul. Las escenas del pasado que se intercalan en la narración de la cena para perfilar algún detalle del carácter de los protagonistas, son igualmente detalladas y precisas.

Si han tenido la paciencia de leer todo lo anterior, quizás hayan pensado "¿No se está demorando mucho la explicación del motivo de la cena?. Herman Kock no comete este error de ritmo narrativo. En escenas del pasado ya sabemos qué es lo que han hecho los tres hijos de los comensales y como lectores sentimos la tensión enorme de estos padres que torean y torean sin entrar a matar porque lo que tienen que decidir es sencillamente terrible.

Tan terrible cómo que deben plantearse que sus hijos no son lo que creían, sino que son monstruos. Claro que si aceptan esta terrible verdad deberán pasar a la segunda derivada: "¿Cómo es posible que mi hijo de 15 años se haya convertido en un asesino despiadado que mata a un ser humano indefenso, se ríe de lo que ha hecho y, además, lo cuelga en las redes sociales?.

Los cuatro padres y los tres hijos están realmente entre la espada y la pared.

¿Qué van a hacer?. Qué van a decidir al término de la suntuosa cena?.

El último capítulo es sobrecogedor. No puedo decir más sin chafar su lectura.

Unos detalles finales. Herman Kock es un guionista, cineasta y escritor holandés que, con esta novela, se colocó en la lista de libros más vendidos (340.000 ejemplares) y obtuvo el P remio del Público en 2009.

La anécdota central del libro la sacó de un hecho real. Un grupo de adolescentes quemaron a una indigente en la cabina de un cajero automático en Barcelona en 2005 y subieron su "hazaña" a la red.

Les puedo asegurar que este libro, si lo leen no les va a dejar indiferentes.

La brújula de Noé. Anne Tyler

La brújula de Noé
Anne Tyler

Me gusta Anne Tyler.
¿Por qué?. Alguien dijo que una de las cosas más complicadas de la vida es tejer buenas comunicaciones con los demás. Especialmente con la familia. Difícil y complicado porque, además de la empatía, se necesita usar las emociones con destreza. No siempre se sabe o se puede. E, incluso, a veces, no se quiere. Pura y simplemente.

Anne Tyler es especialista en la descripción de las relaciones humanas. En sus matices, sus meandros y sus ambigüedades. Sus personajes no son espantapájaros de paja sino que podrían ser los vecinos del piso de arriba.

Aquí Liam Pennywell es un sexagenario que acaba de perder su trabajo. Lejos de entristecerse por algo que nunca deseó realmente, lo toma como una señal. Es justo lo que necesita para adentrarse en la última fase de su vida en la que necesita adentrarse para poder recapitular y preparar el final.

Entusiasmado por primera vez en años, decide simplificar su vida: alquilar un apartamento más pequeño, hacer un plan para gastar lo mínimo vital... etc. Pero la primera noche que duerme en su nuevo domicilio alguien entra, le golpea en la cabeza y le muerde una mano. Se despierta en el hospital y no recuerda absolutamente nada de lo ocurrido.

No parece que le hayan robado gran cosa pero él empieza a obsesionarse con "el trozo de vida y memoria que le han sustraído". Quiere a toda costa recordar lo que ocurrió. Médicos, amigos, sus hijas e incluso su ex mujer, le aconsejan que pase página y que se olvide de todo. Pero él, simplemente, no puede. Tiene que recobrar lo perdido. Encontrar a alguien que recuerde por él. Y es entonces cuando empieza a actuar sin reflexionar. ¡Él que es un filósofo!.

Empieza aquí un gran giro en la historia. Liam, en la búsqueda de una "ayudante para el recuerdo" literalmente choca con Eunice, una chica peculiar, algo desangelada pero con ciertos atractivos (quizás sutiles).
Entonces entendemos que Lian en realidad no quiere recuperar el incidente del ladrón, sino comprender su olvido.

