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sábado, 3 de mayo de 2014

Entre la promesa del verano y el frío del invierno. Leif GW Persson (58)



Entre la promesa del verano y el frío del invierno

Leif GW Persson
Planeta

Contraportada
John P. Krassner, un ciudadano norteamericano desconocido, cae desde la ventana de un quinto piso en un edificio de apartamentos de Estocolmo. Parece un accidente, sin embargo algunos detalles inquietantes revelan lo contrario.
Más tarde la policía descubrirá que la víctima estaba bajo la vigilancia del servicio de inteligencia sueco.
Krassner, periodista por cuenta propia de poca monta y con delirios de grandeza, estaba en Suecia siguiendo la pista de una historia increíble: cómo un topo sueco, o célula dormida, de los servicios de inteligencia de los EE.UU., reclutado cuando era joven, había pasado a asuntos mayores y ahora ocupaba el cargo de primer ministro de Suecia.
Intentando atar cabos entre insinuaciones y medias verdades la policía debe investigar con mucho cuidado: está pisando terreno político peligroso… Esta es la historia de algunos hombres buenos e íntegros, los agentes de policía Bo Jarnebring y Lars Johansson, y algunas mujeres buenas, y cómo intentan hacer lo correcto en un mundo de corrupción, incompetencia, avaricia, violencia y mentiras sin fin.



Así lo he leído
Esta es una novela negra sueca escrita por uno de los más famosos autores de este género pero dicho ésto, añado que hay varias cosas que, de entrada, pueden inducir a error.
La primera es que se trata de una novela que forma parte de una serie de tres. Normalmente este tipo de novelas suele subtitularse con el nombre del detective o policía protagonista (en este caso sería Lars Johansson). Pues no. La serie se titula “EL declive del estado del bienestar". Parece pues que nos encontramos ante un ensayo (económico?, sociológico?, político?) en lugar de una novela negra.

Si yo tuviera que escribir la contraportada de este libro no la redactaría como se ha hecho. 
Escribiría algo así como: “Unos pocos policías suecos que sobresalen por encima de una colección de compañeros incompetentes, alcohólicos, ridículos, machistas y ególatras, consiguen descubrir que un periodista americano que saltó por la ventana de su habitación en una residencia de estudiantes, no lo hizo por voluntad propia, sino que fue asesinado por los servicios de seguridad del Estado... pero, a pesar de este descubrimiento, no logran evitar que se asesine al Primer Ministro sueco Olof Palme.”

Supongo que Persson conoce bien las cloacas de los Servicios Secretos suecos pero ignoro si tiene algo personal contra ellos o contra la policía criminal en general, ya que a ambos servicios los pone a caldo en este libro y en los que siguen en la serie.

Toda la novela gotea cerveza y aguardiente por todos lados y lo que me extraña es que la mayoría de los policías no mueran de cirrosis a los treinta años. Lo que me sorprende es que, si la realidad es la que dibuja el autor, los servicios policiales suecos puedan resolver un solo asesinato ya que andan medio trompas durante el horario laboral y trompas completos el resto.

Dejando al margen lo de las bebidas espirituosas, la novela transcurre con bastante interés y los personajes están muy bien diseñados. El ritmo es constante y desde la primera página el autor consigue captar al lector. Es de estas novelas que pueden llevarte a leer hasta las tres de la madrugada porque no consigues abandonar el libro.

¿Qué más se puede pedir a una novela negra?


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