Lo último leído

domingo, 30 de marzo de 2014

El sol bajo la seda. Éric Marchal (52)



El sol bajo la seda

Éric Marchal
Grijalbo

Lo que publica la editorial
Un apasionante retrato histórico de la Europa de finales del siglo XVII en el que la sociedad se enfrenta a los avances y controversias de la ciencia médica de la época.
La epopeya de un carismático cirujano ambulante que, guiado por la ambición de revolucionar la medicina, se ve abocado a una trepidante aventura en la que no falta el amor, la pasión, la guerra y las intrigas cortesanas.

Así lo he visto



Escogí esta novela por varias razones: La primera es que me creí la opinión de una serie de medios francófonos en los que suelo confiar. Vean lo que dicen:

““Con un estilo simple y evocador, Marchal nos relata, al estilo de Ken Follet, las aventuras de Nicolas Déuret, cirujano barbero ambulante.” Le Figaro Littéraire

“El formidable trabajo de investigación llevado a cabo por Eric Marchal ha dado como resultado una extensa novela de gran inspiración.” Le Républicain Lorrain

“Comparado con Ken Follet, Marchal relata de manera igualmente virtosa, con atención a los detalles, precisión y pasión, la vida de una época centrándose en la rivalidad entre los médicos de la facultad y los cirujanos-barberos.” Le Journal de Montréal

La segunda razón es que tenía muchas ganas de leer una buena novela histórica y, al comprobar que Éric Marchal era historiador y farmacéutico como yo, no dudé.

Dicho lo anterior debo reseñar que efectivamente Marchal ha trabajado a fondo la búsqueda de información médica, farmacéutica y de cirugía de finales del siglo XVII en Francia. En este aspecto merece un sobresaliente. Un notable en la recreación histórica de esta parte de Francia que, en aquellos años, era el Ducado independiente de Lorena con capital en Nancy. Su lucha contra los otomanos en tierras húngaras y las dificultades de convivencia del Duque Lepoldo con el Rey francés Luis XIV están excelentemente documentadas y descritas.
¿Qué es lo que falla entonces?.
Lo demás. Los personajes principales. La parte de ficción que ha incrustado en la historia real. En pocas palabras: no son creíbles. Los buenos son demasiado buenos, abnegados, cumplidores, etc. y los malos, todo lo contrario. No hay matices, no hay grises.
Se ha comparado a Marchal con Ken Follet. Quizás el primero haya trabajado más el marco histórico, pero Follet le gana en todo lo demás, o sea en la literatura.

Han sido 720 páginas. Demasiadas para tan escaso resultado.



sábado, 8 de marzo de 2014

La Rubia de ojos negros, Benjamin Black (50)



La Rubia de ojos negros

Benjamin Black
Alfaguara

Lo que dice el editor
La historia está ambientada en década de los cincuenta. Philip Marlowe se siente tan inquieto y solo como siempre y el negocio vive sus horas bajas, cuando irrumpe en su despacho una nueva clienta: joven, rubia, hermosa y elegantemente vestida, pretende que Marlowe encuentre a un antiguo amante, un hombre llamado Nico Peterson. Tras ponerse manos a la obra, Marolowe pronto descubre que la desaparición de Peterson no es más que el primero de una serie de sucesos desconcertantes. Antes de que se dé cuenta, Marlowe se verá enredado con una de las familias más ricas de Bay City y podrá comprobar lo lejos que están dispuestos a llegar con tal de proteger su fortuna… Sólo Benjamin Black, un maestro moderno del género, era capaz de escribir una nueva aventura de Philip Marlowe.

Cómo lo he visto


Benjamin Black es el seudónimo de John Banville (Wexford, Irlanda, 1945). Banville ha trabajado como editor de The Irish Times y es habitual colaborador de The New York Review of Books. En 2005 obtuvo el Premio Booker con El mar, consagrada además por el Irish Book Award como mejor novela del año. Entre sus novelas destacan también El Intocable, Eclipse, Imposturas, Los infinitos y Antigua luz (Alfaguara, 2012), uno de los mejores libros del año según la crítica. 

 Bajo el seudónimo de Benjamin Black, ha publicado en Alfaguara, con gran éxito de público y de crítica, El lémur (2009), la serie de novela negra protagonizada por el doctor Quirke, adaptada a la televisión por la BBC británica, con guion de Andrew Davies y Gabriel Byrne en el papel de Quirke —El secreto de Christine (2007), El otro nombre de Laura (2008), En busca de April (2011), Muerte en verano (2012) y Venganza(2013)—, y la esperada novela La rubia de ojos negros, escrita por invitación de los herederos de Raymond Chandler, el creador del detective Philip Marlowe.

En una entrevista reciente en “El País” confiesa que si alguien le hubiera propuesto resucitar a Phillip Marlowe le hubiera respondido “¡Cómo se atreve!”. 
También confiesa:
“Tengo una edad en la que he de probar cosas nuevas para no marchitarme, para no consumirme. Siempre estoy escribiendo una novela de Banville, pero me sobra energía literaria que derivo hacia Benjamin Black y, ahora, hacia Chandler. Me divierte y estoy en un momento en el que me puedo permitir asumir riesgos, hacer estupideces”.

