Entre la promesa del verano y el frío del invierno
Leif GW Persson
Planeta
Contraportada
John P. Krassner, un
ciudadano norteamericano desconocido, cae desde la ventana de un quinto piso en
un edificio de apartamentos de Estocolmo. Parece un accidente, sin embargo
algunos detalles inquietantes revelan lo contrario.
Más tarde la policía descubrirá
que la víctima estaba bajo la vigilancia del servicio de inteligencia sueco.
Krassner, periodista por
cuenta propia de poca monta y con delirios de grandeza, estaba en Suecia
siguiendo la pista de una historia increíble: cómo un topo sueco, o célula dormida,
de los servicios de inteligencia de los EE.UU., reclutado cuando era joven,
había pasado a asuntos mayores y ahora ocupaba el cargo de primer ministro de
Suecia.
Intentando atar cabos entre
insinuaciones y medias verdades la policía debe investigar con mucho cuidado:
está pisando terreno político peligroso… Esta es la historia de algunos hombres
buenos e íntegros, los agentes de policía Bo Jarnebring y Lars Johansson, y
algunas mujeres buenas, y cómo intentan hacer lo correcto en un mundo de corrupción,
incompetencia, avaricia, violencia y mentiras sin fin.
Así lo he leído
Esta es una novela negra
sueca escrita por uno de los más famosos autores de este género pero dicho
ésto, añado que hay varias cosas que, de entrada, pueden inducir a error.
La primera es que se trata de
una novela que forma parte de una serie de tres. Normalmente este tipo de
novelas suele subtitularse con el nombre del detective o policía protagonista
(en este caso sería Lars Johansson). Pues no. La serie se titula “EL declive
del estado del bienestar". Parece pues que nos encontramos ante un ensayo
(económico?, sociológico?, político?) en lugar de una novela negra.
Si yo tuviera que escribir la
contraportada de este libro no la redactaría como se ha hecho.
Escribiría algo
así como: “Unos pocos policías suecos que sobresalen por encima de una
colección de compañeros incompetentes, alcohólicos, ridículos, machistas y ególatras,
consiguen descubrir que un periodista americano que saltó por la ventana de su
habitación en una residencia de estudiantes, no lo hizo por voluntad propia,
sino que fue asesinado por los servicios de seguridad del Estado... pero, a
pesar de este descubrimiento, no logran evitar que se asesine al Primer
Ministro sueco Olof Palme.”
Supongo que Persson conoce
bien las cloacas de los Servicios Secretos suecos pero ignoro si tiene algo
personal contra ellos o contra la policía criminal en general, ya que a ambos servicios los
pone a caldo en este libro y en los que siguen en la serie.
Toda la novela gotea cerveza
y aguardiente por todos lados y lo que me extraña es que la mayoría de los
policías no mueran de cirrosis a los treinta años. Lo que me sorprende es que, si
la realidad es la que dibuja el autor, los servicios policiales suecos puedan
resolver un solo asesinato ya que andan medio trompas durante el horario
laboral y trompas completos el resto.
Dejando al margen lo de las
bebidas espirituosas, la novela transcurre con bastante interés y los
personajes están muy bien diseñados. El ritmo es constante y desde la primera página
el autor consigue captar al lector. Es de estas novelas que pueden llevarte a
leer hasta las tres de la madrugada porque no consigues abandonar el libro.
¿Qué más se puede pedir a una
novela negra?
No hay comentarios:
Publicar un comentario