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miércoles, 11 de junio de 2014

Dos novelas suecas negras, tres autores (65)



La Vidente

Lars Kepler
Planeta

Sinopsis de la obra
Flora Hansen se hace llamar médium espiritista y dice estar capacitada para hablar con los muertos. Una tarde de agosto lee en la prensa acerca de un brutal asesinato ocurrido en un centro de menores. Flora, con el deseo de sacarse un dinero extra, decide llamar a la policía para contarles que el espíritu de la muerta se ha puesto en contacto con ella, pero nadie la toma en serio. Los resultados de la investigación técnica atribuyen la autoría del asesinato a otra de las internas, que se dio a la fuga la misma noche de los hechos. En paradero desconocido desde entonces, es el objetivo de todas las fuerzas policiales de la zona. Sin embargo, el psiquiatra que las atendía insiste en su inocencia. La chica, de carácter pacífico y reservado, jamás ha mostrado tendencias agresivas. Oficialmente, el detective Joona Lina sólo participa en el caso como observador, pero termina iniciando una investigación por su cuenta. Aun así, la pieza clave del puzle se le resiste. Una y otra vez repasa el escenario del crimen: visualiza a la chica tumbada sobre la cama ocultando la cara bajo sus manos, como si estuviera jugando al escondite; recuerda su postura relajada, como si todavía siguiera con vida.

Booktrailer de la obra:


Los autores:


Ahora entenderán el juego de dos novelas suecas y tres autores. Lars Kepler es en realidad el seudónimo utilizado por el matrimonio de Alexander Ahndoril y Alexandra Coelho Ahndoril. El hipnotista fue la primera novela que firmaron con este seudónimo y los autores decidieron revelar su identidad tras el éxito internacional obtenido por la obra.
Son una pareja de escritores y padres de tres hijas, que se habían labrado una solvente carrera literaria por separado. Decidieron esconder sus nombres bajo el seudónimo de Lars Kepler para que su obra fuera recibida por el público sin opiniones preconcebidas ni prejuicios. Alexandra Coelho Ahndoril ha escrito tres novelas y Alexander Ahndoril ha sido nominado al Independent Foreign Fiction Prize otorgado en el Reino Unido con su novela Regissören, cuya trama se inspira en la vida de Ingmar Bergman.


Mi comentario
Anteriormente había leído “El Contrato” (que no me gustó mucho) y “El Hipnotista” que me gustó bastante más. Fue llevada al cine y , que recuerde, pasó sin pena ni gloria.

“La vidente” se lee bastante bien. Hay un poco de trampa (o recurso de escritor de novela negra, como quieran) porque la vidente tiene un papel muy secundario en las tres primeras partes de la novela. Mientras estaba leyendo pensaba: “¡qué personaje más patético. ¿Por qué lo habrán elegido como título si casi no pinta nada?”. Pero claro, ahí estaba el truco. En la última parte todo se explica.

Menos mal que los autores no han estado jugando en serio con lo de los fenómenos paranormales. Me molesta muchísimo que en una trama, sea la que fuere, se mezclen la racionalidad con la irracionalidad. Si quiero leer un libro de fantasía no busco una novela negra y viceversa. Este es un punto a su favor.

En contra. Hacia mitad de la novela la acción se dispersa y la mente del lector también. He estado consultado opiniones de otros lectores y coinciden en este punto.

Finalmente: el asesino es totalmente previsible porque es el único posible.

Al margen de todo ello, es una novela que entretiene.
 



La mirada de los ángeles

Camilla Lackberg
Maeva

Sinopsis de la obra
Tras la muerte accidental de su hijo pequeño, Ebba y Mårten se trasladan a la isla de Valö para rehacer su vida. Ahí, se instalan en una granja enla que vivió la familia de Ebba hace muchos años. Pero la tragedia los sigue acechando, y un incendio, a todas luces provocado, saca a relucir la historia siniestra que pesa sobre la granja. Hace treinta años toda la familia de Ebba desapareció sin dejar rastro. Solo se salvó ella, entonces un bebé de un año, a quien encontraron sola en la casa. Desde ese momento, recibe una misteriosa felicitación el día de su cumpleaños, firmada con una simple G...
   Patrik abre una investigación, y Erica, siempre en busca de material narrativo, empieza a tirar del hilo de la historia de la granja por su cuenta. Un acto impulsivo de Anna, la hermana de Erica, aún afectada por la pérdida del bebé que esperaba, revelará la verdad de golpe.



Así lo he leído

Camilla Lackberg es una vieja conocida de este humilde blog que ha venido comentando cada una de sus obras. 
Cuando sigues a un autor de novela negra que siempre usa los mismos personajes, tienes la ventaja de ahorrarte una serie de descripciones y de historias de los mismos. Son casi de la familia. A Pactric y a Erica los hemos ido siguiendo desde antes de su boda y luego cuando han tenido a Mara y a los gemelos. Conocemos los problemas con los hombres de la hermana de Erica, Anna, y los desastres que puede causar el inepto jefe de la brigada Mellberg o el vago de Gösta. Nos sabemos una buena parte de la novela antes de leerla. Y ¡claro que ésto es una ventaja!. En las novelas de Camilla Lackberg una de las características es que salen muchísimos personajes (algunos con nombres llenos de diéresis, “jotas” y “kas” que uno los lee pero que no sería capaz de pronunciar como la isla en donde se desarrollan siempre las tramas: Fjällbacka ).

Curiosamente he leído estas dos novelas, la de Lars Kepler y la de Camilla Lackberg, y, aunque son completamente diferentes en su arquitectura y enfoque, tienen en común la problemática de “ángeles”, de niños y niñas. En la de Kepler se trata de una especie de manicomio para adolescentes con problemas mentales y en la de Lackberg la acción se desarrolla en un internado para adolescentes problemáticos (pero ricos).

Normalmente me gustan bastante las novelas de Camilla Lackberg y así lo he demostrado en las sucesivas reseñas, pero en ésta algo me está dejando insatisfecho. Quizás sea por la enorme publicidad que se le ha dado aprovechando la Feria del Libro.

Aquí volvemos a tocar problemas que deben estar muy candentes en la sociedad sueca: las consecuencias y traumas de la II Guerra Mundial, en la que Suecia se mantuvo (o la dejaron mantener) neutral por ser de raza aria; el resurgimiento del nazismo o de la extrema derecha en la vida política y parlamentaria, el rechazo o directamente el racismo ante la “invasión” de inmigrantes de todas partes del mundo deseosos de aprovecharse del estado de bienestar sueco que tanto dinero cuesta a los contribuyentes. Todos estos temas, con mayor o menor acento, han sido tocados en novelas anteriores de Camilla Lackberg.
¿Qué es entonces lo que me chirría en este relato?. Quizás sea porque hay una trama secundaria, la de las antepasadas de Ebba, la protagonista, que me parece demasiado rebuscada. No creo que fuera necesario meter a Hermann Göring para relacionar a la antepasada de Ebba con el nazismo. O no me resultan muy creíbles por exageradas las intervenciones de Erica, la esposa del policía, que llegan a crispar los nervios del lector.

No sé. Quizás esperaba más o algo nuevo de Camilla Lackberg y me he encontrado con un plato de distinta pasta pero como el mismo aderezo de siempre.

Probablemente, cuando ustedes la lean, no lo verán así.
 

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