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domingo, 18 de diciembre de 2016

Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido. Paloma Sánchez-Garnica

Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido

Paloma Sánchez-Garnica



Una brillante carrera como juez, el respeto de quienes la rodean, una vida independiente... Carlota lo tenía todo para ser feliz. Sin embargo, siempre le faltó una Navidad. Cuando a los doce años su madre le reveló el gran secreto, Carlota supo que ya nada volvería a ser igual. La palabra «bastarda» se convirtió en un estigma para ella. La palabra «familia» no volvió a significar lo mismo. La llamada de su padre moribundo muchas décadas después la obligará a debatirse entre el deseo de saber y la necesidad de huir.



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Escuché por la radio una opinión de una escritora que me hizo reflexionar. Dijo que las mujeres (que con mucho son más lectoras de libros que los hombres) pueden leer todo tipo de literatura pero que los hombres raramente leen novelas "de mujeres", prefiriendo la novela negra, la acción o la épica. De alguna forma nos estaba indicando que las escritoras con temática más emotiva, sentimental, "femenina" (para entendernos) tenían un mercado lector más limitado. Pensé que quizás tenían razón. En mi caso confieso que tengo mis prejuicios en cuanto lectura se refiere. Dificilmente abriré una novela que se titule "Noches de terciopelo" o algo del estilo de "Sombras de Grey". Claro que tempoco me van los vampiros y los muertos vivientes, pero esta es otra historia.  Pero una novela en la que predominen sentimientos, emociones, relaciones dramáticas, etc. ¿por qué no?.

Más o menos eso fue lo que pensé cuando empecé a leer esta novela de Paloma Sánchez-Garnica. No tenía especiales referencias (bueno, eso no es del todo cierto. Vi medio capítulo de la serie de TVE "Sonata del silencio" basada en una novela suya y no pasé de ahí) pero me gustó la sinopsis y bajé el muro de las reservas y prejuicios.

La novela arranca bien. Muy bien. A las pocas páginas uno se entera de cual es el nudo del problema y la pregunta clave que te mantiene leyendo hasta el final. Carlota, la juez protagonista, se enteró que su padre y su madre no estaban casados cuando tenía doce años. El mismo día supo, además, que su progenitor no sólo estaba casado legalmente con otra mujer sino que, además, tenía tres hijos que debían ser sus medio-hermanos. ¿Por qué durante toda la vida de su madre ésta consistió y aceptó sumisamente esta situación?. ¿Por qué su padre, que decía amarla tanto, no se divorciaba y se casaba con su madre?. Y finalmente, ¿Por qué no aceptaba darle su apellido?.

Este es el centro de toda la novela.

Poco a poco vemos como se desarrollan los acontecimientos y los distintos personajes de la trama. El padre, Clemente Balmaseda, su madre, Manuela Molina, su abuela, Zenobia, la esposa legítima de su padre, doña Amalia y los tres hijos: Carlos, Enrique y Julia. Es, pues, una novela coral en la que estos personajes van creciendo y ganando humanidad página a página. Especialmente me ha gustado el personaje de su medio hermana, Julia, que es la que llega a intimar con la protagonista.

Es una novela de mujeres. De mujeres que "se encuentran en donde no quieren estar". Mujeres mal casadas, mal amadas, sometidas, humilladas, dependientes y, en muchas ocasiones maltratadas psicológicamente y físicamente. Cada una tiene, por supuesto su historia y el porqué han llegado a donde están. Viven vidas equivocadas pero no por su propia decisión, sino por la de otro.

¿Y los personajes masculinos?. Ahí la autora, en el momento de diseñarlos, quizás se haya pasado un pelín. Todos: abuelos, padres, hijos (los nietos no salen prácticamente) son malos malísimos: asesinos, maltratadores, déspotas, controladores, egoístas, sádicos, infieles y derrochadores. No sé si me he dejado algún calificativo pero ya se hacen una idea ¿no?.

Mientras estaba llegando al final pensaba (y supongo que, como yo, el resto de los que se hubieran metido en esta novela) "cómo la respuesta al por qué de todo este lío, sea algo previsible o convencional, quemo este libro". (Una exageración por supuesto porque lo leí en el ebook).

Pero no lo quemé. El final es algo rocambolesco, ciertamente, pero no previsible.

Ya ven. Los hombres también leen novelas femeninas.

1 comentario:

  1. No hay novelas femeninas. Hay novelas escritas por mujeres

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