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lunes, 26 de diciembre de 2016

Mauricio o las elecciones primarias. Eduardo Mendoza

Mauricio o las elecciones primarias

Eduardo Mendoza

Mauricio, un dentista con ideales pero sin carácter, regresa a la Barcelona de la transición. El azar le llevará a participar en la campaña del partido socialista y a entablar una estrecha relación con dos mujeres: la equilibrada Clotilde y Porritos, que le revelará los aspectos más oscuros de su mundo. Como trasfondo, una Barcelona ilusionada por los Juegos Olímpicos del 92 y mucho desencanto político.

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Siempre me ha gustado la forma de escribir de Eduardo Mendoza. Es muy fluida. Como si fuera muy fácil escribir. Pero esconde un profundo trabajo de depuración del lenguaje y del estilo.
También me gusta su humor. Unas veces surrealista y otras muy sutil.

No sé por qué me había pasado por alto este libro del 2006 y en cuanto lo vi., me puse a leerlo casi de un tirón. No es su mejor libro y, aunque mantiene esos rasgos de fluidez y de humor, me ha parecido algo pedante.
En primer lugar, lo de las elecciones a las que quizás alude el título (también se podría referir a las elecciones vitales que debe hacer el protagonista Mauricio o su novia Clotilde) tienen un papel muy secundario en la novela. Le sirven al autor para dar unos brochazos a la política catalana de principios de los noventa con el fracaso de Raimon Obiols del PSC frente a Jordi Pujol y exponer lo precario y amateur que era la política y los políticos en aquellos años. Pero poco más. Mauricio participa un tanto improvisadamente en algunos mítines en barrios periurbanos de Barcelona y nada más. Ni siquiera vota en las elecciones.
Posiblemente de forma premeditada, Mendoza nos dibuja al protagonista como un hombre bastante débil, inseguro del papel que debe jugar en una sociedad que no acaba de comprender y con sentimientos de culpabilidad por cualquier cosa. No es un personaje con el que el lector pueda identificarse fácilmente.
Clotilde, su novia, parece un personaje más trabajado aunque ambiguo. Nunca se sabe por cual registro nos va a salir. Sin embargo me parece mucho más humano y compatible aún con su inexperiencia.
El tercer lado del triángulo amoroso es "la Porritos" que introduce en la narración el tema del SIDA que, por aquellos años, era un verdadero azote social sin cura. Es personaje muy sensible e interesante. Además no perora como el cura Don Serapio que representa a la generación de los de "contra Franco vivíamos mejor".
También peroran demasiado los dos políticos socialistas "trepas" y el primo israelí de Mauricio. ¿Por qué introdujo el conflicto palestino-israelí en la novela?. No tengo respuesta a ésto. Como tampoco la tengo para el viaje de Clotilde a Ginebra que no aporta nada a la trama. Parece un puro relleno.

Una pequeña decepción de un gran escritor que anunció la muerte de la novela

Miedo a los espejos. Tarik Ali


Miedo a los espejos

Tarik Ali
Alemania ha sido unificada. El futuro parece prometedor, pero no para Vlady, un disidente de la antigua Alemania Oriental. Su mujer le ha dejado y le han echado de la Universidad por la misma razón por la que tuvo problemas en la antigua RDA: creer en que aún es posible establecer un socialismo democrático. Mientras que su hijo, Karl, con quien las relaciones no son muy estrechas, se ha convertido en un próspero socialdemócrata. En plena crisis existencial, Vlady reflexiona ante los cambios vertiginosos a los que se está viendo abocado, mientras intenta explicar a su hijo lo que significó para su familia el prolongado y apasionado compromiso con el comunismo. Una reflexión que le evoca la historia de Ludwik, el agente secreto polaco que reclutó al británico Kim Philby, purgado por el estalinismo durante el pacto germano-soviético. Y los misterios de su relación amorosa con su madre, Gertrude, recientemente fallecida. Vlady quiere saber quiénes y cómo eran en realidad. Lo que va a descubrir no es lo que esperaba. Escrita en clave de suspense, con sagacidad y sensibilidad, a través de una trama urdida al hilo de las revueltas políticas del siglo XX, Tariq Ali esboza en Miedo a los espejos la historia de Europa central desde la perspectiva de quienes vivían al otro lado del Telón de Acero. Desde sus esperanzas depositadas en unos ideales en los que creyeron, a sus dolorosas decepciones por la traición de los mismos. Para Vlady, como para algunos alemanes del Este, la caída del comunismo fue el final de una larga y tormentosa historia de amor: libres al fin para poder contar la verdad, descubrieron que ya no querían escucharla.