Por supuesto es una falsa humildad ya que “La rubia de los ojos negros” no es ninguna estupidez. Phillip Marlowe, el que todos conocimos (el detective bebedor, mujeriego, siempre al borde de perder la licencia y receptor de golpes cual estera polvorienta, pero con dignidad y hasta una cierta ética) ha renacido o ha resucitado de la mano de John Banville.

La novela contiene absolutamente todos los ingredientes de las novelas de Chandler: mujer despampanante que contrata a Marlowe pero que esconde más de lo que dice, matones, ricos sin escrúpulos que siempre escapan a la “justicia para todos”, personajes encantadores y elegantes que embrollan la trama... etc. etc.

La trama tiene un contenido creciente en intensidad y en complicación. Al principio, como existen pocos datos conocidos, la narración fluye más despacio, pero a medida que se avanza la complegidad aumenta hasta el fulgurante desenlace final.
 
Una novela negra clásica escrita por un gran escritor de hoy.

¿Por qué tengo la impresión de que ésta no será la única novela sobre Marlowe que escribirá Benjamín Black?.

No se la pierdan.

martes, 4 de marzo de 2014

El Inventor de palabras. Gerard Donovan (49)



El inventor de palabras

Gerald Donovan
Tusquets

Lo que nos dice la editorial
La vida de Julius Winsome, en una remota cabaña de los bosques de Maine, ha acabado pareciéndose al paisaje que lo rodea: silencioso, aislado, insondable. Pero cuando su perro, Hobbes, muere a manos de un cazador, en un descuido o en un acto de crueldad, la discreta existencia de Julius, ya en la cincuentena, da un vuelco. Precisamente, Hobbes era lo único que le quedaba de un antiguo y fugaz amor. En adelante tendrá por toda compañía el viejo fusil familiar, con el que su abuelo luchó en la primera guerra mundial, y los numerosos libros que cubren las paredes de la cabaña.

Así lo he visto
Gerald Donovan era poeta antes que novelista y ello se nota desde el principio de este libro que es el tercero de este autor que se publica en España.
El título en español no se corresponde con el original que es simplemente el nombre del protagonista: Julius Winsome y supongo que quiere expresar el amor a la palabra escrita que impregna toda la narración. 
Pero Julius no es un inventor de palabras. Es más bien un recolector de palabras antiguas, isabelinas ya en desuso. Su padre le enseñó a recolectarlas, a memorizarlas y las suelta en cualquier situación ante el asombro de sus interlocutores que no comprenden el idioma en el que habla.

Donovan ha imaginado un hombre singular en un marco de lo más inhóspito: el Estado de Maine, cerca de la frontera con Canadá. Allí, en una cabaña (me da la impresión que de grandes dimensiones) en pleno bosque vive Julius Winsome, un cincuentón alto y desgarbado rodeado de 3.328 libros que cubren el interior de todas las paredes de la cabaña. Allí vivió su abuelo cuando regresó de la Gran Guerra y allí vivió su padre, silencioso, reflexivo, culto. Julius no conoció a su madre que murió en el parto y en la novela sólo tiene una breve relación amorosa con Claire, una mujer madura que aparece un día de entre los árboles del bosque que rodean la cabaña.

Julius está, pues, acostumbrado a la más absoluta soledad y a no esperar nada de la vida que transcurre día tras día sin ninguna novedad.
Fue Claire la que le convenció de que buscara un compañero, Hobbes, un perro mezcla de pitbull y terrier que se convierte en su mejor amigo.

Cuando alguien (no se sabe si por accidente o por maldad) mata a Hobbes, algo se rompe dentro del corazón de Julius. Es en este punto cuando aparece otro protagonista de la novela: un fusil Enfield de 1914 que trajo su abuelo al regresar de la guerra. Este fusil se convierte en el instrumento de una venganza que va fluyendo con suavidad en la segunda parte de la novela.

Donovan ha escrito un libro muy especial por el ambiente, los personajes y el lenguaje literario que usa. La verdad es que no me lo esperaba y me temía que tanta naturaleza, tanta nieve y tanta soledad terminarían por cansarme. No ha sido así. He leído la novela de un tirón con creciente interés y sorpresa porque la conducta de Julius Winsome deja perplejo al lector.

Y como suele ocurrir con una buena novela, lo mejor te espera en las últimas páginas.

Hay que seguir a Gerald Donovan porque puede ser uno de los clásicos en el futuro.

sábado, 1 de marzo de 2014

Perdida. Gillian Flynn (48)



Perdida

Gillian Flynn
Mondadori

Sinopsis del editor
Una de las autoras de suspense más celebradas de nuestro tiempo, la autora bestseller Gillian Flynn, retrata el mundo claustrofóbico de un matrimonio que hace aguas.
En un cálido día de verano Amy y Nick se disponen a celebrar su aniversario de bodas en Misouri. Como cada año, Nick espera hasta el último minuto para comprarle el regalo a Amy. No obstante, no va a hacer falta, puesto que Amy desaparece esa misma mañana sin dejar rastro. En el salón de su casa aparecen claras muestras de un forcejeo y la policía se pone a investigar de inmediato. Enseguida quedan desconcertados por la actitud de Nick: tan sereno que parece no importarle la desaparición de su mujer. Inevitablemente, pues, las sospechan recaen sobre él, pese a que mantiene su inocencia.

