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lunes, 16 de febrero de 2015

El Estudiante. John Katzenbach, (108)

El Estudiante
John Katzenbach




Mientras intenta mantenerse alejado del alcohol, Timothy Moth Warner alterna sus clases de postgrado en la Universidad de Miami con las reuniones de un grupo de autoayuda para adictos. Su tío Ed, médico psiquiatra y alcohólico rehabilitado, es su gran apoyo moral. Preocupado porque Ed ha faltado a una cita, Moth se dirige a la consulta de su tío y lo encuentra muerto, en medio de un charco de sangre. Aparentemente, se ha disparado en la sien. Para la policía, se trata de un claro caso de suicidio y pronto da el caso por cerrado.
Sin embargo, Moth está convencido de que fue asesinado. Desolado y decidido a encontrar él mismo al asesino, busca apoyo en la única persona en la que puede confiar: Andrea Martine, que había sido su novia y a la que no ve desde hace cuatro años.
Pese a que está sumida en la depresión tras haber vivido una situación traumática, Andy no puede dejar de escucharle.
Mientras luchan contra sus demonios interiores, los dos jóvenes se irán internando en un territorio oscuro y desconocido, habitado por una mente tortuosa y vengativa que no cejará ante nada para lograr su objetivo.

 Quizás el título de esta novela debiera haber sido "Los Estudiantes" o mejor "Venganza de la venganza" (no me suena que "revenganza" esté en el diccionario ). Porque, para que lo sepan, la cosa va de culpa y de venganza.


 Esta es su última obra de una larga serie de un género que podríamos denominar "thriller psicológico ". Al principio pensaba que era un psiquiatra que escribía novelas de misterio. Pero me equivocaba. John Katzenbach es periodista de temas judiciales. La psicoanalista es su mujer, Laura.
John Katzenbach

Tiene un montón de novelas de este género y algunas se han llevado a la pantalla o a la televisión como "El Psiquiatra", quizás la más famosa en nuestro país. Personalmente, la que más me gustó fue "Un final perfecto"▪`Y ésta.

 Para comprender mejor el proceso de escritura que ha seguido en esta novela resulta muy revelador la entrevista que concedió a "El Periódico" de Catalunya. Si les interesa pueden leerla aquí.

 Siempre es peligrosa la reseña de una novela tan adictiva como ésta porque se corre el riesgo de "chafar" la historia. Así que iré con pies de plomo.

La novela tiene realmente tres protagonistas:
Moht Walter y su exnovia Andy Candy, por un lado y el asesino, por el otro. La partida a muerte se dirime, pues, entre la pareja y el denominado "5° Estudiante".

Porque todo parte de un hecho: Cinco estudiantes de la Facultad de Medicina muy competitivos y empollones, descubren que uno de ellos (el 5°) es un loco peligroso. Temiendo que dañe sus carreras, confiesan sus sospechas a su profesor preferido, Jeremy Hogan, que toma cartas en el asunto. El 5° estudiante es expulsado y recluido en un centro psiquiátrico. Treinta años más tarde pone en marcha una mortal venganza contra todos ellos, incluído el profesor. Así se suceden a lo largo de muchos meses, una serie de muertes por accidente, suicidio, mala praxis médica, etc. entre personas que, aparentemente, no tienen ninguna relación entre sí y que además viven en ciudades completamente alejadas una de la otra. En todos los casos, nadie investiga qué es lo que realmente ha pasado. Son crímenes perfectos, ejecutados con diabólica estrategia. Hasta que... una pareja de estudiantes decide que un suicidio no es un suicidio.

La mitad de la novela está dedicada a la venganza del 5º estudiante. La otra mitad es la venganza de las víctimas. Por eso decía que es una venganza que suscita a su vez, otra venganza.

Y no puedo revelarles nada más. Sólo decirles que se trata de una buena novela de suspense y que resulta difícil apagar la luz de la mesita de noche.


El peligro de estas novelas es siempre "el bache". Ya hemos hablado de ello en otras ocasiones. Tras el asesinato viene toda una larga (y a veces pesada) labor de los investigadores que se entrevistan con todos los que conocieron a la víctima,  los posibles sospechosos, etc. etc. Casi siempre todas estas gestiones no aportan ninguna luz a la investigación y así se llega a una situación de bloqueo que no se desatasca hasta que alguien  (o algo inesperado e imprevisible) rompe la situación de atasco. A partir de ahí los investigadores tiran del hilo y la acción se acelera.

En el caso de John Katzenbach siempre tiene la habilidad de que esta situación de bloqueo no se hace pesada y lueģo el acelerón es constante e imparable, pero lleno de sorpresas que son la sal de este tipo de novelas. Sin la sorpresa, el giro argumental, el hecho inesperado, no hay novela negra. Se nos conduce habilmente a imaginar un final... que nunca se produce. Esta es la clave. Sin eso, la novela es un relato.


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