Perdida
Gillian Flynn
Mondadori
Sinopsis del editor
Una de las autoras de
suspense más celebradas de nuestro tiempo, la autora bestseller Gillian Flynn,
retrata el mundo claustrofóbico de un matrimonio que hace aguas.
En un cálido día de verano
Amy y Nick se disponen a celebrar su aniversario de bodas en Misouri. Como cada
año, Nick espera hasta el último minuto para comprarle el regalo a Amy. No
obstante, no va a hacer falta, puesto que Amy desaparece esa misma mañana sin
dejar rastro. En el salón de su casa aparecen claras muestras de un forcejeo y
la policía se pone a investigar de inmediato. Enseguida quedan desconcertados
por la actitud de Nick: tan sereno que parece no importarle la desaparición de
su mujer. Inevitablemente, pues, las sospechan recaen sobre él, pese a que
mantiene su inocencia.
Mi opinión
Por favor. Mire este video
promocional pero muy revelador.
Si creen que ésta es una
novela de suspense normal, se equivocan de medio a medio.
Sí, al principio lo parece:
un matrimonio joven que se han casado enamorados y que el cabo de cinco años de
matrimonio tienen sus desavenencias y tensiones de convivencia... todo normal.
Pero fíjense en un detalle del vídeo. Amy dice “supongo que por él estaba
dispuesta a transformarme.” El enamoramiento hizo el milagro: Amy se “transformó”
en la mujer ideal para Nick y viceversa. Todo perfecto. Pero una transformación
de este tipo no es como darle a un interruptor: “ahora soy así... click... y
ahora asá”. No. La transformación en el cónyuge perfecto requiere un esfuerzo
continuado y Nick, un hombre “flojo”, con pánico a las mujeres, mimado por su
madre y por su hermana melliza, no es capaz de mantener la tensión
transformadora más que un cierto tiempo. Pierde el empleo, muere su madre,
tienen que trasladarse de Nueva York a Missouri... demasiadas bofetadas en poco
tiempo. Y él rebaja la tensión. Deja de intentar ser la pareja perfecta que Amy
necesita para continuar siendo “asombrosa”.
Al final del libro hay un
artículo de Rodrigo Fresán muy clarificador.
Escribe:
“Gillian Flynn nos habla (y
la leemos) como si se tratase de una stand-up comédienne que,
mientras nos hace reír, nerviosos, juguetea con un afilado cuchillo de cocina.
Lanzando frases ingeniosas y certeras y agudas mientras apunta a todo eso que
se esconde bajo la alfombra o dentro de cajones o en habitaciones mal
iluminadas en las que se entra poco, solo cuando es indispensable o se impone
el recordar algo que estaba tanto mejor en el olvido o la amnesia.
Y es entonces cuando pensamos
que lo que nos cuenta Gillian Flynn es que nadie es del todo como suponemos,
que nada es completamente lo que parece.
Y que el amor es un arma de
doble filo y un boomerang y una ratonera.
Lo que me lleva a precisar
que las tres novelas hasta la fecha de Gillian Flynn -policiales que también
pueden ser etiquetados como comedias de (muy malas) costumbres- vienen cargadas
de objetos puntiagudos y voces afiladas de mujeres fatales o fatalistas. De
mujercitas inmensas y todopoderosas. Cuidado con ellas.
Chick-lit, sí, pero con
garras y colmillos y ojos de rayos X.
A saber:
En Heridas abiertas (Sharp
Objects, de 2006) su heroína -la periodista Camille Preaker- volvía al pueblo
de su infancia en Missouri a investigar el secuestro y asesinato de dos niñas.
En sus ratos libres, Camille gusta de autoflagelarse con navajas, clavos,
hojillas de afeitar, etc. Y escribir palabras a lo largo y ancho de todo su
cuerpo.
En La llamada del Kill
Club (Dark Places, de 2009) su otra heroína -la perdedora profesional
Libby Day- sobrevive gastando los últimos dólares y exprimiendo los últimos
segundos a sus quince minutos de fama. Porque Libby es la única sobreviviente
de la masacre de su familia, en una granja de, otra vez, Missouri.
En Perdida -y nada
de lo muy bueno leído y disfrutado y temblado junto a Camille y a Libby nos
prepara para ella- su nueva heroína es la preciosa y adorable y perfecta Amy
Dunne y está, sí, perdidamente enamorada de Nick, la otra mitad de
una pareja envidiable, y ¿habrá algo más absurdo que envidiar a una pareja solo
por lo que muestra en público?
Pero...”
¿Es tan importante la fachada
de un matrimonio como para llegar al asesinato?.
Los padres de Amy son una
pareja muy compenetrada, ambos psicólogos infantiles, que llegan a conseguir
una pequeña fortuna escribiendo las aventuras de “La asombrosa Amy”, una serie
de gran éxito en los años 90 y que prácticamente está en todas las bibliotecas
del país. El personaje de la serie no es exactamente la Amy real, su hija, pero
ella quiere “transformarse” en este estereotipo perfecto y no puede permitir
que se matrimonio haga aguas sólo a los cinco años de duración. Y así se lo
hace sentir a su marido.
“Había un millón de hombres
que habrían amado, honrado y obedecido a Amy y se habrían considerado
afortunados de poder hacerlo. Hombres confiados y seguros de sí mismos, hombres
de verdad que no la habrían obligado a fingir ser ninguna otra cosa salvo su
perfecto, rígido, exigente, brillante, creativo, fascinante, rapaz y megalómano
yo.
No puedo avanzar más en la
trama sin destruir su misterio que es el gran atractivo de este libro. Lo que sí
deseo transmitirles es que, si desean pasar un rato de intriga y suspense, atrévanse
a echar un vistazo a este “asombroso” matrimonio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario