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domingo, 5 de junio de 2016

Recomendaciones de 3 de abril de 2016

A veces las altas expectativas son algo frustrantes. Por ejemplo, si uno abre la última novela de un Premio Nobel en lengua castellana espera encontrarse con situaciones, personajes, tramas, interesantes y de alta calidad literaria.

Pero no me ha parecido el caso de Cinco esquinas de Mario Vargas Llosa ya famoso por otros temas del corazón además de por muchas de sus importantes obras literarias.
Me pregunto si su nuevo estrellato puede haber influido en su deriva erótica que se refleja en esta novela.

Dos parejas (ellos, un ingeniero de minas y un abogado, ambos pertenecientes a la élite más exclusiva de la Lima de Fujimori y Montesinos) y ellas amigas de toda la vida, de pronto descubren los placeres del sexo lésbico mientras sus maridos (un ingeniero de minas y un abogado famoso).

Hasta aquí no hay nada especialmente notable. Pero cuando uno lee esta novela de Mario Vargas Llosa queda un poco perplejo ante las descripciones tan detalladas y pormenorizadas de los (bastantes) actos sexuales que aparecen en ella. Si se tratara de una novela del tipo  “Sombras de Grey” no nos extrañaría tanto. La semi (o sin semi) pornografía es la sustancia de este género que tanto éxito a cosechado últimamente. Pero nadie podía pensar que el Premio Nóbel se apuntara a él. Porque si el sexo explícito es el nudo de aquellas novelas, En una novela dramática no hace falta tanta iluminación y detalle para exponer la pasión lésbica de dos amigas.

Creo que sería más interesante para el lector conocer lo que era la Lima en la década de los 90. Un contexto muy duro de la historia peruana con toques de queda, bombas cada noche, secuestros y corrupción política. Un contexto del que Vargas Llosa pasa de puntillas cuando el lector podría esperar que tuviera un mayor desarrollo en la trama.

Un periodista de una revista amarilla consigue unas fotos comprometedoras (una sucia orgía con prostitutas) del ingeniero y lo chantajea. Este se niega a las pretensiones del delincuente y éste publica las fotos con resultados catastróficos (y no digo para quién).

Básicamente la cosa va por este camino.

Pero a partir de aquí, la trama se pierde en personajes secundarios no demasiado bien desarrollados y con subtramas que no vienen a cuento.

Finalmente el Premio Nobel termina su trabajo de aliño con un bajonazo complaciente y efectista.
Bastante decepcionante

También tenía bastantes esperanzas con la nueva novela de Jonas Jonasson “EL matón que soñaba con un lugar en el paraíso”. Recordarán que este autor sueco dio un campanazo con aquella desternillante comedia titulada “EL abuelo que saltó por la ventana y se largó” y también con la siguiente “La analfabeta que era un genio de los números”. Con grandes esperanzas, pues, empecé con esta del matón porque la sinopsis pintaba bastante bien:

“La trama se centra en un trío de personajes encabezados por Johan «Asesino» Andersson, quien, después de cumplir en la cárcel tres largas condenas por homicidio, se gana la vida realizando pequeños trabajos de intimidación para los gángsteres locales mientras lucha contra su afición a la bebida, que está empezando a afectar negativamente su desempeño profesional.

Todo cambia, sin embargo, el día que conoce a una pastora protestante que no cree en Dios y un apocado recepcionista de un antiguo burdel reconvertido en hotel de una estrella. Una vez que el azar los ha reunido bajo el mismo techo, el instinto de supervivencia los lleva a idear una solución permanente para dejar atrás la pobreza. Si a la innegable habilidad de Asesino para amedrentar al prójimo sumamos una gestión adecuada y un plan de negocio que incluya relaciones públicas de calidad, el éxito parece asegurado… Y así sucede hasta que el repentino encuentro de Asesino Anders con Jesucristo amenaza con dar al traste con el maravilloso tinglado, lo que obligará a la pastora y al recepcionista a rediseñar su estrategia para evitar volver a la existencia precaria y anodina que llevaban antes de que el devoto matón se cruzara en su camino.”

En muchos sentidos esta novela sigue la senda de las anteriores en el humor descelebrado, la sátira social y el surrealismo, pero me ha parecido que ha exagerado algo en la utilización que hacen las personas de la religión. En otras palabras: esperaba más de este autor y me temo que ésta sea la novela más floja de las tres. Una lástima.

La mala racha la rompe felizmente “El elefante desaparece” , lo último de Haruki Murakami.
Nos llega tras “Hombres sin mujeres” esta antología de 17 cuentos cortos que ha tardado quince años a llegar a nosotros traducida por Tusquets.
En estos 17 cuentos hay de todo: prosa poética, situaciones absurdas dentro de la cotidianeidad más absoluta, reflexiones sobre las dificultades entre la comunicación entre hombres y mujeres, o la invasión del mundo onírico en la realidad de sus personajes.
Pero Murakami tiene esta increíble habilidad para hacernos entrar en las situaciones más caóticas como si fueran normales en nuestra vida y así lo aceptamos. Por que nos emociona y nos conmueve. Por eso es quién es, claro.

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