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martes, 30 de junio de 2015

Nos veremos allá arriba. Pierre Lemaitre. (129)



Nos vemos allá arriba


Pierre Lemaitre

Salamandra



Faltan pocos días para el armisticio. Estamos en noviembre de 1918 y los soldados ya solamente se dedican a pensar en volver a casa. Uno de estos soldados es Albert Maillard que ya acaricia con la mente el pelo de su novia. Sin embargo, el teniente d´Aulnay-Pradelle, hambriento de fama, ordena una absurda ofensiva que terminará con el pobre Albert enterrado. Édouard Pericourt, otro soldado proveniente de una familia adinerada, logrará salvar a Albert a costa de quedar terriblemente mutilado.

   Comienza así una historia de amistad entre los dos hombres puesto que el malogrado Édouard no querrá volver a casa ya que se niega a reencontrarse con su hermana y especialmente con su padre, con quien nunca se llevó bien. Albert se hará cargo de él hasta el punto de fingir la muerte de su amigo. Juntos comenzarán una vida llena de embustes en el París de la posguerra donde los excombatientes empiezan a ser olvidados.

   Por otra parte, caprichos del destino harán que Pradelle, el malvado teniente que también es un aristócrata venido a menos, se case con la hermana de Édouard para alcanzar un nuevo estatus social.

En esta nueva guerra por sobrevivir para nuestros protagonistas, Édouard tendrá una idea que aterrará en principio a su amigo y compañero de armas: van a vender monumentos para los caídos pero no los van a hacer. Todo será un timo. Comienza así uno de los engaños más grandes de la historia y que servirá para darle una lección a todos aquellos que no sufrieron la guerra.

 Cuando a Pierre Lemaitre le diceron el Premio Goncourt el año pasado por esta novela le hicieron una enorme cantidad de entevistas, como es lógico. De todas ellas me gustó especialmente la que le dedicó "El País" el 14 de mayo del año pasado con el título "La Gran Guerra, sangre, trincheras y picaresca".

Que la Primera Guerra Mundial fue un despropósito absoluto desde el arranque hasta las consecuencias (que fueron la semilla de la Segunda) es algo conocido. Palabras como masacre, trinchera, heroismo inútil y países en ruinas son corrientes en las historias de esta guerra. Pero esta novela aporta un nuevo ángulo. Una nueva perspectiva a escenas ya muy manidas: la picaresca.
y este detalle es el que precisamente destaca Pierre Lemaitre en la entrevista.

En esta novela no hay buenos y multitud de malos. También hay incompetentes, mezquinos, adanes y asesinos. Y mucha ambición de esa que se nutre de los medios para justificar el fin. Gente que lucha como puede con los recursos que tiene para no perecer.

Los dos principales protagonistas, Ëdouard y Albert son fundamentalmente supervivientes y no sólo de la guerra, de la que salen bastante heridos de cuerpo y alma, sino sobre todo son supervivientes de la postguerra porque tras el armusticio se inició una nueva lucha sin balas, pero en la que era necesario sobrevivir. La Gran Guerra es algo así como el prólogo de la novela

Lemaitre confiesa que de las dos estafas que son el nudo de la narración, una es real y fue un escándalo mayúsculo y la otra es una ficción literaria. Pero ambas sirven para desenmascarar (entre paréntesis, la palabra "máscara" es clave en la novela) la podredumbre que puede esconderse detrás de la gran palabrería emocional de "patria", "héroes caídos", grandes victorias de un pueblo guerrero", etc. etc.

Albert es un pobre hombre en el sentido literal de la palabra. Cobarde, indeciso, perenemente angustiado, apocado y tímido. Lo salvó "in extremis" de morir enterrado vivo Edouard y este rescate le costó mucho dolor, fealdad física y ostracismo. Pero es un hombre brillante, ingenioso, encantador y un absoluto irresponsable al que no le importa en absoluto ni el dinero ni el futuro. 

Frente a ambos se yergue d´Aulnay-Pradelle, el "malo" (siempre me han gustado las películas, las novelas y los partidos políticos que descubren un malo al que golpear y linchar) con su ambición desatada, su adanismo y su total y absoluta falta de escrúpulos.

La dialéctica entre tan variopintos personajes, puestos en el contexto de una postguerra pavorosa es el desarrollo de la novela.

