Lo último leído

domingo, 27 de noviembre de 2016

Azul marino. Rosa Ribas y Sabine Hofmann

Azul marino
Rosa Ribas y Sabine Hofmann



Barcelona, 1959. Mientras la Sexta Flota norteamericana permanece fondeada en el puerto, alterando la rutina de una ciudad en plena dictadura, un marinero estadounidense es asesinado en un antro del Barrio Chino en lo que a primera vista no parece más que una simple reyerta arrabalera. Pero una vez más, la indudable perspicacia e incansable curiosidad de la periodista Ana Martí serán fundamentales a la hora de esclarecer el suceso. Ya sea ejerciendo como intérprete del inspector Isidro Castro —viejo conocido con el que ya colaboró anteriormente— en su forzoso entendimiento con la Policía Militar de la Marina americana o bien desarrollando sus propias investigaciones para El Caso y Mujer Actual, nuestra intrépida protagonista irá desenmarañando una historia plagada de medias verdades e intereses diversos: los de quienes buscan un culpable español y los de aquellos que preferirían que el asesino fuera un extranjero. Además, una serie de tramas interconectadas, que van desde la prostitución y el contrabando de los bajos fondos hasta la degradación moral de las altas esferas de la burguesía, vendrán a complicar las cosas en este extraordinario fresco de una ciudad y un tiempo recreados con tal maestría que permanecerán para siempre en el imaginario de todos los lectores.

................................................................................

Rosa Ribas y Sabine Hofman también fueron autoras de "Don de Lenguas" que comenté en septiembre de hace tres años. Una novela que me gustó porque recreaba la Barcelona que conocí. En aquel caso era la Barcelona del Congreso Eucarístico de 1952 y aquí es la de 1959, siete años más tarde, pero sin grandes cambios. Hoy una ciudad puede cambiar bastante en siete años, entonces no tanto.
Como aquella, ésta es una novela negra con una estructura relativamente simple y de fácil lectura sin que ello implique que seamos capaces de adivinar el final. Esto es importante en el género. La sorpresa final.
EN "Don de Lenguas" era muy importante la filología, el uso de la palabra. Aquí no tanto. Sólo de pasada sabemos que la prima de la protagonista es una filóloga célebre, pero poco más.

Rosa Ribas, según su biografía oficial nació en el Prat de LLobregat en 1963. No pudo vivir el ambiente que describe en la novela. Y, para mí, ésta ha resultado una demostración del esfuerzo que ha representado recrear aquella Barcelona. Porque no es lo mismo vivir un ambiente y describirlo que informarse, documentarse y describirlo... bien. Y eso es lo que hace Rosa Ribas. Y eso lo sé porque yo sí viví en aquella Barcelona y a lo largo de la novela me he sentido plenamente identificado con el ambiente que se describe. Las autoras han tenido que documentarse muy bien para poder crear una ficción creíble. Y lo mismo que digo del ambiente, puede decirse de las personas. Algunos de los personajes son, evidentemente, ficticios, pero otros no. Por ejemplo, conocí personalmente a Enrique Rubio que en la novela dirige la redacción barcelonesa de "El Caso" o, también, escuché con inquietud lo que se contaba en Barcelona sobre el Comisario Creix, la cabeza de la temida Brigada Político Social que reinaba en los sótanos de la lúgubre Comisaria Central de la Avenida Layetana.
Otro detalle que coincide totalmente con mi experiencia personal de aquellos años es la arbitrariedad de la censura. Se habla de censura en singular pero en realidad había dos: la política y la eclesiástica. De las dos, la más represiva e imprevisible era la eclesiástica. Hay un párrafo que me ha parecido revelador:

"La censura era habitual, no había motivo para avergonzarse cuando un texto era amputado o eliminado. Su jefe conocía muy bien el modo de pensar de los censores, tanto los civiles como los eclesiásticos, y, aun así, a veces había sorpresas; dejaban pasar un texto que ella o Rubio daban casi por imposible o eliminaban uno absolutamente inocente. Era su privilegio. Rubio trataba de entender el porqué, como un teólogo intentando comprender los designios caprichosos de un dios adolescente."

Cosas como ésta o la existencia de lugares en donde se esclavizaba a las mujeres que tenían la desgracia de quedar embarazadas de un señorito o del dueño del domicilio en donde trabajaban de asistentas, pueden parecer desvaríos de una escritora o ficciones imposibles. Pues no es así. Esta novela tiene su fuerte (más que en la trama policial que es bastante corriente) en cómo era y cómo se vivía en la Barcelona de finales de los cincuenta y bien adentrados en los sesenta.
Por supuesto que me ha gustado. Pero, para ser sincero, ha sido más por la nostalgia de una Barcelona que ya no existe y de una juventud desaparecida que por otra causa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario