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martes, 9 de julio de 2013

Lecturas de la primera semana de julio (22)

Una pequeña disculpa a los que leen este modesto Blog: Esta semana sólo he podido reseñar tres libros porque en casa hemos sufrido una dolorosa pérdida que quizás parezca irrelevante a algunos, pero que comprenderán aquellos que también hayan perdido irremediablemente una mascota amiga, dócil y compañera de infortunios durante más de una década, Un animal irracional, es cierto, pero también una parte de la familia.
Vito Corleone (ese era el nombre de nuestro sharpei) que nos dejó el jueves 5 de julio tras haber pasado una operación delicada que, en nuestra ignorante esperanza, creíamos que había superado. No fue asi y se marchó en silencio envuelto en un profundo sueño.
Esta es su última imagen en la sala de espera del veterinario dos días antes de su pérdida.

 

La verdad sobre el caso Harry Quebert

Jöel Dicker
Alfaguara


Contraportada


En 2008, Marcus Goldman, un joven escritor, visita a su mentor -Harry Quebert, autor de una aclamada novela- y descubre que éste tuvo una relación secreta con Nola Kellergan, una niña de quince años. Poco después, Harry es arrestado y acusado de asesinato al encontrarse el cadáver de Nola enterrado en su jardín. Marcus comienza a investigar y a escribir un libro sobre el caso. Mientras busca demostrar la inocencia de Harry, una trama de secretos sale a la luz. La verdad sólo llega al final de un largo, intrincado y apasionante recorrido.


Mi comentario
En ocasiones ocurre. De pronto, de la noche a la mañana, todo el mundo habla de un libro. ¿Será por una acertada campaña de marketing?, ¿por el fenómeno denominado "boca-oreja"?. Así ocurrió con Millenium de Stieg Larsson o con "La sombra del viento".
Ahora nos encontramos con esta novela policíaca de un joven escritor suizo (27 años) que de pronto gana el Premio Goncourt des Licencéens , el Gran Premio de la Novela de la Academia Francesa o el Premio Lire a la mejor novela en lengua francesa. ¿Nos encontramos ante un nuevo descubrimiento del mundo literario?.
Pues parece que sí.


La primera impresión que uno tiene cuando ha leído las primeras páginas es que se encuentra ante una novela negra singular. A la mitad de la lectura concluye que es muy singular y al final...
Este es el último consejo que le da Harry a su discípulo Marcus:

"Un buen libro, Marcus, no se mide sólo por sus últimas palabras, sino por el efecto colectivo de todas las palabras precedentes. Apenas medio segundo después de haber terminado el libro, tras haber leído la última palabra, el lector debe sentirse invadido por un fuerte sentimiento, durante unos instantes, sólo debe pensar en todo lo que acaba de leer, mirar la portada y sonreír con un gramo de tristeza porque va a echar de menos a todos los personajes. Un buen libro, Marcus, es un libro que uno se arrepiente de terminar".


Pues yo no me he sentido exactamente así.

Una de las claves de este libro lo señala el policía que investiga la muerte de Nola. "En un asesinato, le dice a Marcus, hay que olvidarse del asesino y empezar investigando a la víctima". Y eso es lo que han y van descubriendo las múltiples y sorprendente facetas que tiene la personalidad de una aparente inocente niña de 15 años. 
Los distintos personajes que van apareciendo en el relato se van desarrollando a lo largo de treinta años, encartándose unos con otros  como las cartas de una baraja. Todos diferentes pero con el nexo común de Nola y, desde luego, nada es lo que parece.
Una buena novela de misterio debe sorprender al lector. Descolocarle. Hacer que sus previsiones mentales sean equivocadas. Este libro hace ésto. En mi opinión descoloca demasiado. Es cierto que engancha y que a medida que avanzas en la lectura surgen más y más preguntas, pero al final de la lectura me pregunto si, para producir este efecto de sorpresa y descoloque del lector, Dicker no riza demasiado el rizo.

No hay duda que hay que leerlo y que no pasará inadvertido, pero me quedo con un sabor agridulce cuando escribo esta reseña.

  

El sol de los Scorsa

Laurent Gaudé
Salamandra

Contraportada


Desde finales del siglo XIX hasta el presente, varias generaciones de una misma familia encaran afrentas y desafíos en el pequeño pueblo de Montepuccio, encaramado junto al mar, entre colinas y olivares calcinados por un sol inmisericorde. Una fatídica tarde de verano, de la unión ilícita de un malhechor de poca monta y una madura solterona nace Rocco Scorta Mascalzone, y con él, una estirpe condenada a la deshonra y el oprobio. Aunque los inolvidables Carmela, Giuseppe, Domenico y Raffaele viven en la pobreza, siempre obligados a empezar de nuevo, se transmiten con orgullo la mísera herencia que les deja la vida. Con excepción de la modesta expenduría de tabaco familiar, su riqueza es intangible; la componen los recuerdos comunes, una insaciable sed de vivir y una rara capacidad para guardar secretos, que los hace infinitamente fuertes y poderosos.   Con ecos de la mitología y la tragedia griega, y reminiscencias de autores como Carlo Levi y Elio Vittorini, El sol de los Scorta es una novela profundamente humanista, que examina los misteriosos vínculos que se establecen entre el destino, los seres humanos y la tierra que los vio nacer.

