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miércoles, 29 de abril de 2015

El Manuscrito. Arno Strobel. (119)



El Manuscrito
Arno Strobel
Pamies


Dejé en “pause” el abrumador “El libro de las pruebas” de mi admirado John Banville porque tanta descripción me daba dolor de cabeza. Busqué una novelita adictiva con pocas descripciones y mucha acción.

Así me topé con la última de Arno Strobel, un escritor alemán de 50 años que había conseguido buenas ventas (y no siempre buenas críticas) con sus dos anteriores novelas. Strobel es un informático que trabajó en la alta banca de Luxemburgo hasta que escribió su primera novela “El Mago” que nadie quiso publicar, pero él tenía tanta fe en ella que la editó de su propio bolsillo, consiguiendo un éxito fulgurante.

La sinopsis de la novela se acercaba bastante a lo que en este momento estaba buscando. Es ésta:

Una joven estudiante universitaria de Hamburgo recibe un espeluznante paquete una cálida mañana de abril: la primera página del manuscrito de una aterradora novela policíaca, cruelmente escrita sobre piel humana. El criminal, que secuestra a mujeres jóvenes para satisfacer su necesidad de materia prima, parece imitar con escrupulosa fidelidad una de las novelas del fracasado autor Christoph Jahn, que automáticamente se convierte en el principal sospechoso de la policía.

¿Recurre Jahn, al parecer en serias dificultades financieras, al crimen con el fin de promocionar su obra y situar sus libros en las listas de éxitos?

La situación se complica cuando la policía descubre que no es la primera vez que las novelas de Jahn sirven de inspiración para un asesinato: cuatro años antes, en la ciudad de Colonia, hubo más muertes imitando otra de sus novelas, y entonces no se logró detener al asesino…”

La novela es, desde luego, trepidante y de fácil lectura: pocas dificultades para el lector que queda enganchado a la trama desde el prólogo a pesar de lo cruento y descarnado del tema.
En contra de lo que ocurre en sus otras novelas (“El psiquiatra” y “Pasillo oculto”) aquí no juega demasiado con el lector y los acontecimientos se suceden si excesiva trampa y cartón. A cualquiera le molestan estos trucos baratos de escritor de novela negra que resuelven la obra en el último capítulo aportando datos que se habían guardado en la manga durante el resto de la novela. Es algo así como hacer "pan i pipa", como dicen en mi tierra, al lector

Sospeché del que resulta ser el asesino... pero también lo hice con todos los demás a excepción de los dos policías protagonistas. Hubiera podido ser cualquiera. Eso es algo positivo, aunque no lo parezca.

Si necesitan una lectura de aeropuerto o para leer en el AVE, les recomiendo ésta.

jueves, 23 de abril de 2015

También ésto pasará- Milena Tusquets, (118)



También ésto pasará

Milena Busquets Tusquets
Anagrama

Finalmente he aterrizado en este libro recomendado por todas partes (y uno de los elegidos por “El País” para Sant Jordi de este año) y éxito en la última Feria del Libro de Francfort tras algunas lecturas fallidas. Debo añadir que fallidas para mí, porque en su momento estas novelas tuvieron éxito. Lo que ocurre que estos éxitos no son siempre garantía de que un libro guste.



Veamos primero estas lecturas fallidas:

Donde nadie te encuentre de Alicia Giménez Bartlet
Sobre el papel se trata de una novela atractiva aunque siga la senda de las del género “consecuencias de la Guerra Civil”. 
Un catedrático de Psiquiatría de la Sorbona viaja a Barcelona en 1958 para poder entrevistar a “La Pastora” un ser humano de sexo ambiguo que es uno de los últimos “maquis” que sobrevive escondido en las montañas del Maestrazgo. El personaje realmente existió y, con otra envoltura, hubiera podido ser una lectura apasionante.
A mi modo de ver Alicia Giménez Bartkett no acaba de enganchar al lector porque las conversaciones que tiene el francés con el periodista catalán que contrata para poder encontrar a “La Pastora” son pesadísimas, banales y reiterativas. La tuve que dejar a medias porque notaba que la escritora llenaba páginas y páginas porque el editor le había encargado un tamaño determinado de texto. Como esos films que notas que se tiran metros y metros de película para llenar el metraje previsto.