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 No estoy demasiado de acuerdo con la sinopsis de la editorial que ha publicado el libro. Veo esta narración como un texto bastante más complejo y diferente. Creo que refleja (recordemos que se publicó en 1998 a los diez años de la caída del muro) acertadamente, por un lado, la amargura y el sentimiento de traición de los auténticos comunistas que creían (quizás de una forma demasiado ingenua) que era posible una Utopía de una sociedad libre y, al tiempo, igualitaria y, por otro, los socialdemócratas actuales que ven el sistema marxista como un gran fracaso.
Lo explica muy bien el hijo del protagonista, Karl, en una estrevista de selección del Partido Social Demócrata alemán:

"Con actitud clínica, se concentró en la incapacidad del sistema de propiedad estatal para distribuir bienes. En su opinión, la razón del hundimiento había sido la escasez material, la insolvencia de una economía que ponía de manifiesto la ineficacia de la ideología. Fue eso lo que desencadenó la caída y no el ansia de valores abstractos como democracia o libertad."


Como ya sabemos de sobras, todo lo relacionado con las ideologías dogmáticas es contradictorio y ambiguo. ¡Pobres mentes las que caen en sus redes!.

Vlady (de Vladimiro, en honor a Lenin) es desposeido de su cátedra de Literatura comparada en la RDA por ser un comunista disidente del régimen. Cae el Muro, cae el régimen y Vlady se encuentra en una sociedad que, para nada, era la que él ha soñado toda su vida.

"La realidad había hecho saltar en pedazos su mundo, pero aún sobrevivía en sus sueños y pesadillas. Intacto, incólume. La antigua RDA pruso-estalinista con su laberíntica burocracia, sus peculiares costumbres, su irracionalidad profundamente arraigada, su crueldad cotidiana y su lente distorsionante por la que el mundo se veía desfigurado. La historia lo obligaba ahora a vivir en un mundo nuevo que le había privado de su dignidad como ciudadano. "

Atrapado y bien atrapado entre la espada y la pared.
Su gran amigo Sao, el vietnamita guerrillero  convertido en millonario, le escucha y piensa:

"La postura política de Vlady era tan absurda que le enternecía. Pero también era admirable. Sao tenía la impresión de que, desde que lo habían expulsado de la vida académica y su sueño de una Alemania Oriental ni occidentalizada ni sovietizada se había convertido en una pesadilla, su amigo continuaba librando una batalla dialéctica que la historia ya había dado por concluida. No le podía decir a Vlady que su mayor deseo era romper en mil pedazos el espejo al que Vlady seguía mirando sólo para ver reflejado el espejo que tenía detrás. Tenía que ser el propio Vlady quien lo hiciera."

Su hijo contesta a todas sus cartas llenas de nostalgia de un mundo que nunca existió, de esta forma:


 "Lo que no soporto de tu generación es que os negáis a aceptar el veredicto de la historia. En tiempos, la historia se movía inexorablemente hacia delante, hacia vuestras utopías. Luego la entendisteis como un proceso con un sujeto: el gran e invencible proletariado mundial, unido en la lucha de clases contra su enemigo. Ahora la historia se ha convertido en una ramera. Mira lo que te rodea, Vlady, abre los ojos. Los campesinos pobres de Ruanda están matando a sus vecinos pobres por cuestiones tribales. Los serbios cristiano-ortodoxos matan a los bosnios musulmanes y a los croatas católicos, que a su vez los matan a ellos. ¿Es esto el progreso?
No te echo en cara tus recuerdos ni tu pasado, padre, así que, por favor, no me eches a mí en cara mi futuro. Yo no quiero utopías. Quiero tener una vida tranquila, un gobierno decente, una mujer a la que ame y que me ame a mí, un par de hijos, un sistema público de transporte que funcione y una bicicleta resistente… en este orden. ¿Te parece aburrido? Tal vez lo sea, pero prefiero aburrirme y llevar una vida común y corriente antes que vivir a tope mientras veo cómo perecen millones de seres humanos. La razón debe sustituir al dogma y a la ideología. Me niego a tratar de implantar una historia que destruya las historias «menores»."


