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jueves, 18 de enero de 2018

Pulso. Julián Barnes

Pulso

Julian Barnes

En una población costera un agente inmobiliario divorciado inicia una relación con una camarera extranjera y acabará descubriendo un secreto doloroso; dos escritoras ya mayores comparten giras de conferencias, una larga amistad, tiranteces, celos, maldades y confidencias; en los albores de la historia de Estados Unidos un pintor de retratos se venga de un detestable cliente; un hombre queda fascinado por una mujer aquejada de una enfermedad de la piel que la obliga a llevar guantes... Éstas son tan sólo algunas de las historias que conforman Pulso, una espléndida colección de cuentos que indagan con sutileza, humor y perspicacia en las pasiones y debilidades humanas, a través de unos personajes inolvidables.
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Julian Barnes es simplemente genial. La primera novela que leí de él fue "Niveles de vida" tres historias que parecen aisladas pero que resultan sutilmente interconectadas. Ahí descubrí a este autor inglés que es capaz de sembrar en una conversación aparentemente banal una profunda reflexión sobre el dolor, el amor o simplemente la vida misma.

Pasé un cierto tiempo sin caer en la tentación de leer otra obra suya pero no pude reprimirme de asistir a una sesión cinematográfica de una obra  que aún no había leído. Se trataba de "El sentido de un final" del director indio Ritesh Batra con Jim Broadbent y Charlotte Rampling. Resultó ser una de las mejores películas que había visto en el 2017. Fantástica. Si pueden, vayan a verla.

Consecuencia de la película: volví a caer en la adicción a Julian Barnes pero esta vez literariamente. Por Reyes regalé libros de este autor a mansalva. Ignoro si mis allegados los leerán o no. Si no lo hacen, lo siento por ellos porque se perderán un pequeño disfrute intelectual.

El que reseño se situla "Pulso". Se compone de once relatos ordenados en dos apartados. 

Los de los dos apartados tiene su razón de ser. Me explico. En el primero hay seis historias aunque cuatro de ellas contienen el mismo argumento: tres parejas que en una sobremesa discuten acaloradamente sobre todo lo imaginable: la historia de Norteamérica, el cáncer de colon o el papel de la religión. Veamos de qué van las restantes de este primer apartado (sin "espoilers", por supuesto)

Viento del Este.- Un hombre divorciado a causa de ser un "mete patas" intenta una nueva relación con una camarera extranjera.

En la cama de John Updike- Dos autoras de mediana edad y mediado éxito literario reflexionan juntas sobre su vida pasada y sobre su actual relación.

El universo de la Jardinería. Un matrimonio. Una nueva vivienda con un pequeño jardín. Ambos, de diferente forma y perspectiva se obsesionan por embellecer el jardín. El urbanita y la Naturaleza. Tensiones pero no más.

Invasión de la propiedad privada. Seguimos con las obsesiones. Aquí es un maestro recién divorciado "fan" absoluto del excursionismo que intenta una nueva relación con una empleada de banca también excursionista ·"ma non tan fanática".

Las líneas del matrimonio. Una pareja, también amante de la Naturaleza, veranean cada año a lo largo de toda su vida en una pequeña isla escocesa. El relato sigue la linea sinuosa que sigue la relación del matrimonio, comparándola con la pareja de isleños que regenta el "braid and Brekfast" en el que veranean. Es muy interesante este relato.

Y a partir de aquí empieza la segunda parte que perfectamente hubiera podido ser otro libro. ¿Por qué ha hecho esta diferencia, este nuevo espacio, Julian Barnes. Los cinco relatos también se centran en las relaciones humanas pero con dos diferencias sobre los relatos anteriores: Cada uno glosa un sentido y pertenecen a tiempos históricos diferentes.

El Retratista.- El oido. 
Siglo XVII. Un hombre sordomudo por una enfermedad infecciosa a los cinco años se gana la vida como retratista errante y de pronto un cliente especialmente egocéntrico le exige "más dignidad" en su retrato. La gente siempre se sorprende al verse en el cuadro "¿Así me ven?. ¿Así me verán cuando me muera?. Algunos, como este cliente simplemente no puede aceptarse como es.

Complicidad.- El tacto.
La novia del protagonista sufre de un síndrome de circulación deficiente que se manifiesta cuando hace frio y entonces la sangre se concentra en las zonas importantes y se retira de las extremidades (los dedos amarillean). Por su parte él padece una extraña enfermedad de la piel.se establece cierta complicidad.

Armonía.- La vista.
Una niña, excelente pianista, queda ciega cuando tenía tres años. Se supone que estamos en Viena sobre el 1770. El doctor M. intenta curarla mediante imanes. (¿De donde sacará Barnes estas historias?. ¿Son todas imaginadas?). Resultados sorprendentes.

Carcasona.-El gusto.
1839. Una historia de amor de uno de los últimos héroes románticos: Garibaldi con Anita una portuguesa medio india que vivía en Brasil. Vivió y combatió con él durante diez años, le dió cuatro hijos y murió en los brazos de Garibaldi en Italia. Barnes reflexiona sobre el flechazo y la relación del gusto con el sexo. Muy interesante.

Pulso.- El olfato.
No diré nada sobre este maravilloso relato. Sólo un consejo: por favor, leanlo en primer lugar aunque sea el último cuento del libro. Es impresionante.

