La huella de un beso
Daniel Gattauer
Santillana
Estuve leyendo una larguísima discusión entre críticos
literarios sobre qué es y qué no es “literatura de altura”. Al final no me
aclaró nada. Le estuve dando vueltas a este tema y llegué a la muy personal
convicción (subrayo lo de personal porque no pretendo sentar nada) de que uno
ya sabe, cuando termina un libro, si lo que ha leído es literatura de la grande
o de la pequeña. Incluso es posible que esta etiqueta la ponga cada uno según
las emociones que le ha despertado la lectura.
La introducción viene a cuento de que, las últimas reseñas
de este modesto blog, pueden calificarse (en mi personal opinión, repito) como
obras de gran altura. La siguiente que había elegido (y que seguirá a ésta si
algún acontecimiento ahora inesperado no lo impide) también es peso pesado: “El
día en que lloró Nietzsche” de Irving D.Yalom. Me pareció que debía rebajar
algo el listón y leer algo ligero, divertido, amable. Una lectura “de sonrisa”.
Esa que se lee con este gesto en la cara.
Todas las novelas del austriaco Daniel Gattauer pueden
entrar en esta etiqueta. Esta es la cuarta que recomiendo en este blog.
¿De qué va esta vez?
Kurt es el braco alemán más perezoso que ha existido jamás.
Max quiere escapar de la rutina, los traumas, la Navidad y
volar a Las Maldivas, pero ¿quién cuidará de Kurt mientras él esté de
vacaciones?
Katrin busca un pretexto para no pasar su 30 cumpleaños con
sus padres, que no entienden cómo es posible que la hija perfecta siga soltera
y sin compromiso. Su padre odia a los perros así que Kurt es la excusa
perfecta.
Pero Max tiene un trauma: en la adolescencia sus amigos de pandilla le obligaron a besar a la niña más gorda y repulsiva del curso. La consecuencia fue que, de por vida, Max se convirtió en alérgico a los besos, lo que reducía drásticamente sus posibilidades de hallar pareja estable.
Kurt, Max y Katrin entrecruzan sus vidas en una refrescante
comedia que Daniel Glattauer, de forma ágil e ingeniosa, cimienta con altas
dosis de humor y romanticismo.
Como las anteriores es ésta una narración que se lee de una
tirada, no deja mal sabor de boca y “deshollina” el espíritu.
Así que se la recomiendo.
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