La última noche
James Salter
Salamandra
Grande entre los grandes
escritores norteamericanos contemporáneos, James Salter es famoso por su
escritura despojada, hecha de palabras certeras y silencios elocuentes. Su
incuestionable prestigio, cimentado a lo largo de casi cincuenta años con tan
sólo siete libros publicados, se vio reforzado, si cabe, con la aparición de La
última noche en abril de 2005, un auténtico acontecimiento literario, puesto
que había que remontarse hasta 1988 para hallar su anterior libro de ficción
inédito (Anochecer).
Diez relatos magistrales, en
los que, a partir del retrato íntimo de las relaciones entre hombres y mujeres,
salen a la luz los temas favoritos del autor: el amor, el desengaño, el deseo,
la traición, la soledad.
En el cuento que da título al libro, y que Frank Conroy
ha definido como «una indiscutible obra maestra», una mujer enferma de cáncer
terminal pide a su marido y a una amiga que la ayuden a adelantar su muerte,
con resultados inesperados para los tres.
Maestro del estilo, admirado por
escritores como John Irving, Richard Ford o Susan Sontag, Salter describe la
intimidad con una prosa casi pictórica, en un juego de luces y sombras sin
aparente solución. En todos sus personajes, el recuerdo de la felicidad y del
éxtasis convive con los efectos devastadores de la traición, llevándonos
finalmente a reflexionar sobre si cambiamos con el paso del tiempo o estamos
condenados a repetir los mismos errores.
Cómo lo he leído
Lo que señala el editor es
completamente exacto: James Salter es uno de los grandes y lo nota cualquiera
que lea estos relatos.
Ahora están de moda los
relatos y no es de extrañar porque hay temas e historias que precisan este
formato. Así quedan más redondas.
James Salter toma una serie
de personajes y una determinada situación. Va saltando de uno a otro
describiendo su vida y sus aspiraciones. Sin juzgar. No hay un auténtico
protagonista. Lo son todos.
La narración fluye sin sentir
porque Salter se fija mucho en los detalles que son los que pueden dar más
autenticidad al relato. La mayoría de las situaciones son cotidianas, normales...
hasta el final que siempre te deja con la boca abierta.
Efectivamente, de los diez
relatos, el último, el que da nombre al libro es con diferencia el mejor. El
más dramático y el más impactante.
El que quiera enseñar cómo se
escribe un relato corto, tiene que conseguir que sus alumnos lean primero este
último relato.
Fantástico
No hay comentarios:
Publicar un comentario