La novia Sefardí de Eliette Abecassis.
El mundo judío es una de mis áreas de interés desde que trabé amistad hace ya más de 25 años con israelitas afincados en Mallorca. Y, en especial, los sefarditas que me emocionaron en un viaje que hice a la isla de Rodas y en donde pude hablar con algunos de ellos. Escucho regularmente la emisión en ladino que hace RNE una vez a la semana y me encantan sus dulces canciones y su música llena de nostalgia de un país que los echó sin compasión. Por eso elegí esta novela que trata de una familia sefardí que, al escapar de España colonizó, como otras muchas, el norte de Africa. Esta famila, deja Marruecos y va a parar a la hermosa, helada y estricta Alsacia francesa.
Aunque la mezcla del mundo oriental, la tradición judía y el cartesianismo galo tiene su atractivo, la novela se hace pesada describiendo superminuciosamente ritos, costumbres, vestidos, etc. Tampoco pude terminarla.

Y finalmente vamos al libro de Malena Busquets.
Hija de Esther Busquets, editora e icono de la vida cultural barcelonesa de los últimos cuarenta años, Malena crea un “alter ego”, Blanca, que sufre profundamente la muerte de su madre.

Cuando era niña, para ayudarla a superar la muerte de su padre, a Blanca su madre le contó un cuento chino. Un cuento sobre un poderoso emperador que convocó a los sabios y les pidió una frase que sirviese para todas las situaciones posibles. Tras meses de deliberaciones, los sabios se presentaron ante el emperador con una propuesta: También esto pasará. Y la madre añadió: El dolor y la pena pasaran, como pasan la euforia y la felicidad.
Ahora es la madre de Blanca quien ha muerto y esta novela, que arranca y se cierra en un cementerio, habla del dolor de la perdida, del desgarro de la ausencia. Pero frente a este dolor queda el recuerdo de lo vivido y lo mucho aprendido, y cobra fuerza la reafirmación de la vida a través del sexo, las amigas, los hijos y los hombres que han sido y son importantes para Blanca, quién afirma: La ligereza es una forma de elegancia. Vivir con ligereza y alegría es dificilísimo.

Ignoro qué parte del libro es autobiográfica y qué es ficción. Podría ser lo uno o lo otro o lo uno y lo otro. Lo seguro es que se tiene que tener muchísimo oficio y dominio del idioma para darle a las palabras la profundidad y la fuerza que le da esta autora. Ese dolor terrible por la pérdida se lleva con elegancia y luz mediterránea.
Lo contrario de la muerte, dice, no es la vida... es el sexo.

Buena literatura y excelente presentación


domingo, 12 de abril de 2015

Juego de espejos. Andrea Camilleri. (117)

Juego de espejos. 

Andrea Camilleri
Salamandra




La explosión de un pequeño artefacto frente a un almacén vacío, en pleno centro de Vigàta, y la consiguiente investigación puesta en marcha por el comisario Montalbano y su equipo, precipitan una serie de acontecimientos que se suceden de forma caótica y vertiginosa: pistas contradictorias, cartas anónimas, delaciones misteriosas… Montalbano tiene la sensación de que alguien pretende guiar sus pasos, confundirlo y manejarlo como si fuera una marioneta, alejándolo de la verdad de los hechos. Y cuando además entra en escena Liliana, su nueva vecina, una mujer de rompe y rasga cuyo marido se halla a menudo ausente por razones de trabajo, Salvo se encontrará inmerso en un mar de confusión que dificultará su trabajo más allá de lo tolerable. Realidad e ilusión se confunden en esta última entrega del comisario Salvo Montalbano, en la que Andrea Camilleri rememora la magistral escena de los espejos de La dama de Shanghai, de Orson Welles, en la que sólo una de las imágenes es la auténtica. Para escapar de este laberinto de reflejos, Montalbano habrá de recurrir a su veteranía y su finísima intuición, sin perder nunca el irreverente sentido del humor que lo caracteriza.

