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viernes, 2 de agosto de 2013

En el calor del verano (25)

Personas como yo

John Irving
Tusquets

Contraportada


A sus trece años, su día a día cambia por completo al conocer al atractivo Richard Abbott, su futuro padrastro, y a la señorita Frost, la maravillosa bibliotecaria del pueblo, quien acaba convirtiéndose en su cómplice en un mundo hostil. A medida que avanzan los cursos escolares, y mientras se convierte en escritor, Billy se embarca en la búsqueda de su identidad sexual: ¿es posible que le guste el chico más canalla de la clase y, al mismo tiempo, la despampanante bibliotecaria? ¿Existen personas como él? Entretanto, aumentan sus deseos de conocer a su verdadero padre. Tardará toda una vida en dar con él, y será en Madrid.

Mi comentario


Les ruego que miren con algo de detenimiento la portada de esta novela. Lo que veía yo (antes de leer el libro) era una mujer que se abrochaba o se desabrochaba el sujetador. La foto corresponde a Marc Die y en realidad lo que muestra es a un hombre que se abrocha (o des) un sujetador. Mírenle las manos o la espalda.
Efectivamente es la foto de un travesti o de un transexual. De eso va esta novela y de muchas más cosas.
El protagonista, Billy tiene cerca de setenta años y explica (a veces de forma un tanto inusual, saltando sin reparo de año en año y volviendo donde quedó) su vida desde que a los trece años su padrastro le llevó a la biblioteca pública para que le iniciaran en la lectura. Este hecho fue determinante en su vida. Allí conoció a la señorita Frost, allí decidió ser escritor y allí descubrió que se sentía atraído por igual por hombres y por mujeres. Billy era bisexual en una sociedad pequeña, rural, conservadora y pacata.
Desde este punto arranca una magnífica obra literaria en la que se relata la sexualidad de Norteamérica a lo largo de cincuenta años: los problemas de los homosexuales para convivir con el resto de la gente y, sobre todo, la ambigüedad de los bisexuales que merecen la desconfianza de los homo y los hetero.
Pero trata de muchas más cosas: de la vida como teatro, del teatro como vía de escape de la vida, de la literatura, de la amistad, de la disfuncionalidad de una madre, de los hombres “acogotados” por sus mujeres y las consecuencias terribles del Sida en los años 80 y 90.
John Irving siempre se moja en sus obras. No se escaquea tras las palabras bien ligadas. Lo hijo en “El mundo según Garp” y en “Las reglas de la casa de la sidra”. Aquí aborda el espinoso tema de las diferentes opciones sexuales con total crudeza y llega a conmover al lector con las angustias y las penas de sus protagonistas que, en muchos aspectos, se parecen a los personajes de Shakespeare o Ibsen que representan en el instituto.
Me sorprendió que Irving diera por hecho que Billy estaba condenado genéticamente a ser bisexual al ser su padre gay y su abuelo materno, trasvesti. También es interesante la parte final que se desarrolla en el barrio de Chueca en Madrid, ¡tan lejos de Vermont!.
Magnífica novela.


El tiempo escondido

Joaquin M. Barrero
Ediciones B. S.A.


Contraportada

En la iglesia de una aldea apartada del occidente montañoso de Asturias se descubren los restos de dos hombres que fueron asesinados sesenta años atrás. El hijo de uno de ellos contrata a un investigador privado para esclarecer el crimen. El detective, al que los avatares de su propia existencia han convertido en un escéptico, se adentra poco a poco en una trama apasionante, rescatando de un tiempo escondido las vivencias de unos personajes inolvidables que enlazan la última batalla de la guerra de Cuba con el final del siglo XX. Un misterio, una investigación y un viaje que llevarán al detective por derroteros insospechados hasta descubrir su propio destino y conocer a la mujer que no sólo será el centro del misterio, sino que tendrá todas las respuestas.
El tiempo escondido es una novela trepidante que transita por los sucesos más intensos de nuestra historia reciente. 
Mi comentario
De familia asturiana, Joaquín M. Barrero nace en Madrid ya iniciada la Guerra Civil. Analista químico, fue emigrante en Venezuela antes de introducirse en el campo del comercio internacional, lo que le llevó a viajar por gran parte del mundo. Desde temprana edad ha cultivado todo tipo de lecturas, en particular la literatura de viajes, el thriller y la Historia, con hincapié en la de España. Esta es su primera novela.