Lo único que no he comprendido es el por qué del título ni la portada. No sale un solo aviador en las cuatrocientas páginas del libro. 




jueves, 25 de junio de 2015

El Escondite. Ian Rankin (128)

El escondite

Ian Rankin
RBA

Solamente se trataba de otro yonqui muerto. Su cadáver acaba de encontrarse en una casa ocupada, pero lo extraño es que el lugar está ornamentado con parafernalia satánica: una estrella de cinco puntas dibujada en la pared y dos velas que se han consumido al lado de un cuerpo dispuesto como si hubiera sido crucificado.
El inspector John Rebus tiene claro que esta muerte no es accidental, en contra de la opinión de todo el mundo. Y es que ¿a quién le importa la sórdida muerte de un yonqui en Edimburgo, una ciudad volcada en atraer turistas y que le da la espalda al lado más oscuro de la vida?
Rebus, acostumbrado a remar en solitario contra viento y marea, está convencido de su teoría y no parará hasta demostrar que está en lo cierto. Conforme avanza su investigación un manto tenebroso se va extendiendo sobre esa muerte y Rebus se ve empujado a sumergirse más y más en territorios desconocidos y sobrecogedores. Tiene que encontrar el escondite en el que está agazapada su escurridiza y peligrosa presa.

No había leído nada de este autor escocés de 55 años que, por lo visto es uno de los autores más leídos del Reuni Unido y al que en 2002 le fue concedida la Orden del Imperio Británico, no que no es una bagatela.
Me ha impresionado lo bien que está catacterizado el protagonista de sus novelas: el Inspector John Rebus, así como el contexto en el que se mueve: la ciudad de Edimburgo de la que este autor nos muestra todas sus múltiples y complejas caras.

El Escondite es un título algo ambigüo ya que puede referirse al propio protagonista o al lugar en donde se esconde el asesino. El título original es "Hide and Seek" que puede traducirse por escondidos o escondidas pero creo que es un juego de palabras. La clave de la novela es la palabra Hide, ocultar o esconder, pero también tiene sentido si es una parte del título de la famosa novela de Robert Louis Stevenson "La extraña historia del Dr. Jeckill y Mr. Hide". Ya saben: la historia de las dos personalidades de un doctor. Aquí Hide sería también el lado "oscuro" de la propia ciudad de Edimburgo.

Es una novela negra, bien tramada y hasta cierto punto previsible (lo que no es algo positivo en este género) con un desenlace quizás algo exagerado. Pero de agradable lectura.
Buena novela para llevarse a la playa. 





viernes, 19 de junio de 2015

Ejercicios respiratorios. Anne Tyler. (127)



Ejercicios respiratorios


Anne Tyler





La autora de "El turista accidental" nos presenta a Maggie, mujer fantasiosa, entrometida y atolondrada, y a su marido,

Ira, paciente, ponderado y, a su modo, infalible. 


De la mano de estos personajes, en parte extraordinarios y, en parte, vulgares y corrientes, Anne Tyler nos lleva a conocer, en un solo día, la vida toda de los Moran y cuanto hay que saber sobre su matrimonio: las esperanzas y los proyectos nunca realizados, los fracasos de sus hijos y las tormentas que desencadenan en el hogar, y cómo, a pesar de llevar veintiocho años casados y de las discrepancias que median entre ellos, siguen, en cierto modo, gustándose y queriéndose.
 Anne Tyler fue galardonada en 1989 con el Premio Pulitzer por esta novela y lo ganó con todo merecimiento  porque los personajes son absolutamente increíbles. De esos que no se olvidan. Especialmente Maggie

 Les seré sincero. A medida que uno va avanzando en la lectura de la novela siente impulsos de estrangularla. Caótica, descuidada, palizas, metomentodo, peliculera, especialista en imaginar escenarios alternativos a la realidad y desesperada por ser reconocida. Su marido, Ira, es un santo varón que se consuela (entre desastre y desastre que le monta Maggie) haciendo solitarios en cualquier lugar. Dicho así parecen personajes frikis, pero no lo son. No son de cartón piedra,  sino muy humanos.


 Anne Tyler ha escrito una veintena de novelas a sus 74 años y la mayoría son descripciones minuciosas de las contradicciones  y trampas que habitan en una pareja o en una familia media americana (casi siempre de Baltimore). Aplica el microscopio y no tiene piedad en revelarnos hasta los más mínimos detalles, las frustraciones, los desencantos de seres normales y corrientes que han llegado a creerse mentiras tan monumentales como lo del amor  a primera vista, el amor para toda la vida o que el tiempo no afecta los votos matrimoniales o que todos tenemos  una media naranja. Y el secreto es que, además de estar escrito impecablemente,  lo está con humor.