Anne Tyler ha querido hacer una narración sobre un hombre rodeado siempre de mujeres. Mujeres dominantes, intrusivas, castrantes, culpabilizadoras, egoístas y peligrosas. Frente a ellas, Lyan, lleno de mansedumbre y culpabilidad no tiene la menor posibilidad de sobrevivir emocionalmente.
Es cierto que la autora presiona demasiado estas características del "equipo femenino" (especialmente su capacidad infinita de manipulación frente al inofensivo Lyan) por mor de crear una gran tensión dramática, pero consigue crear en el lector una cierta animadversión ante tanta mansedumbre del filósofo fracasado.

A mí me han enervado (no sé si ésta es la palabra correcta pero lo que quiero decir es que me ha puesto de los nervios) las reacciones del protagonista. Y me pregunto ¿por qué?. Aunque ya sé la respuesta.


martes, 5 de julio de 2016

Francamente, Frank de Richard Ford

Francamente, Frank
Richard Ford

Cuando leí la noticia de que habían concedido el Premio Princesa de Asturias a Richard Ford recordé que aún no había leído su última novela sobre el sorprendente e icónico Frank Bascombe. Esta es, creo, su cuarta entrega. Las anteriores (El periodista deportivo, El día de la Independencia y Acción de Gracias) me proporcionaron como lector muchísimas satisfacciones y también, como interesado en la vida de este enorme y diverso país que son los Estados Unidos, una perspectiva nueva de su sociedad.



En Francamente, Frank Ford regresa con cuatro historias narradas por su protagonista. 
Ahora tiene sesenta y ocho años y de nuevo está cómodamente instalado en la zona residencial de Haddam, Nueva Jersey. 
Bascombe ha salido airoso —en apariencia, aunque no del todo— de las secuelas de la devastación del huracán Sandy. Como en todos los libros protagonizados por él, el espíritu que guía a Ford es la vieja máxima cómica que promete que si las cosas no resultan graciosas, no son realmente serias. 
La desolación sembrada por el Sandy, que ha arrasado casas, zonas costeras e innumerables vidas, es probablemente el arranque más tremendo que se pueda imaginar para una narración. Y sin embargo se convierte en el perfecto telón de fondo y en la piedra de toque para Ford y Bascombe.
Dotados de una precisa sensibilidad de comedia y de una inteligencia arrolladora, estos relatos abordan un completo catálogo de asuntos muy americanos: el envejecimiento, el racismo, la pérdida de la fe, el matrimonio, la redención y el desplome del mercado inmobiliario.

Con este libro he disfrutado tanto que he hecho una cosa poco acostumbrada: al terminar su lectura, he vuelto a comenzar. Tenía la impresión de que me había dejado algo importante. Algo que es importante que recuerde. Y es que este libro está lleno de frases y pensamientos memorables.

Es un libro de estructura sencilla. Cuatro relatos no muy largos con un esquema semejante: Frank Bascombe, con sus 68 años, su jubilación y sus dos hijos ya mayores y fuera de Haddam en donde vive con su segunda esposa Sally, se ve más o menos forzado a encontrarse con una antigua amistad o con su ex esposa. La resulta incomodísimo el encuentro. No quiere ir. Quiere quedarse en casa leyendo o no haciendo nada. Pero acaba (ni él mismo se lo explica) haciendo lo que no quiere hacer y yendo a donde no quiere ir.

Estas cuatro conversaciones son la columna vertebral del relato. Pero no tienen mucha importancia. De este tronco, Ford hace brotar otras ramas, otras historias secundarias (tampoco no demasiado trascendentes) y va engañando al lector que ve un árbol lleno de hojas cuando en realidad lo que quiere el autor es dibujarnos la vida y, sobre todo, el pensamiento de un hombre blanco, del sur (pero trasplantado al norte) que ha recorrido gran parte de su vida y que escapaz de reflexionar (pero con cero grado de dogmatismo) sobre cosas tales como la amistad, el matrimonio, el adulterio, la pesadilla y el dolor del pasado, el deterioro del cuerpo ante la vejez y la enfermedad y, finalmente, la muerte.

