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sábado, 13 de junio de 2015

El domador de leones. Camilla Läckberg (126)

El domador de leones

Camilla Läckberg
Maeva



En ocasiones, el mal puede ser aún más poderoso que el amor. Una tragedia familiar no resuelta reabre varios casos en el presente.
Estamos en pleno mes de enero y en Fjällbacka hace un frío polar. Una joven medio desnuda deambula por el bosque nevado y llega a la carretera. Un coche aparece de la nada y no tiene tiempo de esquivarla. Cuando el comisario Patrik Hedström y su equipo reciben la alarma sobre el accidente, la chica ya ha sido identificada. Desapareció cuatro meses atrás y desde entonces no se ha sabido nada de ella. Su cuerpo tiene marcas de atrocidades inimaginables, y es posible que no sea la única, ni la última víctima de su agresor.
Al mismo tiempo, Erica Falck investiga una vieja tragedia familiar que acabó con la muerte de un hombre. Erica sospecha que su esposa oculta algo terrible y teme que el pasado proyecte su alargada sombra sobre el presente.

Cuando llevaba leídos un par de capítulos pensé: "Esta vez Camilla se ha equivocado de título" ya que parecía que la cosa iba por la senda de la famosa primera novela de Millenium de Stieg Larsson "Los hombres que no amaban a las mujeres" . ¿Estaba ante una trama de maltratadores de mujeres?. Pues sí y no. Más bien estamos ante una novela muy oscura en la que el auténtico protagonista es el mal. No el mal como concepto moral, sino como algo corpóreo y tan fuerte como el sexo o el instinto.

Me temo que Camilla Läckberg puede tener un problema en un próximo futuro. Me explico. Esta es la novena entrega de la serie "Fjällbacka" protagonizada por el inspector Patrik Hedström y su mujer, la escritora Erica Falck. Ya hemos comentado en anteriores reseñas de la serie que leer este tipo de novelas tiene sus ventajas porque el aficionado ya conoce a los principales personajes además de los protagonistas y no hace falta grandes presentaciones. Conocemos de qué pié calza cada uno y más o menos cómo va a comportarse en el desarrollo de la trama. Dicho en otras palabras: la autora tiene una construcción literaria con todas las estructuras bien montadas y sujetas y lo que hace es introducir una nueva historia (o historias) más o menos compleja o aditiva para el lector.
El problema es que está repitiendo demasiado el mismo final. Los miembros de las comisaría avanzan más o menos lentamente y por los procedimientos policiales protocolarios y legales, mientras la esposa del principal responsable vuela por su cuenta, se entromete y acaba en la boca del lobo. Uno tiene una cierta sensación de "dejá vu" cuando llega al final de cada novela.

Sería injusto desconocer que en "El domador de leones", Camilla Läckberg aborda un tema que, aunque extraño no es inusual: el hecho incuestionable de que existen personas (por suerte parece que no muchas) que su placer se basa en causar el dolor a otras personas.

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