Pero la utopía imposible no es lo único que lo atormenta. Su mujer, Helge, lo ha abandonado y se ha ido con su consulta de psicoanálisis a Nueva York. Su hijo Karl (que se intuye que terminará siendo un tiburón de la SPD alemana) no comprende ni sus angustias ideológicas ni la separación de su madre Helge. Su madre, Gertrude, nunca termina de explicarle por qué su padre Ludwik, fue asesinado por los suyos y ve como sus mejores amigos van perdidos sin rumbo o bien se cuelgan de un árbol.

La figura que planea constantemente sobre Vlady es su padre y no se detiene hasta conseguir que, con dinero, su amigo Sao consiga el expediente de la KGB que motivó su asesinato en Suiza.

La historia de Ludwik, de su amada mujer Lisa y de su hijo Félix es, con diferencia, lo mejor de la novela. Su historia empieza así:



"Había una vez, en la aldea de Pidvocholesk, en la provincia de Galitzia, cinco chicos cuyos nombres comenzaban por L. Sucedía esto en la última década del siglo pasado. Los cinco muchachos se bañaban en las aguas del mismo río, asistían al mismo colegio, perseguían a las mismas chicas e iban creciendo sin que les importara el hecho de que su aldea, situada en la frontera entre los territorios austro-húngaros y los dominios del zar de todas las Rusias, estuviera sujeta a los caprichos del imperialismo y, cada pocos años, cambiara de manos. Esto suponía que debían aprender dos lenguas extra en lugar de una y que les enseñaban a leer a Pushkin y a Goethe en versión original."

Esos cinco "L" acaban montando el Cuarto Departamento del Ejército Rojo y una extensísima red de espías entre los que se encontraba el famoso Kim Philby y otros igleses de la inteligencia británica.

Cómo este hombre Ludwik pudo relacionarse con Gertrude, la madre de Vlady, tendrán que descubrilos ustedes mismos leyendo la novela. Cosa a les animo fervientemente.





domingo, 18 de diciembre de 2016

Tormenta de nieve y aroma de almendras. Camilla Lackberg

Tormenta de nieve y aroma de almendras

Camilla Lackberg



Martin Molin, el joven policía ayudante de Patrik Hedström, viaja a una isla cercana a la costa de Fjällbacka para pasar las fiestas navideñas con la adinerada familia de su novia. En medio de una fuerte tormenta, Ruben, el abuelo y patriarca de la familia, poseedor de una inmensa fortuna, muere en circunstancias extrañas. Martin percibe el sutil aroma a almendras amargas que flota en el aire, claro indicio de un envenenamiento. Inquietos e incomunicados, los invitados tendrán que esperar a que amaine la tormenta. El libro contiene, además, cuatro relatos cortos, independientes, situados en la constelación de Fjällbacka y de sus personajes.

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Esperaba bastante más de Camilla Lackberg pero no se necesita ser detective sueco para colegir que la autora debía entregar un texto que coincidiera con la Navidad de 2016, así que no hizo un gran esfuerzo para llenar unos cientos de folios. Ni siquiera tuvo que sacar el cajón a Patrik Hedström que es el protagonista del resto de sus novelas. Le bastó su ayudante, Martin Molin. Una familia rica en la que todos se odian entre sí. Un patriarca decepcionado de sus descendientes. Una reunión navideña en un hotel de lujo en una isla que queda aislada del mundo por una tormenta de nieve. El argumento clásico de Agatha Christie: un universo cerrado con cadáveres y un ignorado asesino que forzosamente está presente en el círculo. Un poco de relleno literario. Todos repitiendo las mismas preguntas una y otra vez. Menos mal que hay una buena resolución final bastante imaginativa. También propia de la autora de "La Ratonera" y "Asesinato en el Oriente Express".

Y así y todo la novela quedaba corta. La autora tuvo que meter unos cuantos textos que debía guardar junto al próximo libro que (espero) sea como los del resto de su serie.

En fin. Todos tenemos nuestros compromisos por Navidad



Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido. Paloma Sánchez-Garnica

Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido

Paloma Sánchez-Garnica



Una brillante carrera como juez, el respeto de quienes la rodean, una vida independiente... Carlota lo tenía todo para ser feliz. Sin embargo, siempre le faltó una Navidad. Cuando a los doce años su madre le reveló el gran secreto, Carlota supo que ya nada volvería a ser igual. La palabra «bastarda» se convirtió en un estigma para ella. La palabra «familia» no volvió a significar lo mismo. La llamada de su padre moribundo muchas décadas después la obligará a debatirse entre el deseo de saber y la necesidad de huir.



