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viernes, 19 de junio de 2015

Ejercicios respiratorios. Anne Tyler. (127)



Ejercicios respiratorios


Anne Tyler





La autora de "El turista accidental" nos presenta a Maggie, mujer fantasiosa, entrometida y atolondrada, y a su marido,

Ira, paciente, ponderado y, a su modo, infalible. 


De la mano de estos personajes, en parte extraordinarios y, en parte, vulgares y corrientes, Anne Tyler nos lleva a conocer, en un solo día, la vida toda de los Moran y cuanto hay que saber sobre su matrimonio: las esperanzas y los proyectos nunca realizados, los fracasos de sus hijos y las tormentas que desencadenan en el hogar, y cómo, a pesar de llevar veintiocho años casados y de las discrepancias que median entre ellos, siguen, en cierto modo, gustándose y queriéndose.
 Anne Tyler fue galardonada en 1989 con el Premio Pulitzer por esta novela y lo ganó con todo merecimiento  porque los personajes son absolutamente increíbles. De esos que no se olvidan. Especialmente Maggie

 Les seré sincero. A medida que uno va avanzando en la lectura de la novela siente impulsos de estrangularla. Caótica, descuidada, palizas, metomentodo, peliculera, especialista en imaginar escenarios alternativos a la realidad y desesperada por ser reconocida. Su marido, Ira, es un santo varón que se consuela (entre desastre y desastre que le monta Maggie) haciendo solitarios en cualquier lugar. Dicho así parecen personajes frikis, pero no lo son. No son de cartón piedra,  sino muy humanos.


 Anne Tyler ha escrito una veintena de novelas a sus 74 años y la mayoría son descripciones minuciosas de las contradicciones  y trampas que habitan en una pareja o en una familia media americana (casi siempre de Baltimore). Aplica el microscopio y no tiene piedad en revelarnos hasta los más mínimos detalles, las frustraciones, los desencantos de seres normales y corrientes que han llegado a creerse mentiras tan monumentales como lo del amor  a primera vista, el amor para toda la vida o que el tiempo no afecta los votos matrimoniales o que todos tenemos  una media naranja. Y el secreto es que, además de estar escrito impecablemente,  lo está con humor.

Una pequeña muestra. Es la página a la que hace referencia el título de la novela . Se nos describe la siguiente sitación: El hijo de Maggie, Jess, ha dejado embarazada a su novia Fiona. Ambas están en la casa familiar y tienen que practicar unos ejercicios respiratorios de pelvis de preparación al parto. Dice Fiona " ejercicios de pelvis qué horror. Todo esto se me hace tan cuesta arriba. Pero se levantaba penosamente con un suspiro. Incluso embarazada su cuerpo era como el de una adolescente delgado y casi de goma. A Maggie le recordaba a las muchachas ligeramente vestidas que había visto en las playas y quedaban la impresión de pertenecer a una especie del todo diferente de la suya. Ejercicios respiratorios había dicho Fiona dejándose caer en el suelo con un ruido sordo. "No crees que ahora ya debería saber cómo respirar?"
 "Oh encanto, tienes mucha suerte de que se te brinden cosas así." Había dicho Marggie. En mi primer embarazo no había forma de encontrar un curso como estos y yo estaba muerta de miedo. Me hubiera encantado hacer ejercicios. Y luego recuerdo que salir del hospital con Jeffe y que pensé "Un momento ¿van a dejar que me lo lleve? .No sé ni jota de niños para esto no tengo un carnet. Ira y yo sólo somos unos aficionados. Quiero decir que te dan toda clase de lecciones para cosas sin importancia como tocar el piano, como escribir a máquina, te enseñan durante años y años a resolver ecuaciones cosa que bien sabe Dios que nunca tendrás que hacer en la vida corriente pero ¿ y qué pasa con como ser padres o con el matrimonio?. Antes de que puedas conducir un coche necesitas un curso de aprendizaje aprobado por el Estado pero conducir un coche no es nada, nada comparado con vivir día tras día con un marido y con criar a un nuevo ser humano.".

 Lo que no fue una idea muy tranquilizadora porque Fiona había dicho "Ostras" y  había escondido la cabeza entre las manos. " Pero estoy segura que tú lo harás estupendamente" habia dicho Maggie a toda prisa. "Y, además, claro, me tienes a mi para ayudarte". "Ostras,!!" habia dicho Fiona.

 Si leen "Ejercicios respiratorios " se darán cuenta que el Premio Pulitzer estaba justificado.










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