Mi comentario
Estamos ante el Premio Goncourt de 2004 y eso ya es una garantía, En un principio lo elegí precisamente por este hecho igual que elegí a la reseña siguiente. Pero oh! sorpresa! me he encontrado con una obra perfecta, una novela en la que no sobra ni una sola palabra y en la que cada una está en su lugar adecuado. Lo he disfrutado muchísimo.
Laurent Gaudé es una de las más destacadas figuras de la literatura francesa y aquí cuenta la historia de una saga italiana de un pueblecito colgado sobre los acantilados de la Apuglia. Un lugar abrasado por un sol inclemente en el que "los lagartos sueñan con ser peces y las piedras no pueden reprochárselo". Un lugar de gente pobre, dura, primitiva que se contenta con vivir como sus padres y sus abuelos, trabajando como esclavos de sol a sol con el sudor como única recompensa.
A pesar toda esta dureza, la historia de Gaudé está llena de sensibilidad y ternura. Sus personajes siguen su destino pero luchando en cada instante por mantener a los suyos. 
No es una historia nueva. Hay otras muchas que hablan del sur, de su locura y de su belleza. Pero ésta es especial. Os lo aseguro.
Si os la perdéis, os equivocaréis.

Antigua Luz

John Banville
Alfaguara

Contraportada

«Billy Gray era mi mejor amigo y me enamoré de su madre. Puede que amor sea una palabra demasiado fuerte, pero no conozco ninguna más suave que pueda aplicarse»
Alexander Clave es un viejo actor de teatro que recuerda su fugaz e intenso primer amor. Un rodaje cinematográfico le llevará a intimar con una joven y popular actriz cuya vida se ha asomado al abismo y al inesperado hallazgo de respuestas acerca del destino final de las mujeres que marcaron a fuego su vida.

 Mi comentario
John Banville (1945) es uno de los mejores escritores irlandeses del momento y fue galardonado con el Premio Austríaco de literatura europea, candidato al de Principe de Asturias y Premio Booker en 2005. Con el psedónimo de Benjamin Black ha escrito algunas de las mejores novelas negras que he leído. "Antigua luz" ha merecido tantos elogios de la crítica que no he podido resistirme a leerla y reseñarla.
La trama elegida por Banville no es demasiado complicada. Tres escenarios: Primero, el juvenil idilio del quinceañero con la señora Gray, la madre de su mejor amigo. Segundo, el actual matrimonio del protagonista con Livia y el drama que representó para ellos el suicidio de su hija Cass en los acantilados de un puerto de Liguria. Tercero, el rodaje de su primera película. Un biotópic sobre un oscuro personaje llamado Axel Vander del que se ignora casi todo. 
Los tres escenarios no se desarrollan cronológicamente, sino que se intercalan constantemente en la narración (como era de esperar).
Escrito en primera persona como si el protagonista hablara confidencialmente al lector, el libro nos presenta los personajes pero con un cierto grado de ambigüedad. ¿Sucedieron los hechos como se narran o la memoria es un espejo deformante que recrea estos hechos a gusto del narrador?. Banville se inclina por la segunda hipótesis. Los recuerdos son en gran medida trampantojos pintados por nuestros sentimientos y angustias más que otra cosa.
No me extraña lo más mínimo que Javier Marías nombrara a John Banville como Duque del Reino de Redonda como muestra de su admiración ya que la literatura que plasman ambos sobre el papel, tiene muchas cosas en común, sobre todo este cuestionarse continuamente el propio discurso del narrador y darle vueltas y más vueltas.
Es esta una novela mucho más compleja de lo que aparece a simple vista. El dolor a la pérdida del ser querido (por la ruptura, en el caso de Alex adolescente, por la muerte, en el caso de Alex por el suicidio de su hija, también por la muerte del padre en el caso de la actriz Dawn Devonport) es el tema musical de fondo de todo el relato. El dolor y el deseo desgarrador de intentar recuperar lo perdido, cuando se es consciente de que este deseo jamás será realidad.
Un último apunte. Me ha sorprendido un poco la tradicional moralina católica que impregna el pensamiento de muchos de los personajes. Algo que no suele ser corriente en la literatura actual anglosajona. ¿Un rasgo de irlandés papista?.

 

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