Años Luz
James Salter
Salamandra
Sinopsis
Años luz es un brillante
retrato del matrimonio de la mano de un maestro americano contemporáneo. Con
una prosa diáfana, luminosa y leve, de triste resonancia, Salter narra la
historia de Nedra y de Viri, cuya vida transcurre entre los juegos con sus hijas,
las reuniones con amigos y la placidez de la vida en el campo. Detrás de esta
apariencia idílica e intocable, el autor observa y delata las finas líneas de
la superficie resquebrajada de la pareja, grietas que se extienden y finalmente
desfiguran el paisaje sin posibilidad de reparación.
Un libro extraño
Me gusta mucho cómo escribe
John Salter. Es uno de los mitos vivos de la literatura norteamericana. Es un
hombre culto, observador, viajero que conoce bien España y su literatura (es un
gran admirador de Cervantes y de Valle Inclán). Me encantó su última novela. “Todo
lo que hay” que he reseñado hace un par de semanas.
Pero ésta es una novela
extraña que me ha costado mucho digerir porque, tras esa prosa poética límpida
y casi cinematográfica están consideraciones vitales de gran trascendencia e
importancia como son el matrimonio, la familia, las relaciones con los hijos y
el adulterio.
Es una novela sin núcleo. La
pareja de Nedra y Viri y sus dos hijas viven en un ambiente bucólico y
brillante y todo transcurre sin aparentes tensiones, sin conflictos, entre
cenas con amigos intelectuales, buenos vinos y charlas cultas.
Sin embargo, es un matrimonio
muerto pero estaban muy unidos.
“Con su
marido ella era comprensiva, incluso cariñosa, aunque dormían como si se
tratase de un arreglo entre ellos; ni siquiera se tocaban con los pies. Era un
arreglo, era un matrimonio.”.
Viri tiene una amante joven
que le deja tirado y Nedra va cambiando de amante sucesivamente siempre dentro
de una misma pecera de artistas, intelectuales y actores consagrados.
El punto débil de la cadena
es Viri y Nedra más que ser feliz busca la libertad. Cuando se divorcian,
siguen viviendo juntos hasta la noche siguiente a que un juez les leyera la
sentencia.
¿Conclusión?. No la hay.
Martínez Ros escribió con
muchísimo acierto:
“Pero, ¿qué es lo que quiere contarnos Salter? ¿Por
qué da la impresión de que esta novela no tiene un centro, y todo es fugaz e
inestable? Sin embargo, no tardamos en comprender que eso es lo que Salter
pretende: el tema de la novela es, precisamente, lo que la vida –con toda su
belleza y su vulgaridad, su dolor y y el curso inmisericorde del tiempo hace
con dos seres humanos, privilegiados en algunos aspectos y comunes y
lamentables en otros. Y para Salter no existe un centro, un significado
esencial: la vida humana, y esa es su tragedia, no tiene sentido. Alguien ha
comparado esta novela con El árbol de la vida, la gran película de Terence
Malick. Para que la metáfora sea más exacta, diría que, en efecto, se asemeja a
El árbol de la vida, si hubiera sido filmada por un director no sólo ateo, sino
totalmente nihilista.
Ah, y por cierto: la definición “obra maestra” se usa muy a menudo a la ligera. En este caso se puede emplear con toda tranquilidad: Años Luz es una impresionante obra maestra.”
Ah, y por cierto: la definición “obra maestra” se usa muy a menudo a la ligera. En este caso se puede emplear con toda tranquilidad: Años Luz es una impresionante obra maestra.”
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