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Escuché por la radio una opinión de una escritora que me hizo reflexionar. Dijo que las mujeres (que con mucho son más lectoras de libros que los hombres) pueden leer todo tipo de literatura pero que los hombres raramente leen novelas "de mujeres", prefiriendo la novela negra, la acción o la épica. De alguna forma nos estaba indicando que las escritoras con temática más emotiva, sentimental, "femenina" (para entendernos) tenían un mercado lector más limitado. Pensé que quizás tenían razón. En mi caso confieso que tengo mis prejuicios en cuanto lectura se refiere. Dificilmente abriré una novela que se titule "Noches de terciopelo" o algo del estilo de "Sombras de Grey". Claro que tempoco me van los vampiros y los muertos vivientes, pero esta es otra historia.  Pero una novela en la que predominen sentimientos, emociones, relaciones dramáticas, etc. ¿por qué no?.

Más o menos eso fue lo que pensé cuando empecé a leer esta novela de Paloma Sánchez-Garnica. No tenía especiales referencias (bueno, eso no es del todo cierto. Vi medio capítulo de la serie de TVE "Sonata del silencio" basada en una novela suya y no pasé de ahí) pero me gustó la sinopsis y bajé el muro de las reservas y prejuicios.

La novela arranca bien. Muy bien. A las pocas páginas uno se entera de cual es el nudo del problema y la pregunta clave que te mantiene leyendo hasta el final. Carlota, la juez protagonista, se enteró que su padre y su madre no estaban casados cuando tenía doce años. El mismo día supo, además, que su progenitor no sólo estaba casado legalmente con otra mujer sino que, además, tenía tres hijos que debían ser sus medio-hermanos. ¿Por qué durante toda la vida de su madre ésta consistió y aceptó sumisamente esta situación?. ¿Por qué su padre, que decía amarla tanto, no se divorciaba y se casaba con su madre?. Y finalmente, ¿Por qué no aceptaba darle su apellido?.

Este es el centro de toda la novela.

Poco a poco vemos como se desarrollan los acontecimientos y los distintos personajes de la trama. El padre, Clemente Balmaseda, su madre, Manuela Molina, su abuela, Zenobia, la esposa legítima de su padre, doña Amalia y los tres hijos: Carlos, Enrique y Julia. Es, pues, una novela coral en la que estos personajes van creciendo y ganando humanidad página a página. Especialmente me ha gustado el personaje de su medio hermana, Julia, que es la que llega a intimar con la protagonista.

Es una novela de mujeres. De mujeres que "se encuentran en donde no quieren estar". Mujeres mal casadas, mal amadas, sometidas, humilladas, dependientes y, en muchas ocasiones maltratadas psicológicamente y físicamente. Cada una tiene, por supuesto su historia y el porqué han llegado a donde están. Viven vidas equivocadas pero no por su propia decisión, sino por la de otro.

¿Y los personajes masculinos?. Ahí la autora, en el momento de diseñarlos, quizás se haya pasado un pelín. Todos: abuelos, padres, hijos (los nietos no salen prácticamente) son malos malísimos: asesinos, maltratadores, déspotas, controladores, egoístas, sádicos, infieles y derrochadores. No sé si me he dejado algún calificativo pero ya se hacen una idea ¿no?.

Mientras estaba llegando al final pensaba (y supongo que, como yo, el resto de los que se hubieran metido en esta novela) "cómo la respuesta al por qué de todo este lío, sea algo previsible o convencional, quemo este libro". (Una exageración por supuesto porque lo leí en el ebook).

Pero no lo quemé. El final es algo rocambolesco, ciertamente, pero no previsible.

Ya ven. Los hombres también leen novelas femeninas.

