Siempre tuyo
Daniel Glattauer
Alfaguara
Tras la dureza y el nihilismo
de “Años Luz” de James Salter, que he reseñado esta misma semana, necesitaba
algo “light”, veraniego, intrascendente, como si, tras ver una película de Ingmar
Bergman uno necesitara ver una del Oeste. Así que me decanté por este título recordando
el buen sabor de boca que me habían dejado los anteriores.
“Siempre tuyo” empieza mal.
Para mí, que odio las novelas tipo “Cincuenta sombras de Grey”, una novela que
empieza tan almibarada no es un buen comienzo. Pero como no tenía mejor cosa
que leer en aquel momento, seguí adelante.
Déjenme decirles que esta
novela nada tiene que ver con las anteriores. Tampoco es en realidad una novela
romántica, sino un relato de suspense psicológico muy bien tramado. El almíbar
del inicio se transforma en acíbar a los pocos capítulos y la tensión dramática
sube como el hervor del agua.
Si quieren una lectura muy
entretenida y aditiva de éstas que uno lee en la piscina o en la playa, “Siempre
tuyo” no es una mala elección.
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