Todo lo que hay
James Salter
Salamandra
Sinopsis
La
narración de Salter es un deslumbrante y en ocasiones devastador laberinto de
amor y ambición, un retrato intimista de las conmociones y los placeres de
estar vivo. El éxito comercial de esta obra cumbre —llegó a los primeros
puestos del NYT— contribuirá sin duda a que un público mucho más amplio
disfrute de la maestría narrativa de uno de los autores norteamericanos más importantes
de su generación.
Mi comentario
Mi comentario
A mediados de abril de este
año James Salter concedió una entrevista a Jorge Volpi para las páginas
culturales del País. Les recomiendo su lectura para entender mejor este
extraordinario libro. Lo podrán encontrar aquí.
Para mí, Salter es el
escritor vivo que mejor describe al ser humano moderno. Y lo hace con una prosa
prodigiosa: sencilla, directa en la que cada palabra parece encajar
perfectamente en el lugar que le corresponde para poder dibujar una realidad
compleja.
El sistema de arquitectura
literaria que usa es muy peculiar. Si bien existe un protagonista, Philip
Bowman, la narración no se centra exclusivamente en él, sino que, a medida que
éste se relaciona con otros hombres y mujeres, el hilo narrativo se desplaza
para explicar las historias, las aventuras y desventuras o los dramas de estas
personas. Así uno tiene la impresión de que está navegando por los brazos de un
río que va diversificándose más y más a medida que avanzas. O que uno pensaba
que estaba en el tronco de un árbol y de pronto avanza por una rama y por
otra... etc. Pero, por supuesto siempre acabas volviendo al tronco, a Bowman.
Este entramado te hace vivir no sólo una trama, sino literalmente cientos de
subtramas. Unas más importantes que reaparecen en diferentes capítulos y otras
que simplemente se describen y desaparecen sin dejar más huella. Ello le
permite dibujar a brochazos tota una panoplia de seres humanos a los que Salter
examina con mirada de entomólogo aprovechando de las ventajas que le da el
escribir como un narrador omnisciente.
La figura de Bowman es de un
trabajo de un perfeccionista. Salter tardó 35 años en escribir este libro. El
mismo confiesa que entretanto hizo otras cosas, guiones, etc. pero que iba
recopilando historias y vivencias para verterlas en Todo lo que hay. "Yo no
invento mucho, dice en la entrevista. Normalmente tomo personajes de gente que
conozco e introduzco rasgos de ficción en ellos."
Sorprende que Bowman sea tan
impulsivo con las mujeres y, al propio tiempo, tan incauto. Ama a las mujeres
pero no las entiende en absoluto. Siempre le sorprenden o lo descolocan.
Dice Salter:
"En cierto sentido, Bowman
pasa su vida buscando el amor. El sexo también, pero más el amor. Él no separa
una cosa de la otra. ‘Primero la carne, luego el alma’, dijo alguien cuyo
nombre no recuerdo. Esto ya no se dice, parecería que debe ser a la inversa,
pero en mi novela es así. Bowman se casa; luego tiene una aventura con una
inglesa, que sigue su curso y que no puede durar mucho porque viven en países
distintos, hasta que se enamora de una mujer en Nueva York: esta relación es el
centro del libro, y es solo la tercera mujer que se menciona.
En efecto, la plácida vida de
Bowman como editor literario solo se ve alterada por estas relaciones
sentimentales, sobre todo por la que mantendrá con esta mujer. De ella se
enamorará completamente y juntos comprarán una casa —al fin un hogar—, que se
revelará solo como un espejismo movido por la traición. Y es allí donde,
inesperadamente, asistimos a un acto sorprendente y terrible: la venganza de
Bowman. El hombre en apariencia apacible usará a la hija de su antiguo amor
para tomarse la revancha."
Esta novela no en vano ha
sido considerada por la crítica de todo el mundo como una de las más
importantes de la década. No sé si es verdad, pero a mí me lo ha parecido. La
he disfrutado desde la primera a la última línea
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