Capricho. Almudena de Arteaga

Capricho

Almudena de Arteaga

Capricho es una fantástica novela histórica narrada por la misma condesa - duquesa de Benavente, una de las damas de la alta aristocracia que más títulos tuvo en su haber. A lo largo de sus páginas, la condesa - duquesa recibe con asombro la noticia de que su protegido, el pintor Francisco de Goya ha pintado un retrato de una dama desnuda, algo escandaloso para su tiempo. Mucho más si se cree que la modelo podría haber sido su propia prima Cayetana, la duquesa de Alba que por aquel entonces había enviudado y disfrutaba de la vida como nunca. A pesar de las pesquisas, indagaciones y constantes preguntas a su prima Cayetana, María Josefa no descubrirá quien es en verdad la dama o damas que conforman en verdad el retrato de la gitanilla desnuda

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Con el pretexto de una anéctota respecto a la desaparición del cuadro de desnudo de Cayetana de Alba, Almudena de Arteaga nos ofrece toda una perspectiva de la situación político y social de la alta clase noble española en el infausto reinado de Carlos IV y de no menos infausto valido, Miguel de Godoy, Príncipe de la Paz.

Condesa de Benavente          Duquesa de Alba                    Condesa de Chinchón
Estos son las tres protagonistas de la novela, inmortalizadas por el genial pincel de Francisco de Goya y Lucientes que quería simbolizar con ellos la sabidura, la seducción y la dulzura: los tres atributos que él admiraba de la feminidad.


María Josefa Alonso-Pimentel de la Soledad y Téllez-Girón, condesa-duquesa de Benavente y duquesa de Osuna, casada con su primo Pedro de Alcántara Téllez-Girón y Pacheco, IX duque de Osuna es la protagonista principal de la obra y, en primera persona, narra los acontecimientos que sucedieron en la Corte a finales del siglo XVIII justo antes de la invasión napoleónica. Mujer ilustrada, madre de cinco hijos a los que dedicó gran parte de su vida, fue una mujer bastante libre (para aquellos tiempos diríamos de "libérrima") que se rodeó de arte, de cultura y fue mecenas de hombres de la talla de Goya o de Moratín.
Su prima, María del Pilar Teresa Cayetana de Silva y Álvarez de Toledo, duquesa de Alba, Grande de España está ya viuda en 1796 cuando se inicia el relato. Las conversaciones entre las dos sirven a la autora para reflejar las distintas perpectivas sobre las costumbres (más bien licenciosas) que tenía la nobleza en una sociedad muy degradada desde todos los puntos de vista y que iba a ser arrasada por desastres y guerras sin fin.
Finalmente está la pobre y desgraciada María Teresa de Borbón y Vallabriga, XV condesa de Chinchón y I marquesa de Boadilla del Monte que con diecisiete años fue obligada por su primo, el rey Carlos IV, a casarse con Manuel Godoy que la sometió a todo tipo de ultrajes incluso el de tener que convivir con la amante de su marido y los hijos de ambos. Ahí en su cuadro está reflejada su tristeza y su soledad.

Hay una escena en la que Goya está pintando el cuadro y se acerca a él la protagonista la condea de Benavente. Observa la pintura y le dice: 
"—Es hermoso. Habéis logrado reflejar en su mirada toda su dulzura, su sentimiento, su melancolía, su…


Don Francisco alzó el pincel para solicitarme silencio.
—Su inocencia —concluyó.
—Sí, es el adjetivo perfecto —dije sonriendo—. Nadie como vuestra merced para pintar semblantes. ¡Qué diferente expresión a la que tiene en el retrato que le pintasteis en Arenas de San Pedro cuando apenas tenía tres años! La luminosa sierra de Gredos de fondo, el caniche a sus pies, la mirada fija en el espectador y los brazos en jarras sujetándose la mantilla a la altura de la cintura. Demostraba esa seguridad en sí misma que ahora de adulta tanto le falta. —Estudié más minuciosamente la pintura inacabada—. Hoy, en cambio, la pintáis sobre un fondo oscuro como la noche. Nadie ni nada la acompaña excepto la miniatura de un insignificante retrato de su marido en el anillo. Está sentada. Casi derrengada. Es como si hubiese cumplido mil años de mustia soledad. Sólo las espigas de su tocado pueden hacer referencia a la ansiada compañía de un hijo, a su futura fertilidad."

Aunque todos los lectores de Almudena de Arteaga estamos acostumbrados a cómo esta autora documenta escrupulosamente sus novelas, en ésta este cuidado en todos los detalles históricos nos indica que se realizó un gran trabajo documentalístico.

