El Manuscrito
Arno Strobel
Pamies
Dejé en “pause” el abrumador “El libro de las pruebas” de mi
admirado John Banville porque tanta descripción me daba dolor de cabeza. Busqué
una novelita adictiva con pocas descripciones y mucha acción.
Así me topé con la última de Arno Strobel, un escritor alemán
de 50 años que había conseguido buenas ventas (y no siempre buenas críticas)
con sus dos anteriores novelas. Strobel es un informático que trabajó en la
alta banca de Luxemburgo hasta que escribió su primera novela “El Mago” que
nadie quiso publicar, pero él tenía tanta fe en ella que la editó de su propio
bolsillo, consiguiendo un éxito fulgurante.
La sinopsis de la novela se acercaba bastante a lo que en
este momento estaba buscando. Es ésta:
“Una joven estudiante universitaria de Hamburgo recibe un
espeluznante paquete una cálida mañana de abril: la primera página del
manuscrito de una aterradora novela policíaca, cruelmente escrita sobre piel
humana. El criminal, que secuestra a mujeres jóvenes para satisfacer su
necesidad de materia prima, parece imitar con escrupulosa fidelidad una de las
novelas del fracasado autor Christoph Jahn, que automáticamente se convierte en
el principal sospechoso de la policía.
¿Recurre Jahn, al parecer en serias dificultades
financieras, al crimen con el fin de promocionar su obra y situar sus libros en
las listas de éxitos?
La situación se complica cuando la policía descubre que no
es la primera vez que las novelas de Jahn sirven de inspiración para un
asesinato: cuatro años antes, en la ciudad de Colonia, hubo más muertes
imitando otra de sus novelas, y entonces no se logró detener al asesino…”
La novela es, desde luego, trepidante y de fácil lectura:
pocas dificultades para el lector que queda enganchado a la trama desde el prólogo
a pesar de lo cruento y descarnado del tema.
En contra de lo que ocurre en sus otras novelas (“El
psiquiatra” y “Pasillo oculto”) aquí no juega demasiado con el lector y los
acontecimientos se suceden si excesiva trampa y cartón. A cualquiera le molestan estos trucos baratos de escritor de novela negra que resuelven la obra en el último capítulo aportando datos que se habían guardado en la manga durante el resto de la novela. Es algo así como hacer "pan i pipa", como dicen en mi tierra, al lector
Sospeché del que resulta ser el asesino... pero también lo
hice con todos los demás a excepción de los dos policías protagonistas. Hubiera
podido ser cualquiera. Eso es algo positivo, aunque no lo parezca.
Si necesitan una lectura de aeropuerto o para leer en el
AVE, les recomiendo ésta.
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