Como autor novel Barrero ha hecho un buen trabajo de investigación. Concienzudo y casi diría que exhaustivo. Este trabajo de investigación era necesario porque esta novela "casi" no es una novela negra sino que es más bien una novela histórica. Da la impresión que lo de los asesinatos y la investigación del detective Corazón González (Barrero debió pensar: "tengo que buscarle un nombre que no se olvide ni se confunda con el de otros detectives, sobre todo si esta novela es la primera de una serie con este protagonista") es una mera excusa para exponer la historia y los auténticos protagonistas: Rosa, Pedrin, Manin y César (los buenos) y los Carballón (los malos).
Barrero echa mano del narrador omnisciente para las escenas del pasado y el presente para las protagonizadas por el señor Corazón. Eso tiene muchas ventajas porque como el narrador lo sabe todo puede organizar el tiempo del relato como quiera. Pero también tiene inconvenientes. Por ejemplo, cuando el detective habla de historias que sólo podía saber el narrador del pasado. No es ésta la única contradicción. Hay bastantes más como luego veremos.
Nada que objetar al relato histórico de la Guerra de Marruecos, la Guerra Civil, la larguísima postguerra. Únicamente señalar que hay momentos que parece que el autor escribe "a peso", como si le pagaran en función del número de páginas escritas. Muchísimo texto son relatos de las guerras que se pueden encontrar en cualquier libro de historia y no guardan una relación con el nudo de la narración. Igual sucede con el viaje a Argentina. Sobra que nos expliquen toda la historia del país desde la liberación o el devenir económico de los grandes predios ganaderos. Se lo podría haber saltado perfectamente. ¿O es que pensó el autor que ya que había trabajado tanto en la investigación valía la pena amortizar el esfuerzo realizado?.
Otro  aspecto que chirría un poco es el nivel del lenguaje. No me refiero a la calidad literaria. La ha trabajado bastante y además de esfuerza en el vocabulario diferente de Asturias o el lunfardo bonaerense. Me refiero a que algunos entrevistados por Corazón Rodríguez, al explicar sucesos de la guerra, no hablan como militantes de la CNT o gente de izquierdas del montón que eran, sino como Catedráticos de Historia.

...........................SPOiLERS. No leer si piensa leer el libro................

Cosas que no me cuadran:
El asesino, en las dos escenas en las que se relatan los asesinatos de José de la Vega y Amador Muniellos, habla en su casa con una mujer. ¿Su mujer?. Así parece, pero César no estaba casado ni en ningún momento de la novela se le relaciona con mujer alguna, excepto Rosa.
Se sabe cómo el asesino averigua donde Amador Muniellos escondía su dinero. Pero ¿cómo sabe donde está el dinero de José de la Vega?. No hay un auténtico diálogo entre ellos.
El dinero que entrega César a la amiga de Rosa ¿daba para comprar haciendas, hoteles, residencias de alto nivel, pisos de sus amigos, etc, etc. Me parece que no.
Rosa es una Xana. Una especie de ángel o de sirena de los montes que encandila con su mirada y su canto a cuantos la conocen, sean hombres o mujeres. Pero, al mismo tiempo, está ciega a las maquinaciones y a la infidelidad de su marido Miguel. Pedrin y Manin son personajes duros, constantes en su amistad pero poco creíbles como seres humanos. Ninguno de los protagonistas es mínimamente creíble. Y menos que los tres mueran simultáneamente por causas naturales.
Finalmente: hay secuestros, palizas, torturas por todas partes. Pero ninguna denuncia.


La devoción del sospechoso X

Keijo Higashino
Ediciones B

Contraportada


Yasuko Hanaoka, madre soltera y divorciada, pensaba que por fin se había librado de su ex marido. Pero cuando éste aparece un día ante su puerta, en un complejo de apartamentos en Tokio, la escena se complica y el ex marido acaba muerto en su casa. Madre e hija lo han estrangulado.
De pronto, Ishigami, el enigmático vecino de la puerta de al lado, se ofrece a ayudarles a deshacerse del cadáver y buscar la coartada perfecta. Yasuko, desesperada, acepta de inmediato.
Cuando el cuerpo finalmente aparece y es identificado, Yasuko se convierte en sospechosa. Sin embargo, el detective Kusanagi, aunque no encuentra fisuras en la coartada de Yasuko, sabe que hay algo extraño. Así que decide consultar al doctor Yukawa, un físico de la Universidad de Tokio que suele colaborar con la policía. Éste, conocido como el Profesor Galileo, estudió en el pasado con Ishigami, el enigmático vecino de la sospechosa. Al reencontrarlo de nuevo, el Profesor Galileo intuye que Ishigami tiene algo que ver con el asesinato... Y lo que aflora da un giro inolvidable a esta fascinante historia.