El título de la novela se refiere a una de las obras con las que engrandeció Madrid la protagonista de la novela: el palacio y el parque de el Capricho en la Alameda de Osuna.






















viernes, 9 de diciembre de 2016

Lennox. Craig Rusell



Lennox

Craig Rusell

Le conocemos en "Lennox" en 1953. Tiene 35 años, mide 1,80. Su vivienda, que alquila a una viuda, está en la parte superior de un chalet victoriano en Great Western Road y tiene una pequeña oficina en la calle Gordon, al lado de la Estación Central, donde lleva algunos asuntos "oficiales": desapariciones, robos y falseo de pruebas para divorcios. Su auténtico despacho está el bar Horsehead, entre las 7,30 y las 9 de la noche, donde entabla todo tipo de contactos y bebe ocasionalmente con su amigo policía Jock Fergusson.

Hace trabajos de investigación para los Tres Reyes: Willie Sneddon, Jonny Cohen, el guapo y Michel "Martillo" Murphy, la triada de jefes criminales de Glasgow, que en esta ocasión le encargan investigar el asesinato de dos gánsteres gemelos.

Conduce un Austin A90 Atlantic Coupé, fuma y bebe con moderación. Le gusta cualquier tipo de lectura, salvo Hemingway. Trata mal a las mujeres y se siente culpable por ello. No se gusta a si mismo. Se puede comprar su lealtad, aunque sea por un corto periodo de tiempo.

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Tenia ganas de desintoxicarme un poco con un clásico de la novela negra y uno de los detectives más famosos del género. Volver a la postguerra, a 1953. A las mujeres fatales, a los policías corruptos y torturadores, al detective cínico, listo y siempre en peligro de ser apaleado por unos u otros. 
En ocasiones hay que volver a los orígenes porque con tanta novela negra sofisticada se nos han olvidado a los pioneros del género.

Un inquietante amanecer. Mari Jungstedt

Un inquietante amanecer
Mari Jungstedt



Un hombre se encuentra de vacaciones con su familia en la isla de Farö, al norte de Gotland. Como todos los días de su vida, madruga y sale de la caravana en la que se alojan para correr. Pero no vuelve nunca. En el camino se encuentra con alguien que le mata de un tiro en la frente y luego le dispara siete veces en el vientre.
El comisario Knutas se encuentra de vacaciones por lo que va a ser Karin, recientemente ascendida a subcomisaria, la que se encargará en un primer momento de la investigación del crimen. 

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Una buena amiga me ha prestado la octava y última entrega de la serie del Comisario Anders Knutas del que ya había leído "Nadie lo ha visto", "El arte del asesino", "Doble silencio" y "Nadie lo ha oído". Es un tipo de lectura fácil, bastante adictiva y sin complicaciones por lo que me apetecía echarle el diente a esta novedad prestada. Pero luego pensé: "¿Vas a leer la octava entrega sin haber leído las tres anteriores que tienes ahí muertas de risa desde el verano?". Y decidí que debía seguir el orden y ocuparme de este "Inquietante amanecer" que es la quinta entrega.
Ya saben que en estas series nórdicas el equipo protagonista suele ser el mismo y, aunque pueden leerse sin problemas por separado, es mucho más interesante ver cómo les va yendo a estos personajes que tan importantes son en la novela negra nórdica, ¡Y más con los nombrecitos que lucen que hacen que sea fácil de olvidarlos o simplemente, confundirlos!.

Peter Bovide, la víctima, es un constructor que con grandes esfuerzos ha logrado hacer rentable su empresa. Buen esposo, y padre de familia. Un hombre que cae bien a todo el mundo y, sin embargo le meten ocho balazos a quemarropa. Una ejecución rabiosa. Este el planteamiento lleno de incógnitas.
El lector sospecha que la causa tiene que venir del pasado porque, de pronto, la autora nos abre un escenario de Hamburgo en 1985. Un matrimonio con dos hijas que van a poder volar hasta una extraña y maravillosa isla llamada Gotska Sandön. Una isla bajo control militar y parque natural. Oleg, el marido y padre es ornitólogo y así podrá trabajar en unas maravillosas condiciones de aislamiento. Ahí. En esta isla tuvo que pasar algo.

Normalmente en las anteriores novelas de la serie, el periodista Johan Berg tiene un importante protagonismo (en "El arte del asesino" que es el libro IV de la serie, está a punto de morir en manos de un asesino en serie). Colabora y estorba al Comisario Knutas lo que da cierto juego a la trama. Aquí Mari Jungstedt lo usa principalmente como relleno con sus encuentros-desencuentros con su ex Emma Winarve. Sirve para "refrescar" la trama y hacerla menos agobiante en los momentos (imprescindibles en la novela negra) en que se entrevista a todo el mundo sin avanzar un paso.