Una pequeña muestra. Es la página a la que hace referencia el título de la novela . Se nos describe la siguiente sitación: El hijo de Maggie, Jess, ha dejado embarazada a su novia Fiona. Ambas están en la casa familiar y tienen que practicar unos ejercicios respiratorios de pelvis de preparación al parto. Dice Fiona " ejercicios de pelvis qué horror. Todo esto se me hace tan cuesta arriba. Pero se levantaba penosamente con un suspiro. Incluso embarazada su cuerpo era como el de una adolescente delgado y casi de goma. A Maggie le recordaba a las muchachas ligeramente vestidas que había visto en las playas y quedaban la impresión de pertenecer a una especie del todo diferente de la suya. Ejercicios respiratorios había dicho Fiona dejándose caer en el suelo con un ruido sordo. "No crees que ahora ya debería saber cómo respirar?"
 "Oh encanto, tienes mucha suerte de que se te brinden cosas así." Había dicho Marggie. En mi primer embarazo no había forma de encontrar un curso como estos y yo estaba muerta de miedo. Me hubiera encantado hacer ejercicios. Y luego recuerdo que salir del hospital con Jeffe y que pensé "Un momento ¿van a dejar que me lo lleve? .No sé ni jota de niños para esto no tengo un carnet. Ira y yo sólo somos unos aficionados. Quiero decir que te dan toda clase de lecciones para cosas sin importancia como tocar el piano, como escribir a máquina, te enseñan durante años y años a resolver ecuaciones cosa que bien sabe Dios que nunca tendrás que hacer en la vida corriente pero ¿ y qué pasa con como ser padres o con el matrimonio?. Antes de que puedas conducir un coche necesitas un curso de aprendizaje aprobado por el Estado pero conducir un coche no es nada, nada comparado con vivir día tras día con un marido y con criar a un nuevo ser humano.".

 Lo que no fue una idea muy tranquilizadora porque Fiona había dicho "Ostras" y  había escondido la cabeza entre las manos. " Pero estoy segura que tú lo harás estupendamente" habia dicho Maggie a toda prisa. "Y, además, claro, me tienes a mi para ayudarte". "Ostras,!!" habia dicho Fiona.

 Si leen "Ejercicios respiratorios " se darán cuenta que el Premio Pulitzer estaba justificado.










sábado, 13 de junio de 2015

El domador de leones. Camilla Läckberg (126)

El domador de leones

Camilla Läckberg
Maeva



En ocasiones, el mal puede ser aún más poderoso que el amor. Una tragedia familiar no resuelta reabre varios casos en el presente.
Estamos en pleno mes de enero y en Fjällbacka hace un frío polar. Una joven medio desnuda deambula por el bosque nevado y llega a la carretera. Un coche aparece de la nada y no tiene tiempo de esquivarla. Cuando el comisario Patrik Hedström y su equipo reciben la alarma sobre el accidente, la chica ya ha sido identificada. Desapareció cuatro meses atrás y desde entonces no se ha sabido nada de ella. Su cuerpo tiene marcas de atrocidades inimaginables, y es posible que no sea la única, ni la última víctima de su agresor.
Al mismo tiempo, Erica Falck investiga una vieja tragedia familiar que acabó con la muerte de un hombre. Erica sospecha que su esposa oculta algo terrible y teme que el pasado proyecte su alargada sombra sobre el presente.

Cuando llevaba leídos un par de capítulos pensé: "Esta vez Camilla se ha equivocado de título" ya que parecía que la cosa iba por la senda de la famosa primera novela de Millenium de Stieg Larsson "Los hombres que no amaban a las mujeres" . ¿Estaba ante una trama de maltratadores de mujeres?. Pues sí y no. Más bien estamos ante una novela muy oscura en la que el auténtico protagonista es el mal. No el mal como concepto moral, sino como algo corpóreo y tan fuerte como el sexo o el instinto.