Mi comentario
Cuando una novela japonesa obtiene el Premio Naoki 2006 y, además, vende más de dos millones de ejemplares y es llevada al cine es que se trata de algo especial. Es la primera obra de Keigo Higashino que ha sido traducida al español.
El autor en una entrevista concedida al Wall Street Journal confiesa que

“Quiero que la gente lea mis libros para comprender como piensan, aman y odian los japoneses" y el lector de esta novela apreciará la singularidad de la mentalidad japonesa en estos aspectos.

Para mí es la novela negra perfecta: descripciones ajustadas, trama bien estructurada que atrae crecientemente al lector y un final totalmente inesperado. Para mí el truco de Keigo Higashino consiste en romper los esquemas de la novela negra. Aquí desde la primera página prácticamente sabemos quién es el asesino y devoramos las doscientas y pico de páginas restantes deseando... que no lo atrapen.

No se la pierdan si tienen ocasión de comprarla.

No te muevas

Margaret Mazzantini
DeBolsillo

Contraportada


Una estremecedora mirada a la mala conciencia de un hombre acomodado. En un hospital italiano, Timoteo, un prestigioso cirujano, vela a su hija Angela, una muchacha de 15 años que se encuentra en coma tras un accidente de moto. Embargado por el dolor y los remordimientos, Timoteo busca refugio en las palabras y emprende un desgarrador monólogo en el que se enfrenta a los fantasmas de un oscuro pasado que le sigue avergonzando.
 
Mi comentario
Estamos ante una novela de una debutante, Margarret Mazzantini, que obtuvo el Premio Strega en el año 2002 y que fue uno de los libros más vendidos a principios de la década. Quizás por este éxito fue adaptada al cine en 2004 por Sergio Castellino y protagonizada por Penélope Cruz que, según la crítica, borda el personaje.
En realidad el monólogo de Timoteo, un Jefe de Servicio de una unidad quirúrgica de un hospital, pretende ser un diálogo con su hija Angela que, a lo largo de toda la novela, está siendo intervenida en el quirófano de este hospital.
Dice la contraportada que "el oscuro pasado le sigue avergonzando". No es exacto ni mucho menos. Timoteo es un egoísta de tomo y lomo. Y además es un violador.
Le cuenta (se supone que mentalmente) a su hija que, antes que ella naciera, conoció casualmente a una chica que vivía en una barraca bajo un puente de la autopista y que la violó. No hubo ninguna provocación. La chica le había ayudado a que llamara por teléfono a su casa avisando de una avería en su coche y él, el poderoso y rico cirujano, abusó de ella. No una, sino varias veces, hasta que se obsesionó con ella. No se comprende el motivo de este acto que contamina toda la novela. A partir de este momento el lector deja de empatizar con el protagonista que hasta entonces había sido objeto e compasión por el dolor que sentía ante el accidente de su hija adolescente.
He leído en internet varias opiniones de lectores de esta novela. Casi todos coinciden, hombres o mujeres, de que esta violación les repugna y que, en este punto muchos dejaron el libro. Porque, efectivamente, desde este momento la novela se convierte en algo irreal y los personajes son fantasmas sin cuerpo. Sólo figuras imaginarias de la autora de  las que no se comprenden los motivos de sus actos. Ni los de Timoteo (Timo para los amigos y un timo para muchos de los lectores entre los que me encuentro) ni los de su esposa Elsa a la que parece no preocuparle nada la infidelidad de su marido, ni la otra protagonista, la pobre Italia que sufre todas las consecuencias de la sinrazón y las emociones contradictorias del cirujano.

Sinceramente me enrabietó porque fue grande la decepción, la frustración por las esperanzas fallidas de una novela de la que se podía esperar mucho más.
 


 

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