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jueves, 18 de julio de 2013

Entrada número (23)

Pálido Criminal (Berlin Noir 02)

Philip Kerr
RBA Libros

Contraportada


Berlín, 1938. El ambiente se ha enrarecido en Alemania. Desde la ascensión al poder del Partido Nazi, las frías calles berlinesas que Bernie Gunther tan bien conoce están repletas de señales que conducen al país hacia el odio, el terror y quizá la guerra. El detective Gunther, antiguo agente de policía, se verá obligado a reincorporarse al cuerpo y colaborar con unas autoridades que detesta tanto como teme. Aunque lo que preocupa a sus superiores no es banal: un criminal anda suelto, violando y asesinando a inocentes muchachas de raza aria, sin que nadie consiga darle caza. Pero ¿qué sucederá cuando Gunther descubra que en el caso están implicados varios miembros de las SS, entre quienes figura nada más y nada menos que el mismísimo Heinrich Himmler?
Mi comentario
Esta es la segunda entrega de la serie "Berlin Noir" de Philip Kerr. Si en la primera el ambiente era el del Berlin nazi de las Olimpiadas, en éste estamos en 1938 en los días previos a la invasión de los Sudetes checos y de la "Noche de los cristales rotos".


El pogromo de la Kristallnacht [Noche de los Cristales Rotos] del 9 y 10 de noviembre de 1938 tuvo como resultado 100 judíos muertos, 177 sinagogas reducidas a cenizas y 7. 000 establecimientos judíos destruidos. Se ha calculado que la cantidad de cristal destruido fue igual a la mitad de la producción anual de vidrio de Bélgica, país de donde había sido importado. Se calculó que los daños alcanzaban cientos de millones de dólares. En los casos en que el seguro pagó sumas de dinero a los judíos, estas fueron confiscadas como compensación por el asesinato del diplomático alemán, Von Rath, en París. Esta multa ascendió a 250 millones de dólares el equivalente a 1.000 millones de marcos alemanes de la época. Fue el principio del Holocausto.
Philip Kerr, con su amarga ironía, nos introduce en este angustioso ambiente mediante la investigación de una serie de asesinatos de adolescentes arias.
Cuando comentaba su anterior novela, terminé apuntando que se había dejado un cabo suelto. Un tema importante sin resolver y me preguntaba si en la siguiente, o sea en ésta, terminaría por atarlo del todo. Así ha sido aunque no la solución no me satisfaga precisamente.
Repito lo mismo que en la ocasión anterior. Esta es una serie original que vale la pena leer y más en verano.


La soledad de los números primos

Paolo Giordano
Salamandra


Contraportada


Como introducción a esta excepcional novela, dejemos al texto hablar por sí mismo: «En una clase de primer curso Mattia había estudiado que entre los números primos hay algunos aún más especiales. Los matemáticos los llaman números primos gemelos: son parejas de números primos que están juntos, o mejor dicho, casi juntos, pues entre ellos media siempre un número par que los impide tocarse de verdad. Números como el 11 y el 13, el 17 y el 19, o el 41 y el 43. Mattia pensaba que Alice y él eran así, dos primos gemelos, solos y perdidos, juntos pero no lo bastante para tocarse de verdad.» Esta bella metáfora es la clave de la dolorosa y conmovedora historia de Alice y Mattia. Una mañana fría, de niebla espesa, Alice sufre un grave accidente de esquí. Si la firmeza y madurez con que este joven autor desarrolla el tono narrativo impresiona y sorprende, no menos admirable es su valor para asomarse sin complejos, nada más y nada menos, a la esencia de la soledad.

Mi comentario
Paolo Giordano con tan sólo veintiséis años, es licenciado en Física Teórica y ésta es su primera novela. Ha sido galardonada con el premio Strega 2008. Dos años después se filmó el guión bajo la dirección de Severio Constanzo aunque, al contrario de lo que ocurrió con la novela, no tuvo mucho éxito de público.
Lo mejor de esta novela es la metáfora de los números primos gemelos. Por lo visto estos números no sólo están condenados a la soledad, sino que también lo están a la automarginación  y son algo siniestros. Están solos porque quieren estar solos.
A diferencia de los números (los pobres nacieron así, primos y gemelos) Mattia y Alice se convirtieron en numeros primos por accidente o, mejor dicho, por, como dice el autor, por "el peso de las consecuencias". En un momento de su niñez hicieron algo y las consecuencias de este acto marcará indeleblemente sus vidas.
Mattia y Alice son como dos planetas que giran eternamente uno alrededor del otro sin poderse tocar jamás. Pura mecánica, conservación de la energía, momento angular.
Paolo Giordano ha expuesto muy bien a estos dos trágicos y algo angustiosos personajes en un texto en el que no trata de que el lector se identifique con ellos. Tampoco que los comprenda, sino que acepte solamente que son así de raritos. Pero me temo que, al final el sabor que queda es algo amargo.