Un entretenimiento. Pero no nos engañemos, estas novelas de Mari Jungstedt son de tres estrellas. No más. Pero ya se sabe que sobre gustos no hay nada escrito. Dijo aquel. Y el otro contestó... "porque no lees lo suficiente".


Me llamo Lucy Barton. Elisabeth Strout

Me llamo Lucy Barton

Elisabeth Strout



En una habitación de hospital en pleno centro de Manhattan, delante del iluminado edificio Chrysler, cuyo perfil se recorta al otro lado de la ventana, dos mujeres hablan sin descanso durante cinco días y cinco noches. Hace muchos años que no se ven, pero el flujo de su conversación parece capaz de detener el tiempo y silenciar el ruido ensordecedor de todo lo que no se dice. En esa habitación de hospital, durante cinco días y cinco noches, las dos mujeres son en realidad algo muy antiguo, peligroso e intenso: una madre y una hija que recuerdan lo mucho que se aman.

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Elisabeth Strout es, para mí, lo mejor de lo mejor. Desde que leí Olive Kitterindge quedé prendado de su forma de escribir. De lo que cuenta y cómo lo cuenta. Me he preguntado muchas veces, ¿cual es su secreto?. ¿Cómo es posible que alguien escriba con esta aparente facilidad como si las palabras surgieran como el agua de una roca?. En este, su último y esperado (para mí) libro creo que he descubierto su secreto. Luego lo diré.
¿De qué va (realmente) "Me llamo Lucy Barton"?. Va del amor y el sufrimiento. De la soledad y el terror. De la humillación y de la reconciliación. ¡De tantísimas cosas del alma humana!. Es casi imposible describirlo.

Lucy Barton nace en un pueblecito de Illinois llamado Amgash en medio de la escasez económica pero , principalmente, de la escasez de afecto. (O de expresión del afecto).

Sarah Payne (su amiga escritora famosa) cuando leyó lo primero que había escrito, le dijo: “Mira, escúchame, y escúchame con atención. Lo que estás escribiendo, lo que quieres escribir –volvió a inclinarse hacia delante y dio unos golpecitos con un dedo en las hojas que le había dado– es muy bueno y te lo publicarán. Pero escúchame bien. La gente se te echará encima por unir pobreza y maltrato. Una palabra tan absurda, una palabra tan convencional y absurda como maltrato, pero la gente dirá que puede haber pobreza sin maltrato, y tú no dirás nada. Nunca defiendas tu trabajo, nunca. Ésta (la historia de su familia) es una historia de amor, tú lo sabes. Es la historia de un hombre atormentado todos los días de su vida por cosas que hizo en la guerra. Es la historia de una esposa que se quedó a su lado, porque eso es lo que hacían la mayoría de las esposas de esa generación, y cuando va a la habitación del hospital a ver a su hija habla compulsivamente de que el matrimonio de todo el mundo va mal, y ella ni siquiera lo sabe, ni siquiera sabe lo que está haciendo. Es la historia de una madre que quiere a su hija. De una manera imperfecta, porque todos amamos de una manera imperfecta. Pero si mientras escribes esta novela te das cuenta de que estás protegiendo a alguien, recuerda una cosa: que no lo estás haciendo bien.”

Una gran parte del libro relata las conversaciones que tiene Lucy con su madre a lo largo de sólo cinco días. Ella estaba recuperándose de una intervención quirúrgica en un hospital de Nueva York y allí pasó nueve semanas y su madre, a la que no había visto en bastantes años, 
la sorprende presentándose en su habitación. Lo que hablan, lo que ambas sienten o lo que recuerdan es el corazón del libro.

Pero hay muchas más pequeñas historias contadas deslabazadamente y sin una relación de tiempo. Porque el secreto de esta autora es que escribe como si estuviera sentada a tu lado y te contara anéctotas de otras personas, de un tiempo pasado pero siempre rehuyendo la expresión de los sentimientos propios. Por eso la escritora le dice a Lucy "Es la historia de una madre que quiere a su hija de una manera imperfecta, porque todos amamos de una manera imperfecta".

Su escritura no parece literaria pero es próxima, cálida, directa, impactante pero sin pretenderlo. Te deja conmovido porque entiendes que te está hablando de lo que tú quisieras poder hablar y no te atreves.

Es un libro de cinco estrellas. Ese sí. Y gracias a la persona que me lo prestó.