Por Reyes tenía que regalar un libro a una amiga mía y me costaba decidirme porque deseaba encontrar algo que le gustara de verdad. Así que se lo pregunté a su marido que me resolvió las dudas: "Regálale lo último de Camilleri -me dijo- Le encanta". 
Como coincido en este gusto por el autor siciliano, compré dos ejemplares para quedarme uno para mi biblioteca. Ignoro si a mi amiga le gustó. Yo lo acabo de terminar prácticamente de una tirada ya que es aditivo y muy fácil de leer.
Camilleri, en sus novelas de Montalbano, no siempre me ha gustado. Pero en este "Juego de espejos" demuestra un humor y una maestría en la narración que me hacen perdonarle las veces que me ha desencantado.
Se lo recomiendo

sábado, 11 de abril de 2015

El amante bilingüe. Juan Marsé (116)

El amante bilingüe
Juan Marsé

Esta novela se cayó literalmente de su lugar en la estantería de mi biblioteca cuando quería alcanzar un libro sobre la revuelta catalana contra el Conde Duque de Olivares en 1640. Quería volver a leer la historia de "els segadors" ahora que está preparándose una nueva rebelión muchos siglos después. Y, casualidad, se cae el libro de Juan Marsé que me parecía haber leído a finales de los ochenta pero del que no recordaba gran cosa.
Aparqué de momento la historia y volví a leer esta famosa novela del autor de "Ultimas tardes con Teresa".
Han pasado muchos años pero la ácida y mordaz crítica de Marsé está aún vigente.

Stewart King, un profesor de estudios catalanes y españoles de la Universidad Monash en Australia, escribió un fantástico trabajo sobre esta obra de Juan Marsé. Dice King: "El amante bilingüe" es una novela desmitificadora en el sentido que dá Stancey Dolgin a este término; es decir se trata de mostrar cómo una mitología social se ha enquistado en la conciencia colectiva, haciendo posible que los intereses de una clase burguesa (y de la clase dirigente) se perciban cómo el orden natural y permanente del mundo. La novela desmitificadora se propone hacer visibles los mitos sociales que mantienen el statu quo para que se deconstruyan con el fin de destruirlos. Esta novela intenta conseguir este propósito en el campo de la identidad cultural, tratando de deconstruir los mitos que constituyen Catalunya".

Me parece una explicación muy acertada de lo que ha pretendido Juan Marsé. Pero quizás resulta muy académica y fría.

Llegué a Barcelona emigrado de Mallorca con siete años en 1948 y regresé a mi tierra en 1973. He vivido, pues, en primera persona todo el mundo que describe con tanto vigor Juan Marsé. El mundo de los "catalanufos" y de los "xarnegos", dos palabras que, hoy en día significan mucho menos de lo que significaron entre los años 40 a 80.
Palabras que significaban dos mundos, dos culturas, dos status sociales.
En el momento actual los hijos y los nietos de aquellos "xarnegos" que habían llegado por el hambre desde Murcia, Jaén o Badajoz, son los abanderados de la independencia de Catalunya de forma tan visible que la ANC (Asamblea Nacional Catalana) está promoviendo "homenajes" a aquellos "xarnegos" de los sesenta. Hasta tal punto ha llegado la confusión o los intereses de los que están culminando el mito.
Marés, el protagonista de la novela es un catalán que nació en el mundo de la farándula rodeado de "xarnegos" por todas partes y que se siente, pues, una "barreja", una mezcla. La semejanza más próxima que se me ocurre es la de los "blancos pobres" que les toca vivir en los barrios negros. A él le tocó el Carrer Verdi, al norte de la Plaza Lesseps. Un barrio que conozco bien.
Por una serie de circunstancias acaba casándose con una catalana pija de la más alta burguesia, Norma. La cosa dura cuatro años hasta que Marés la encuentra en la cama con un "xarnego" limpiabotas. Es ella la que lo abandona y entonces empieza un proceso de degradación física y moral, que lo lleva a ganarse la vida como acordeonista por las Ramblas.
Los ingeniosos carteles con los que se publicita muestran esta ambigüedad cultural en la que vive:

"Pedigüeño charnego sin trabajo

ofreciendo en catalunya

un triste espectáculo tercermundista

favor de ayudar

Después de hora y media sentado allí, sólo había recaudado cuatrocientas pesetas. Se trasladó al centro de las Ramblas, junto a la boca del metro Liceo, se sentó en el suelo, extendió la hoja de periódico, le dio la vuelta al cartón colgado sobre el pecho y empezó a tocar el Cant dels ocells con mucho sentimiento. En el rótulo que ahora exhibía podía leerse:

FlLL NATURAL DE

PAU CASALS

BUSCA UNA OPORTUNIDAD"

Para más sarcasmo, Norma trabaja en el "Departamento de Normalización Lingüística" de la Generalitat informando a los xarnegos de cómo rotular sus comercios en catalán. Eso le da a Marsé ocasión de reirse un poco de todo este mundo.