El sendero en el bosque

Adalbert Stifter
Impedimenta


Contraportada


«Hay que advertir que el señor Tiburius, de joven, era un gran mentecato.» Estas palabras son la carta de presentación del neurasténico, solitario y misántropo Tiburius Kneight que, hastiado de todo e instalado en una vida de lujo e indolencia, decide visitar un balneario siguiendo los consejos de un doctor algo chiflado que nunca receta medicamento alguno a sus pacientes. Porque, ¿quién creería a un doctor que prescribiera un paseo por un bosque, una caja de lápices, un cuaderno de dibujo, una cesta de abedul y una campesina que recoge fresas?
Mi comentario
Por esta vez abandono alegremente las oscuras tramas de la novela negra o las recargadas descripciones de la literatura moderna para tomar una obrita sencilla, de lenguaje directo, sin flash-backs, sin grandes conflictos generacionales o retorcidos argumentos. Como dice la promoción de la editorial (esta vez sí que estoy de acuerdo con ella) "Narrada con sencillez y frescura, El sendero en el bosque es un sorbo de agua de fuente en un día de calor. Un libro lleno de inocencia y sobriedad, pero también de una profunda sabiduría no exenta de destellos de mordacidad, para paladares acostumbrados a los mejores vinos."
El autor, Adalbert Stifter, nació checo cuando Chequia era parte del Imperio Astrohúngaro y tuvo una vida bastante tristre malviviendo como profesor de niños ricos en Viena. Curiosamente, en esta obrita, que fue alabada nada menos que por Thomas Mann, no se refleja ninguna de las penalidades y sinsabores que vivió su autor. Por el contrario, es una gozada de simplicidad. Como un cuento refrescante.

  Palmeras en la nieve

Luz Gabás
Maeva


Contraportada


Es 1953 Kilian abandona la nieve de la montaña oscense para iniciar, junto a su hermano Jacobo, el viaje hacia una tierra desconocida, lejana y exótica, la isla de Fernando Poo. En las entrañas de esa isla exuberante y seductora, le espera su padre, un veterano de la finca Sampaka, el lugar donde se cultiva y tuesta uno de los mejores cacaos del mundo.
En esa tierra eternamente verde, cálida y voluptuosa, los jóvenes hermanos descubren la ligereza de la vida social de la colonia en comparación con una España encorsetada y gris; comparten el duro trabajo necesario para conseguir el cacao perfecto de la finca Sampaka; aprenden las diferencias y similitudes culturales entre coloniales y nativos; y conocen el significado de la amistad, la pasión, el amor y el odio. Pero uno de ellos cruzará una línea prohibida e invisible y se enamorará perdidamente de una mujer.
Su amor por ella, enmarcado en unas complejas circunstancias históricas, y el especial vínculo que se crea entre el colono y los nativos de la isla, transformará la relación de los hermanos, cambiará el curso de sus vidas y será el origen de un secreto cuyas consecuencias alcanzarán al presente.
En el año 2003, Clarence, hija y sobrina de ese par de hermanos, llevada por la curiosidad de quien desea conocer sus orígenes, se zambulle en el ruinoso pasado que habitaron Kilian y Jacobo y descubre los hilos polvorientos de ese secreto que finalmente será desentrañado.


Mi comentario
Luz Gabás es actualmente la alcaldesa de Benasque. Un maravilloso municipio oscense que visité hace años y me encantó. Además de alcaldesa es licenciada en filología inglesa y ha vivido en California. Esta es su primera novela y está basada, según propia confesión, en experiencias de su familia.
Quisiera, en este caso, diferenciar dos aspectos. Uno es el continente, el decorado en donde se desarrolla la acción y el otro es el contenido en sí.
En cuanto al decorado, la Isla de Fernando Poo y lo que se llamó la Guinea española, debo decir que fue lo que me atrajo de esta novela en un primer momento. No hay muchas obras que traten el tema del colonialismo español en la década precedente. Quizás "El tiempo Entre costuras" de María Dueñas es el título que a todos nos viene a la cabeza. Pero no recuerdo otro.
Los que nacimos en la década de los cuarenta recordamos perfectamente que hubo una "provincia española" en el África que se llamaba Guinea Ecuatorial. Incluso muchos convivimos en un colegio religioso con otros niños "morenos" con extraños apellidos como Ndongo o Endonga o Mba. Dudo que mis hijos tengan conciencia de su existencia y menos de lo que ocurrió allí antes y después de su independencia y no creo que en los libros de historia de mis nietos se cite siquiera su existencia.
Salvo algún caso (que en estos momentos no se me ocurre) España ha llevado bastante mal el tema de la colonización y peor el de la independencia de estas colonias. La mejor prueba de ello es que los países que fueron colonias inglesas, por ejemplo, tras su liberación mantuvieron las estructuras administrativas y funcionales de sus colonizadores (porque eran más eficaces) y también forman parte de una institución como la Commonwealth que los vincula a todos. Evidentemente ese no es nuestro caso.
Lo de la descolonización de Guinea Ecuatorial, como la del Sahara Occidental, fueron procesos desastrosos cuyas consecuencias aún perduran para desgracia de sus habitantes. La Madre Patria fue, en realidad una madrastra de cuento de miedo.
En la novela que nos ocupa, la autora ha demostrado que conoce perfectamente cual era la vida y las circunstancias en que ésta de desarrollaba en los últimos años de este "provincia" casi desconocida. En este sentido, el que se interese por las costumbres, los ritos, las creencias, y la economía de lo que fue Guinea Ecuatorial, gozará de su lectura.
Cosa distinta es la trama novelesca que Luz Gabás ha ideado para este escenario tan bien descrito y trabajado.
La novela tiene una buena entrada. Directa, impactante, atrayente. Como tiene que empezar una novela.
A partir de ahí y durante la primera parte de la obra, la trama discurre con excesiva lentitud y pesadez. Si el lector logra resistirse a la tentación de dejar el libro en la estantería, quizás no se arrepienta. O sí. No lo tengo claro.
No puedo dejar de pensar que la historia que cuenta esta novela tiene demasiados puntos en común con un guión televisivo de estos de sobremesa con amores imposibles, hijos ignorados, malos malísimos y buenos bobalicones.



 





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