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martes, 31 de enero de 2017

La novela de Rebeca. Mikel Alvira

La novela de Rebeca

Mikel Alvira

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Simón Lugar es un escritor en la cumbre de la fama, aclamado por un público que convierte todas sus novelas en un éxito de ventas. Presionado por su editora y por la responsabilidad de no defraudar a sus lectores, se enfrenta a la redacción de una nueva novela en la que cambiará de género, pues se enfrasca en una novela negra.
Lo hace desde su casa en la playa, una playa situada en la costa vasca y que en invierno está desierta. Una playa por la que pasea sólo mientras piensa en su novela hasta que un día encuentra a una enigmática mujer, M, que cambiará su vida.


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Víctor del Árbol, autor de "La víspera de casi todo" (Premio Nadal 2016) afirmó: "Hay que ser valiente para escribir una novela como esta. Y cuando a la valentía se le une el talento, emerge poderosa esta historia que recuerda a Paul Auster. Sencillamente, magistral."


No  estoy demasiado seguro de que estemos ante una novela magistral pero sí que es verdad que hay que ser valiente para escribirla. Mikel Alvira es un escritor polifacético que se dibuja a sí mismo en el personaje de Simón Lugar (menudo apellido!) y se nota que lo ha imaginado con cariño. Con rasgos que alguien podría identificar con el síndrome de Asperger, se lanza a escribir una novela negra cuando toda su exitosa producción literaria anterior era de otro género. Alvira nos va mezclando la vida de Simón con la obra que está escribiendo y llega un momento en que ambas se entrelazan. Es algo complicado. ¿Se llama a eso "metaliteratura"?. No estoy seguro. Pero es literatura dentro la literatura.

Como lector, la historia que escribe de una arquitecta superpija con apellido reconocible, que va asesinado brutalmente a hombres y mujeres de cuarenta años, me pareció al principio poco verosímil. (Cuando Simón, al revelarnos los intríngulis de la escritura del género, hace hincapié a que la trama ha de ser creíble). En otras palabras amigo lector; si le invaden estas dudas en los primeros capítulos, no se preocupe: Mikel Alvira lo va resolviendo aceptablemente. 

Creo que ahí está la valentía de la que habla Víctor del Árbol: mezclar tramas en lo que podría parecer una novela negra, pero no lo es. Es el desarrollo de un personaje obsesivo, con grandes dificultades para socializar pero con una gran necesidad de amar en el sentido más afectivo de la palabra. Un escritor huraño que se deshace ante una sonrisa de una niña o de una musa.

Es un libro extraño. Quizás por ello me ha gustado.


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