Todo ello en un contexto de devastación por el huracán Sandy que se cobró la vida de 147 personas pero que destruyó las viviendas de miles de contribuyentes. El impacto de estas pérdidas de hogares y fortunas se extendió a partir del octubre de 2012 hasta bastantes años después. Todo ésto Frank Bascombe lo vive, pero un poco como espectador. Tuvo suerte. Años antes había vendido su casa de la playa (de la que quedaron sólo los cimientos) y se había traspadado a Haddam en New Jersey. Todas las desgracias que le rodean le resbalan un poco (su mujer se posiciona muy activamente en la ayuda a los damnificados) porque él ya tuvo su dosis de dolor y muerte con la desaparición de su primer hijo. Pero, desde su experiencia y edad, reflexiona sobre todo lo que le acontece y las actitudes de las personas que están a su alrededor.

Cuando terminé de leer el libro (por segunda vez) y de escribir un montón de anotaciones en una libreta para que no se me olvidaran algunas de las sentencias de Frank, pensé: "¿Por qué te ha gustado tanto este libro?. ¿Te habría interesado tanto si en lugar de los 75 años que tienes, tuvieras 25 o 30?".
La identificación del lector con Frank es la clave y, por supuesto, si me ha entusiasmado el libro es porque Frank es capaz de pensar y decir lo que no me atrevo a pensar o decir. En otras palabras: aún en un contexto diferente, el hecho de la edad y la experiencia de Frank me hacen que me identifique con él.

Sería interminable hacer la relación de todos estos pensamientos que nos son comunes pero creo que la sensación de que estamos viviendo el último tramo es lo que nos acerca.

Magnífico. Merece todos los premios que le han dado y más

Recomendaciones de 5 de juliio 2016

En la mente del Hipnotista
Lars Kepler

Unas notas previas en el caso (improbable) de que, tras leer esta reseña, decidan hacer lo propio con la novela.

  • Lars Kepler no existe. Es el seudónimo de un matrimonio compuesto por Alexander Ahndoril y Alejandra Coelho. Cuando escribieron "El Hipnotista" pensaban en mantener el anonimato. Pero, ante el éxito editorial y de ventas, no les quedó más remedio que "emerger" de las sombras.
  • Como habrán ya supuesto, "En la mente del hipnotista" es una secuela del anterior éxito y si está en las librerias probablemente se debe al interés de los autores en profundizar el filón.
  • Pero Vd. quizás piense, si no he leído la primera ¿entenderé la segunda?. No hay problema. Eso no es "Juego de Tronos". Hay protagonistas comunes pero el contexto es diferente. Se lee sin problemas. (Ya verán que los problemas surgen de otra parte).
  • Hay que saber que Alejandro y Alejandra (qué curiosa coincidencia ¿no?) tienen una serie de conocimientos sobre temas policiales y jurídicos y también ciertos "prejuicios". Así:
  • Conocen bien el mundo policial y judicial sueco.
  • Se han documentado a fondo sobre la técnica de la hipnosis como herramienta para que afloren recuerdos profundamente enterrados en mentes enfermas.
  • Conocen toda una panoplia de pastillas y fármacos de todo tipo y pelaje, pero, en especial, las que producen en el organismo una fuerte adicción. Navegan muy bien en las aguas de la farmacología. Da la impresión de que todos los personajes (buenos y malos) están empastillados.
  • No se les caen los anillos al presentarnos a la policía judicial sueca como profesionales bastantes incompetentes y tendentes a disparar primero y preguntar después. También no tienen reparo en sugerirnos que, por aquellos lares, cuando hay la posibilidad de dar carpetazo a un expediente, se le da y listo. Me ha extrañado mucho tanta chapuza policial. Uno tiende a querer creer que en otros lugares más igualitarios y sociales no cuecen habas.
  • A pesar de que Suecia cuenta con una de las sociedades más secularizadas del mundo, sorprende la cantidad de pastores de sectas o religiones cristianas que campan por sus respetos. Algunos son drogadictos, promiscuos y gravemente perturbados.
  • Un pequeño detalle que me ha sorprendido y que se repite en todas las múltiples carreras, persecuciones, etc: en ellas todos los que intervienen acaban tropezando y cayendo. En ocasiones varias veces. ¿Debilidad muscular?, ¿torpeza en la itinerancia...? ¡vaya vd. a saber!
¿De qué va la novela?