Cuando uno tiene la suerte de pillar un libro tan conmovedor y, a la vez, tan desconcertante en su sinceridad, debería hacer alguna ofrenda a alguna musa por haberlo inspirado y luego respirar hondo pensando ¡qué suerte he tenido de disfrutar de un momento así!.

miércoles, 17 de enero de 2018

Eva. Arturo Pérez-Reverte

Eva

Arturo Pérez-Reverte


1937

Mientras la Guerra Civil sigue su trágico curso, una nueva misión lleva a Lorenzo Falcó hasta Tánger, turbulenta encrucijada de espías, tráficos ilícitos y conspiraciones, con el encargo de conseguir que el capitán encargado de un cargamento de oro del Banco de España cambie de bandera. Espías nacionales, republicanos y soviéticos, hombres y mujeres, se enfrentan en una guerra oscura y sucia en la que acabarán regresando peligrosamente fantasmas del pasado.




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Segunda entrega de la serie del espía super macho Lorenzo Falcó en la que, como es habitual en estos casos, aparece también su Némesis Eva Neretva, la espía bolchevique con la que siempre se enfrenta en la cama y fuera de ella. Mucho más fuera de ella.

Hay novelas que, cuando las lees, piensas: "Fijo que de ésto sale el guión de una película". Cuando lees la serie de Lorenzo Falcó dices: "Es un cómic fantástico". De hecho otras novelas de Arturo Pérez-Reverte (la serie de Alatristre) se han editado como tebeos. (Lo siento, soy de la generación de los cuarenta). Con ello no quiero decir que no sea una novela entretenida. Lo es.
Tampoco que esté mal escrita. Está cuidadosamente documentada en todos los detalles hasta los más mínimos, tanto los descriptivos de la localización de la ciudad de Tánger en aquellos años como de los personajes de los que siempre hace un cuadro sumamente realista hasta de los últimos pliegues de su vestimenta o de sus hábitos y costumbres. Casi se puede oler la brillantina de los arreglos capilares masculinos y los perfumes de las cuatro mujeres con las que comparte efluvios. Todo muy detallado y todo bastante ligero. 

La historia en sí es cortita. Toda la tensión se centra en si podrán hacerse con las cajas que contienen el oro y que están en la bodega del artillado mercante Mount Castle. La duda es si lo harán antes de que el barco zarpe de Tánger o después. Si lo hacen antes es porque habrán convencido de alguna manera más o menos rastrera al capitán Fernando Quirós para que cambie de bandera, de la republicana a la nacional. Pero si lo hacen después de que el barco salga a las aguas internacionales, será hundido por el destructor nacional Martín Alvarez que lo estará esperando. Este es el intríngulis de la novela. Como verán la cosa no es muy complicada. Los tebeos no suelen serlo.

Lo mejor de la novela: el diálogo entre los dos capitanes, el del barco rojo y el del barco republicano.
Lo más prescindible: las escenas eróticas y la relación sado masoquista entre Lorenzo Falcó y Eva Neretva.

Es una novelas de las que, cuando la has terminado ya la has olvidado

martes, 2 de enero de 2018

Enviada especial. Jean Echenoz

Enviada especial

Jean Echenoz

Por las páginas de esta novela asoman, entre otras muchas cosas, un secuestro, un general conspirador y su secuaz, una moderna Mata Hari, una vieja gloria del pop a la que acecha un pasado oscuro, un atracador vengativo, un hombre misterioso con una mancha en la cara en forma de mapa de Nueva Guinea, un asesinato, un dedo amputado y un complot contra Corea del Norte.

Un breve comentario

Supongo que les habrá pasado alguna vez: estar tranquilamente sentado en la butaca de leer con un libro en las manos y riendo sin parar como un enajenado.

Menos mal que estaba completamente solo.

Aviso, pues, a navegantes. Esta es una novela surrealista que narra hechos completamente imposibles de que ocurran en la (a veces demasiado) aburrida realidad. Algo así como la película de José Luis Cuerda "Amanece que no es poco" en la que los hombres crecen en la tierra como las lechugas y los aldeanos presumen de conocer a fondo a Dostoievsky. Un trabajo inolvidable.

Jean Echenov tuvo un importante éxito con su novela 1914 sobre la Gran Guerra. Un trabajo muy minucioso y documentado. Luego ha escrito biografías sobre hombres del siglo XX (Ravel, Emil Zátopek, etc.) Y de pronto nos sale con esta parodia de espías. 

Su estilo es bastante original. Nos narra la historia una tercera persona omnisciente. Y cuando digo "narra" quiero decir que nos la cuenta directamente a sus lectores con guiños, gestos supuestos y abundancia de detalles geográficos la mayoría innecesarios. Como algunos de los personajes que no se sabe qué pintan en este escenario. El narrador hace bromas con nosotros constantemente ("Aunque yo sea omnisciente, no lo soy del todo" como si hubiera sucesos que se escapan a su pluma. O "Como ustedes habrán supuesto... Fulano es en realidad Zutano", jugando con la confusión de los nombres de sus personajes.

La mayoría de lo que acontece en la novela no tiene mucho sentido. ¡Peo qué más da!. Disfrútenla como he hecho yo.