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domingo, 23 de febrero de 2014

Lo bello y lo triste. Yasunari Kawabata (44)

Lo bello y lo triste

Yasunari Kawabata
Planeta



Contraportada
Impulsado por la nostalgia, Oki Toshio, un escritor casado, decide viajar a Kioto para oír las campanas del templo en el Año Nuevo. Pero además quiere ver a Otoko, antigua amante a la que había humillado. Todavía hermosa, Otoko, ahora pintora, vive con su protegida Keiko, una joven amoral, sensual y apasionada de apenas veinte años. Y lo que comienza como un reencuentro sentimental entre el maduro Oki y la discreta Otoko se convertirá, por voluntad de Keiko, decidida a vengar a su mentora, en un cruel drama de amor y destrucción.



Mi comentario
Tras el baño de hiperrealismo deprimente de “En la orilla” de Rafael Chirbes, necesitaba respirar algo de lirismo y delicadeza y pensé en desempolvar esta novela del Premio Nobel Yasunari Kawabata (el primer japonés que lo obtuvo, luego le siguió Kenzaburi Oe en 1994) cuya finísima literatura se distingue precisamente por su sensibilidad y lirismo.

“De lo bello y lo triste” fue su última novela y se publicó en Japón en 1965. En 1972, ya enfermo, se suicidó.
En España se tardó mucho más en poder acceder a ella. Quizás algunos recuerden lo que era el pensamiento dominante en nuestro país en 1965.
¿Cómo creen que hubiera sido posible que con aquella mentalidad se publicara una novela que glosa el amor apasionado de un hombre adulto y casado con una niña de 16 años a la que termina abandonando?.
¿Qué hubiera pensado el censor del Ministerio de Información y Turismo de una narración en la que no se disimula el amor lésbico entre dos de sus protagonistas?.
Seguramente la hubieran tachado de pornografía dura cuando en realidad no lo es en absoluto.

Otra de las características de Kawabata (junto a su elogio de la soledad) es su interés por “bordear” el tema de la sexualidad. Si se deciden a leer esta novela (a lo que les animo fervorosamente) verán que Kawata nunca entra explícitamente en la descripción de un acto sexual, sino que traza pinceladas muy difusas y bellas de forma que, sin negar el apasionado abrazo de sus personajes, deja muchos interrogantes en el aire.

“De lo bello y lo triste” ¿puede considerarse una novela amoral?.
Si bien es cierto que una de sus protagonistas Sakami Keiko, tiene una conducta que podría llevar esta calificativo, no creo que sea un relato amoral en conjunto. Además debemos sumergirnos en el mundo nipón de mediados de los años sesenta del pasado siglo y comprender que los términos de “moral” e “inmoral” deben entenderse en su contexto.

Oki Toshio, el escritor casado y con un hijo, mantiene una apasionada y hermosa relación con Ueno Otoko, una adolescente, casi niña de 16 años.

Escribe Kawabata : “ Era su juventud o su inocencia lo que habían dado tanta intensidad a este amor. Quizás ésto explicara su pasión ciega e insaciable”

De esta relación nace una niña que muere al nacer. Tras esta dolorosa pérdida, los caminos de los dos divergen y Ueno, con su madre, se muda a Kioto y termina por emprender una exitosa carrera como pintora.  
Oki describe este amor apasionado en una novela que tiene muchísimo éxito. De alguna forma, al plasmar esta pasión en letras (o idiogramas, en su caso) de imprenta, la relación queda inmortalizada e idealizada, para los lectores de la obra y, también para sus protagonistas, Oki y Ueno que nunca la olvidarán mientras vivan.

Veinticuatro años después de la separación, ambos vuelven a encontrarse. La forma en que se produce este reencuentro y los sentimientos de ambos es una de las mejores partes de la novela.

Otro personaje que no he citado, pero que merece una mención especial es la mujer de Oki: Fumiko. ¿Cómo debió sentirse esta mujer, ya madre de dos hijos, cuando voluntariamente se ofrece a transcribir la novela en la que su marido consagra su amor y pasión con una adolescente?. La relación de ella con Oki sería también inusual en nuestra sociedad. Y sin embargo... ahí está.

Finalmente está el personaje de Keiko, la alumna y amante de Ueno. Imposible de calificar su conducta y su carácter manipulador para una mente o una moral occidentales. No quiero destruir el final de la novela revelando más detalles de este personaje pero, en mi opinión, es uno de los más conseguidos por Kawabata.

Finalmente, me permito recordarles que “moral” viene del latín “mor, moris” que significa “costumbre”.
El lector de “Lo bello y lo triste” debe ponerse mentalmente “un kimono y arrodillarse ante una mesa baja bajo la cual se perciba la tibieza de un brasero alimentado con carbón de leña”. Le será más fácil personar a Oki y a Ueno.

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