La policia judicial recibe unos videos de corta duración en los que se ve a una mujer que es espiada o acosada en su domilio sin que ella se dé cuenta. Al envío del video le sigue el brutal asesinato de la mujer espiada.
La policía está totalmente en blanco. No sabe por donde tirar. No encuentra una relación entre las victimas... etc. etc.

El modus operandi del asesino recuerda un caso por el que un pastor heroinómano fue juzgado y recluído en una clínica mental. Es entonces cuando la policía recurre al psiquiatra Erik Maria Bark para que, mediante hipnosis, intente hacer recordar al pastor.

A partir de ahí arranca la solución para detener al asesino.

¿Qué pegas le encuentro?

Lo novela aparece clasificada como de "Policíaca y de Terror". El que pone las etiquetas a estas cosas ha errado de medio a medio. Debería haber puesto "Policíaca, de Terror y Fantástica". Las actuaciones de los personajes principales son tan increíbles como el "regreso al pasado" o el "salto al hiperespacio".

Uno de los personajes centrales o, mejor dicho, el principal protagonista, es un antiguo Comisario de policía judicial llamado Joona. Es una especie de Rambo sólo que con fuerte dolor de cadera, migrañas, heridas múltiples y golpes incontables. Se salta todas las barreras, las mafias bielorusas, los incendios pavorosos o las evasiones carcelarias. Puede con todo a pesar de estar hecho polvo.

La actuación del hipnotista no le queda a la zaga. Sus capacidades para el uso del método son absolutamente increíbles. Y no digamos nada de la Comisaria Margot que, a pesar de estar embarazada a punto de parir, corre de un lado a otro como una lanzadera en un telar.

Un cierto grado de imaginación en la acción puede considerarse licencia literaria, pero todo tiene sus límites. El freno a la incredulidad no puede tenerse pisado todo el tiempo.


Sobre Grace
Anthony Doerr

Desde su niñez en Alaska David Winkler se ha sentido atraído por los cambios de tiempo y ha vivido obsesionado por  la nieve.
Además David tiene un don: a veces puede ver cosas antes de que ocurran. Sus premoniciones le permiten saber que un vecino será atropellado por un autobús o que se enamoraará de una mujer en el supermercado.
Pero cuando David sueña que su hija se va a ahogar en una inundación sin que él pueda salvarla, toda su vida se desmorona.

Mi comentario que no recomendación
Leí esta sinopsis. Pensé: "No está mal. Quizás sea tan buena como "La luz que no puedes ver" que ganó el Premio Pulitzer del año pasado".

Las 100 primeras páginas se leen bastante bien. Es cierto que los dos personajes principales que salen en ellas, David y Sandy, (hay otros personajes importantes en las otras partes de la novela) no consiguen empatizar demasiado con el lector. Además, el abandono de David de Sandy y de su hija Grace, la decisión clave de toda la novela, resulta incomprensible para cualquiera. Pero, a pesar de todo, uno sigue leyendo.

Hasta aquí el ritmo de la acción es fluido. De pronto el autor pisa el freno y empieza a ralentizarse... más y más. El lector siente que el hipnotista de la novela anterior se ha apoderado del texto y siente cómo los párpados pesan...pesan cada vez más. Tras ellos ves la nieve que cae revoloteando a tu alrededor y puedes contemplar la geométrica estructura de los copos a través de una potente lupa.

Algo (una llamada telefónica, el aviso de que la comida está en la mesa... etc.) te saca de la hipnosis-sueño y descubres asombrado que lo que estás leyendo son páginas y páginas de estudios hidrográficos sobre los triángulos isóceles que conforman los copos de nieve y la extraña simbiosis de los camarones pistola con las esponjas con las que conviven.

En otras palabras más directas: no dudo que el texto sea de una finura poética elevadísima, pero también es lo más aburrido que he leído en años.
Vemos cómo David deambula por aquí y por allá y lo vemos con un detalle prolijo. Páginas y páginas de texto (poético?) que podrían simplemente suprimirse por las buenas sin que nada ocurriera. Como esas series de televisión en las que ves un capítulo de la primera temporada y luego otro de la temporada cuatro y uno parece continuación del otro como si nada hubiera ocurrido en medio.

El final no convence en absoluto y (¿verdad que se nota?) he quedado fustradísimo en mis esperanzas.