Me temo que Camilla Läckberg puede tener un problema en un próximo futuro. Me explico. Esta es la novena entrega de la serie "Fjällbacka" protagonizada por el inspector Patrik Hedström y su mujer, la escritora Erica Falck. Ya hemos comentado en anteriores reseñas de la serie que leer este tipo de novelas tiene sus ventajas porque el aficionado ya conoce a los principales personajes además de los protagonistas y no hace falta grandes presentaciones. Conocemos de qué pié calza cada uno y más o menos cómo va a comportarse en el desarrollo de la trama. Dicho en otras palabras: la autora tiene una construcción literaria con todas las estructuras bien montadas y sujetas y lo que hace es introducir una nueva historia (o historias) más o menos compleja o aditiva para el lector.
El problema es que está repitiendo demasiado el mismo final. Los miembros de las comisaría avanzan más o menos lentamente y por los procedimientos policiales protocolarios y legales, mientras la esposa del principal responsable vuela por su cuenta, se entromete y acaba en la boca del lobo. Uno tiene una cierta sensación de "dejá vu" cuando llega al final de cada novela.

Sería injusto desconocer que en "El domador de leones", Camilla Läckberg aborda un tema que, aunque extraño no es inusual: el hecho incuestionable de que existen personas (por suerte parece que no muchas) que su placer se basa en causar el dolor a otras personas.

jueves, 4 de junio de 2015

Los hermanos Burguess. Elizabeth Strout (125)






Los hermanos Burguess

Elizabeth Strout
El Aleph

Aunque se trata de un libro de hace dos años, me permito recomendarlo para esta Feria del libro porque es una novela extraordinaria.

Elizabeth Strout ganó el Premio Pulitzer de novela en 2009 con su maravillosa “Olive Kitteridge” que posteriormente se convirtió en serie televisiva interpretada por la fantástica Frances McDormand.

He leído la versión catalana de la editorial 1984 con una traducción impecable de Marta Pera Cucurell que me ha obligado a echar mano del diccionario en numerosas ocasiones, cosa que he hecho con placer.

Elizabeth Strout sabe como nadie crear personajes complejos, contradictorios, angustiosos y muy humanos. Se centra siempre en los problemas de la familia. En concreto en la familia americana moderna. Y estos personajes no permanecen estáticos, de una pieza, como muñecos, sino que evolucionan a lo largo de la narración.

En este caso los hermanos Burgess son Jim, Bob y Susan. Estos últimos son gemelos y Jim, les lleva cuatro años. El otro protagonista de la novela es Shirley Falls, un pequeño pueblo imaginario del Estado de Maine, que al ir desindustrializándose ha ido perdiendo población joven y ganando inmigrantes (en este caso somalíes) que huyen de las masacres y hambrunas de su país, buscando un refugio más seguro.

Al inicio de la novela, Jim y Bob ya han marchado de Shirley Falls y se han instalado en Nueva York, mientras Susan y su hijo Zach se ha quedado. Jim es el prototipo de abogado ganador. Se ha casado con Hellen una mujer rica y sumisa que le ha dado dos hijos que ya estudian en la universidad fuera de casa. Bob es la otra cara de la moneda. Separado, alcohólico, inseguro, triste que se deja humillar continuamente por su hermano triunfador sin mostrar ninguna resistencia. Susan tampoco es la alegría de la huerta. Divorciada de un descendiente de suecos (que ha terminado por regresar a su país de origen) no ha sabido encontrar su lugar en el mundo tras quedar sola con su hijo al que ha tenido que educar sin ayuda de nadie. Contrariamente a lo que se suele decir de los gemelos, Bob y Susan no se soportan y Jim mira con arrogancia y desprecio, no sólo a sus hermanos, sino a todo aquel que se atreva a no rendirle homenaje constante.

El gran secreto de estos personajes es la muerte accidental del padre. Los tres hermanos de 8 y 4 años estaban sentados en el coche situado en pendiente mientras el padre estaba abriendo una verja, cuando Bob jugando con el cambio de marchas, liberó el coche que bajó rodando la cuesta atropellando y matando al padre. Una desgracia que los marcó a todos por vida.

Toda la tensión de estos seres estalla cuando Zach, el hijo de Susan, lanza una cabeza de cerdo congelada dentro de la mezquita de los inmigrantes somalíes. Una provocación que adquiere carácter político y acentúa a su vez las tensiones de un pueblo que se debate entre lo políticamente correcto y la repulsa interior a convivir con gentes de otra cultura, religión y color.

El tristre, solitario y casi autista Zach se enfrenta a una pena de cárcel por lo que ha hecho.

Este es el planteamiento de la novela, pero su desarrollo y complejidad es el gran atractivo de la misma.

No comprendo cómo Woody Allen no ha comprado los derechos. Le saldría una película de las suyas. De las que nos gustaban antes.
Por favor, si pueden, léanla-