Mi opinión
Por favor. Mire este video promocional pero muy revelador.


Si creen que ésta es una novela de suspense normal, se equivocan de medio a medio.
Sí, al principio lo parece: un matrimonio joven que se han casado enamorados y que el cabo de cinco años de matrimonio tienen sus desavenencias y tensiones de convivencia... todo normal. Pero fíjense en un detalle del vídeo. Amy dice “supongo que por él estaba dispuesta a transformarme.” El enamoramiento hizo el milagro: Amy se “transformó” en la mujer ideal para Nick y viceversa. Todo perfecto. Pero una transformación de este tipo no es como darle a un interruptor: “ahora soy así... click... y ahora asá”. No. La transformación en el cónyuge perfecto requiere un esfuerzo continuado y Nick, un hombre “flojo”, con pánico a las mujeres, mimado por su madre y por su hermana melliza, no es capaz de mantener la tensión transformadora más que un cierto tiempo. Pierde el empleo, muere su madre, tienen que trasladarse de Nueva York a Missouri... demasiadas bofetadas en poco tiempo. Y él rebaja la tensión. Deja de intentar ser la pareja perfecta que Amy necesita para continuar siendo “asombrosa”.

Al final del libro hay un artículo de Rodrigo Fresán muy clarificador. 

Escribe:
“Gillian Flynn nos habla (y la leemos) como si se tratase de una stand-up comédienne que, mientras nos hace reír, nerviosos, juguetea con un afilado cuchillo de cocina. Lanzando frases ingeniosas y certeras y agudas mientras apunta a todo eso que se esconde bajo la alfombra o dentro de cajones o en habitaciones mal iluminadas en las que se entra poco, solo cuando es indispensable o se impone el recordar algo que estaba tanto mejor en el olvido o la amnesia.
Y es entonces cuando pensamos que lo que nos cuenta Gillian Flynn es que nadie es del todo como suponemos, que nada es completamente lo que parece.
Y que el amor es un arma de doble filo y un boomerang y una ratonera.

Lo que me lleva a precisar que las tres novelas hasta la fecha de Gillian Flynn -policiales que también pueden ser etiquetados como comedias de (muy malas) costumbres- vienen cargadas de objetos puntiagudos y voces afiladas de mujeres fatales o fatalistas. De mujercitas inmensas y todopoderosas. Cuidado con ellas.
Chick-lit, sí, pero con garras y colmillos y ojos de rayos X.
A saber:
En Heridas abiertas (Sharp Objects, de 2006) su heroína -la periodista Camille Preaker- volvía al pueblo de su infancia en Missouri a investigar el secuestro y asesinato de dos niñas. En sus ratos libres, Camille gusta de autoflagelarse con navajas, clavos, hojillas de afeitar, etc. Y escribir palabras a lo largo y ancho de todo su cuerpo.
En La llamada del Kill Club (Dark Places, de 2009) su otra heroína -la perdedora profesional Libby Day- sobrevive gastando los últimos dólares y exprimiendo los últimos segundos a sus quince minutos de fama. Porque Libby es la única sobreviviente de la masacre de su familia, en una granja de, otra vez, Missouri.
En Perdida -y nada de lo muy bueno leído y disfrutado y temblado junto a Camille y a Libby nos prepara para ella- su nueva heroína es la preciosa y adorable y perfecta Amy Dunne y está, sí, perdidamente enamorada de Nick, la otra mitad de una pareja envidiable, y ¿habrá algo más absurdo que envidiar a una pareja solo por lo que muestra en público?
Pero...”

¿Es tan importante la fachada de un matrimonio como para llegar al asesinato?.
Los padres de Amy son una pareja muy compenetrada, ambos psicólogos infantiles, que llegan a conseguir una pequeña fortuna escribiendo las aventuras de “La asombrosa Amy”, una serie de gran éxito en los años 90 y que prácticamente está en todas las bibliotecas del país. El personaje de la serie no es exactamente la Amy real, su hija, pero ella quiere “transformarse” en este estereotipo perfecto y no puede permitir que se matrimonio haga aguas sólo a los cinco años de duración. Y así se lo hace sentir a su marido.

“Había un millón de hombres que habrían amado, honrado y obedecido a Amy y se habrían considerado afortunados de poder hacerlo. Hombres confiados y seguros de sí mismos, hombres de verdad que no la habrían obligado a fingir ser ninguna otra cosa salvo su perfecto, rígido, exigente, brillante, creativo, fascinante, rapaz y megalómano yo.

No puedo avanzar más en la trama sin destruir su misterio que es el gran atractivo de este libro. Lo que sí deseo transmitirles es que, si desean pasar un rato de intriga y suspense, atrévanse a echar un vistazo a este “asombroso” matrimonio.