Silencios inconfesables.
Hjorth & RosenfeldtUna familia es hallada asesinada en su propia casa. La Brigada Criminal de Torkel Hölgrund se hace cargo del caso, una investigación que se complica aún más al descubrir el cadáver del que era el principal sospechoso del crimen.
Pero hay alguien que ha sobrevivido: Nicole, la sobrina de diez años de la pareja, cuyas pisadas llevan al gran bosque que se extiende tras la casa familiar. Sebastian Bergman deberá encontrarla antes de que sea demasiado tarde.
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He leído esta novela tras "El hombre que perseguía su sombra" de David Langercratz. Dos novelas negras suecas. Esta última es la quinta de una serie, la de Lisbeth Salander, que fue la que arrancó el gran éxito de este género en el país nórdico. De factura mucho más reciente, esta serie del psiquiatra Sebastian Bergman, creado por los dos guionistas de la famosa serie de televisión Broen "El Puente". Son dos maneras completamente diferentes de entender el género. La de Langercratz se basa en una trama que es el hilo conductor de todas las novelas (la venganza de Salander) de la que cuelgan una serie de subtramas diferentes en cada entrega. Un tejido complicado. En cambio Hjorth y Rosenfelt prefieren una estructura más simple pero no menos eficaz. Yo diría que más moderna y televisiva.
Supongo que no han conseguido las ventas de 85 millones de ejemplares de la creación de Stieg Larsson, pero esta serie que sólo tiene cuatro novelas, es tanto más adictiva que la otra.
Aquí el protagonista es Sebastian Bergman. Un criminalista complejo con un carácter egoista, mujeriego, soberbio, prepotente y sin límites conocidos pero de una gran eficacia en su trabajo. Detrás de todo ello hay una tragedia, la de la muerte de su mujer y su hija en un tsunami, y un misterio, cómo Bergman puede evitar que otra hija (Vanja Linner, una policiía del equipo central de Homicidios) descubra que él es su padre y rompa cualquier relación con él.
Las cuatro novelas se centran en el trabajo del equipo policial que dirige Torkel Höglund compuesto por cuatro profesionales bien entrenados y conjuntados y el añadido de Sebastian Bergman que va por libre inquietando y molestando a todos pero acertando casi siempre en sus planteamientos. Cada novela, un caso.
El éxito de esta serie es que Hjorth y Rosenfelt son ilusionistas que dejan al lector boquiabierto con sus trucos porque nadie ni nada es lo que parece. Capítulo a capítulo nos sorprenden.
Aquí la narración arranca cpn el brutal asesinato de una familia con dos niños. Hay un sospechoso que les había amenazado de muerte ante testigos pocos días antes. El equipo lo detiene y lo interroga. La fiscal lo suelta por falta de pruebas. A las pocas horas el único y principal sospechoso aparece muerto.
Las sorpresas siguen hasta el final inesperado. Y ya no sigo más.
Me ha gustado bastante esta última entrega de la serie pero he quedado sorprendido por algo que desconocía. Después la lectura de tantas novelas negras suecas no era consciente de las grandes diferencias que tiene su sistema penal respecto al nuestro. Allí (como en otros lugares y como se rumorea que sucederá en algún momento en España) el que instruye el caso penal es un fiscal, pero el jefe de policía puede ordenar una registro domiciliario directamente, sin papel ni juez alguno. Igualmente puede poner a un sospechoso en prisión preventiva. ¿Veremos algo así en nuestro derecho penal tan garantista?.
¡Hola! ¿Cómo es que has empezado esta serie por el final? Yo ni sabia que ya estaba publicado. Lo esperaba con ansias después de leer los otros tres que me encantaron. Te los recomiendo todos. No había caído yo en esos detalles de las diferencias de los sistemas penales de ambos países...
ResponderEliminarLo que más me gusta de la serie Bergman es precisamente él, el personaje de Bergman. Me parece carismático, peculiar, además de repelente, e indeseable por como trata a las mujeres y al resto del mundo. Pero es de esos que te atrapan y no puedes dejar de desear saber más sobre él.
Un beso