Lo último leído

viernes, 19 de agosto de 2016

Las buenas personas. Nir Baram

Las buenas personas
Nir Baram



Europa, entre 1938 y 1941. Cuando es forzado a abandonar una prometedora carrera en una empresa estadounidense, Thomas Heiselberg decide trabajar para la maquinaria nazi.
En Leningrado, Alexandra Weiesberg, hija de un intelectual judío, debe elegir entre sus padres, a quienes cree condenados sin remedio, o su salvación y la de sus hermanos más pequeños.
Así, accede a implicarse con el NKVD, el Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos de Stalin.

Thomas y Alexandra coinciden en un desfile organizado por ambos regímenes el 22 de septiembre de 1939, y ese encuentro marcará sus caminos.



Nir Baram (Jerusalén, Israel, 2-6-1976) es novelista y articulista. Intelectual de izquierdas, es activista político de posturas contrarias a la ocupación israelí de Palestina. Tan­to su padre como su abuelo fueron ministros en gobiernos laboristas.

En 2010 ganó el Prime Minister Award de literatura hebrea gracias a Las buenas personas, la primera novela israelí sobre la Segunda Guerra Mundial, cuyos derechos han sido vendidos a ca­torce idiomas y cuya publicación supuso un acon­tecimiento literario en toda Europa.

.........................................................

No siempre las sinopsis de los libros que hacen las editoriales nos dan una imagen de la novela que pretenden promocionar. Todo lo que cuenta esta sinopsis es exacto pero no nos da una idea de la enorme complejidad de la trama.

"Las buenas personas" es un libro extraordinario que pivota sobre dos protagonistas, Thomas y Alexandra, que viven (en un equilibrio inestable) en dos mundos, en dos infiernos, en dos pesadillas: el régimen nazi y el régimen soviético de Stalin. Son dos funambulistas en la cuerda floja desde la que contemplan como miles y miles de sus compatriotas caen en el abismo por un destino que otros han impuesto.

Thomas viene de una familia acomodada y monta en Berlín la sucursal de una empresa americana de marketing. En un hombre avispado. Una competidora suya en la empresa lo describe así:

«El sistema de Thomas está muy bien y es muy sencillo, como todos los grandes fraudes de verdad. Todos sus actos encuentran su justificación en la ética heiselbergiana, que es infinitamente flexible.

Thomas Heiselberg es, en realidad, un cúmulo de características, de gestos, de ideas y de apreciaciones que ha tomado de acá y de allá. Es un artista para tomar lo que sea de los demás y apropiárselo. Incluso la expresión de una escultura que le guste la adopta como propia. En el cuarto oscuro de su vacía alma revela los negativos robados a otros y los convierte en unas espectaculares fotografías. Su grado de identificación con el robo es tan alto y su capacidad para reelaborarlo tan perfecta, que al poco tiempo cree que ha nacido con él».


Durante diez años Thomas va ascendiendo en la empresa Milton hasta que la evolución de la sociedad alemana, por el crecimiento del régimen nazi, hace imposible que la empresa pueda sobrevivir en aquel territorio. Pero Thomas, con suerte y mucha audacia, convence a las autoridades (que ya tienen preparada la invasión de Polonia) que, con los datos de Milton, él puede elaborar un informe psicológico de cómo es y cómo se comporta el "hombre polaco moderno" y así facilitar el gobierno del país tras la invasión. Y lo hace.

Aleksandra (Sacha) es hija de un ingeniero de Leningrado y viven en Leningrado con sus dos hermanos gemelos en el momento de las purgas stalinistas. Todos son sospechosos y el suave ronroneo de "los coches negros" de la NKVD al amanecer, sobresalta a todo el mundo.

El amante de Sacha, Podolski, es uno de los miembros de esta checa y le explica cual es la filosofía de la organización:

"Las ideologías y las modas aparecen y desaparecen, las personas creen en ciertas cosas y después en otras completamente diferentes y lo único que permanece es la aterradora elasticidad de nuestro espíritu. Sacha, las personas son patéticas. Siempre quieren cambiar las cosas, también son traidoras, sueñan con un régimen mejor y con el mayor de los descaros se proponen hacer realidad esos sueños. Nosotros no nos ocupamos de los hechos ni de sus resultados, sino de otros asuntos: las personas deberían tener miedo de cualquier pensamiento criminal que se les ocurra y deberían sospechar de todos y no compartir sus reflexiones con nadie, porque tienen que saber que no existe un lugar lo suficientemente oscuro como para que nosotros no podamos verlo."


Sacha se da cuenta de que van a detener a sus padres e intenta acercarse a la NKVD para intentar que se lleven a sus hermanos a un reformatorio. No lo consigue y, como hija de condenados, su vida también corre peligro. Tiene que dar un giro para sobrevivir y se convierte en interrogadora de la NKVD.

Las tres cuartas partes de la novela nos describen el contexto terrible en el que intentan sobrevivir los dos protagonistas. Nir Baram no tiene que acudir al Holocausto para hacer que desfilen ante nuestros ojos lectores los horrores de los dos regímenes.

Y el final es espectacular.

Por favor, no se la pierdan.  




No hay comentarios:

Publicar un comentario