El proceso de degradación del medio xarnego le lleva a transformarse en un "alter ego", Fanega, un xarnego auténtico que intenta conquistar a su ex mujer.

Obviamente la historia es lo de menos. Una excusa para conseguir un texto demoledor de todo un mito.

Al final de la novela, Marés transformado en Faneca, vestido de torero, con un parche en un ojo y una lentilla vende en el otro, toca sardanas delante de la Sagrada Familia y un señor catalán le interpela de la forma sigüiente:

—Escolti, perdoni. De què se'n fot, vostè? (Escuche, perdone, de quién se rie usted)
Faneca fijó su atención en el hombre haciendo un esfuerzo, achicando el ojo como si algo dificultara su visión o le aturdiera. Inició un balbuceo con voz profunda. Su mente ventrílocua se estaba desmoronando, su lenguaje contorsionista también, pero el personaje inventado se mantenía en pie y dejó de tocar un momento para responder, sin esperanza y sin resentimiento:
—Pué mirizté, en pimé ugá me'n fotu e menda yaluego de to y de toos i així finson vostè vulgui poque nozotro lo mataore catalane volem toro catalane, digo, que menda s'integra en la Gran Encisera hata onde le dejan y hago con mi jeta lo que buenamente puedo, ora con la barretina ora con la montera, o zea que a mí me guta el mestizaje, zeñó, la barreja el combinao, en fin, s'acabat l'explicació i el bròquil, echusté una moneíta, joé, no sigui tan garrapo ni tan roñica, una pezetita, cony, azi me guta, rumbozo, vaya uzté con Dio i passiu-ho bé, senyor...
Genial barreja
 

lunes, 6 de abril de 2015

Porque sí. Daniel Glattauer (115)

Porque sí


Daniel Glattauer
Bolsillo

En su momento Daniel Glattauer fue un descubrimiento para mi. En primer lugar, no conocía a ningún escritor austríaco moderno y en segundo lugar, las historias de Emmi Rothner y Leo Leike en "Contra el viento del Norte" y "Cada siete Olas" me encandilaron. Jamás había leído una historia de amor en formato "e-mail"- Luego vino "Siempre tuyo", una historia de acoso y la divertida "La huella de un beso". Así que cuando apareció esta "Porque sí" no pude resistirme.



En un momento determinado Glattauer escribe: "el interés en la lectura se va despertando con la sorpresa, no con la espera". Me pareció una buena frase (quizás porque estoy de acuerdo con ella: un libro que no sorprende puede estar bien escrito, pero no atrapa) pero hay un peligro en querer sorprender al lector en cada capítulo.




Verán por qué digo ésto si leen la sinopsis de este libro:


"Piense en una persona simpática de su círculo de amistades, en el hombre más pacífico que conozca. Imagínese que llega a sus oídos la noticia de que esa persona ha matado a alguien. Dicen que le disparó a un hombre en un bar sin darle siquiera la opción de defenderse; sin que se hubieran peleado ni hubiera pasado nada antes. Así, porque sí.
Ha confesado su crimen y reconoce haberlo hecho con premeditación, pero no piensa revelar el móvil hasta pasados veinte años. ¿Será usted capaz de esperar tanto tiempo?, ¿imposible? "
Se parte, pues, de un hecho sorprendente: Un hombre pacífico, simpático, culto, asesina a sangre fría a un desconocido sin motivo aparente y, además, se empeña en demostrar a la policía, al juez y al jurado de que ha realizado el acto con premeditación y en plenas facultades mentales.
Toda la novela, pues, está en descubrir el "por qué" ya que el "porque sí" que él aduce es insostenible para cualquiera.

En mi modesta opinión a Glattauer aquí le ha arrastrado el deseo de sorprender al lector en cada capítulo y termina por caer en la fantasía más inverosímil.

Si. Esto es verdad, pero también lo es que no puedes abandonar la lectura.