La acabadora
Michele Murgia
Salamandra
Sinopsis
Siguiendo una costumbre sarda
cuyos orígenes se pierden en el tiempo, una anciana y una niña se unen a través
del sagrado vínculo de la adopción del alma. Estamos en Soreni, un pequeño
pueblo de Cerdeña, en los años cincuenta. Bonaria Urrai, la modista del lugar,
mujer de antigua belleza y perenne soledad, ha adoptado a Maria, cuarta hija de
una familia humilde que la descuida. Así pues, la vida de la niña, ahora fill’e
anima «hija de alma» de la tía Bonaria, se transforma por completo, y a su fina
percepción no escapa el aura de misterio que envuelve a su nueva madre: los
largos silencios, las extrañas salidas nocturnas y la sombra de temor que
enciende los ojos de quienes se cruzan en su camino. Y aunque Maria crece feliz
y amada junto a Bonaria, en realidad ignora una verdad que todos conocen:
además de coser vestidos, su madre de alma es la mujer que reconforta a quienes
se acercan al final del camino. Cuando llega la hora, es a ella, la acabadora,
a quien buscan para proporcionar a los moribundos una muerte piadosa, el
supremo gesto de amor de la última madre.
Mi comentario
Uno no puede ser del todo
imparcial y objetivo. Se tienen filias y fobias y resulta muy difícil escapar
de ellas. En mi caso tengo adoración por Cerdeña- Una islas mediterránea,
maravillosa y poliédrica. Llena de luz y de sombras. Como también mis raíces
son isleñas y mediterráneas puedo entender lo que se llama “Profonda Sardegna”
porque conozco y amo la “Mallorca profunda”. Aquella que viene de lo oscuro, de
lo ignoto y de siglos y siglos de historia.
“La acabadora” es una
historia que proviene de esta oscura profundidad. Que yo sepa no hay ni hubo “acabadoras”
en Mallorca. Pero tampoco pondría una mano en el fuego.
Hace unos días, en la noche
de la verbena de San Juan, en muchos pueblos de Mallorca se reunían los vecinos
y “pasaban” a los bebés por debajo de un árbol de acebo en un rito claramente mágico.
En este ámbito de lo mágico nada me extrañaría en una isla mediterránea.
Michele Murgia conoce estos
misterios de Cerdeña entre los que destacan estas mujeres que “ayudaban” a
traspasar el río entre este mundo y el otro. Una costumbre que, como tantas
otras, era plenamente consentida y asumida por las sociedades rurales aunque
fuera contradictoria con la fe cristiana que era supuestamente era la
dominante.
La otra costumbre, la de la “hija
del alma”, también es muy curiosa y, para mí, era desconocida. Se trata de una especie de adopción de aquellas niñas
que no podían ser alimentadas y cuidadas por su familia natural, con la que
continuaban manteniendo una estrecha relación pero era educadas y mantenidas
por una mujer a la que llegan a respetar y querer como a su madre.
Una historia rural llena de
peculiaridades que asombran pero que interesan.
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