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sábado, 30 de junio de 2018

Puerto escondido. María Oruña

Puerto escondido
Maria Oruña

Oliver, un joven londinense con una peculiar situación familiar y una triste pérdida, hereda una casona colonial, Villa Marina, a pie de playa en el pueblecito costero de Suances, en Cantabria.
 En las obras de remodelación se descubre en el sótano el cadáver emparedado de un bebé, al que acompaña un objeto que resulta completamente anacrónico.
 Tras este descubrimiento comienzan a sucederse, de forma vertiginosa, diversos asesinatos en la zona (Suances, Santillana del Mar, Santander, Comillas), que, unidos a los insólitos resultados forenses de los cadáveres, ponen en jaque a la Sección de Investigación de la Guardia Civil y al propio Oliver, que inicia un denso viaje personal y una carrera a contrarreloj para descubrir al asesino.

Primera novela de la serie protagonizada por la teniente de la Guardia Civil Valentina Redondo

Maria Oruña parece que sigue la exitosa senda iniciada por Dolores Redondo (con su trilogía del Baztán) y Eva García Sáez de Inturi (con su trilogía de la Ciudad Blanca). Las tres autoras mezclan inteligentemente las bellezas y misterios de sus tierras (Navarra, Euskadi y ahora Cantabria) con una trama policíaca que siempre hunde sus raíces en el pasado. Son esquemas muy parecidos: una investigación policial que va desarrollándose con más o menos sorpresas y trucos para mantener la atención del lector capítulo a capítulo y paralelamente, una historia antigua, un drama (o un melodrama en ocasiones) que pone en marcha mecanismos imparables de venganza o de odio que acaban en los crímenes en el tiempo real actual.

Y parece que funciona en líneas generales.

Dolores Redondo sigue siendo imbatible en las listas de ventas porque fue la primera en inaugurar la trama y, (no hay que olvidarlo) es una muy buena escritora de novela negra.

Tampoco es manca Eva García y habrá que ver cómo marcha la trilogía de María de Orduña que, además de "Puerto escondido" sigue la serie de Valentina Redondo y Oliver, su pareja, con "Un lugar a donde ir" y "Donde fuimos invencibles"

Centrándonos en "Puerto escondido" hay que remarcar que es una novela fácil de leer, bastante aditiva y que creo que tendrá un éxito de ventas entre un determinado sector de lectores (sobre todo lectoras).
Hay algunas situaciones y detalles que chirrían algo.
Ya han visto en la sinopsis de la editorial que todo arranca con el descubrimiento de un cadáver momificado de una recién nacida (eso del género lo pongo yo) y junto a él hay un "objeto". El objeto es nada menos que una pequeña figurilla mesoamericana del dios azteca Tlaloc. Este descubrimiento insólito y la razón del por qué estaba junto al cadáver, consume muchas páginas, como es natural. La pinta del personaje es bastante escalofriante:

Luego resulta que todo ésto del objeto está tomado por los pelos y la persona que la puso ahí no era consciente de que acompañaba al pequeño cadáver con el dios de la lluvia azteca y mucho menos que su máscara adornaba uno de los palacios de Santillana del Mar. El otro detalle que confunde algo al lector es lo complicado del árbol genealógico de los personajes principales. Llega un momento que, como en las novelas radiadas de los años sesenta que tanto gustaban a mi madre, uno no sabe de quién es hijo o quién es el hermano. Creo sinceramente que, con los mimbres con los que contaba María Ortuña no hacía falta crear una historia tan complicada. Pero sobre ésto caben opiniones más doctas que la mía. Igual el atractivo de estas novelas negras son esos giros tan complejos de la trama.

Como antes he señalado, el esquema de estas novelas se basa en dos escenarios: el pasado y el presente. Aquí el pasado se refleja en un diario que escribe una de las protagonistas. Es la parte mejor de la novela. Los personajes están bien perfilados y sus conductas y sentimientos están cuidadosamente expresados. En capítulos alternos se va  desarrollando el momento presente, principalmente la investigación policial de una serie de asesinatos por parte del equipo de la Teniente de la Guardia Civil Dolores Redondo. Parece como si esta parte la hubiera escrito otra autora. O que primero se escribió el diario (que es la base de todo) y luego la investigación policial. En esta parte los personajes están muy sumariamente dibujados y la protagonista no acaba de empatizar con el lector. Los diálogos son insustanciales e incluso se descuida la sintaxis de la escritura. Como si esta parte se hubiera hecho deprisa y corriendo.

Claro que es muy posible que, cuando la lean, no estén de acuerdo con estas anotaciones. Porque lo cierto es que la novela es de estas que no puedes abandonar aunque se pillen las tres de la madrugada.

Así que no hagan demasiado caso de los pocos puntos negativos de esta reseña y disfruten de su lectura.

Yo por lo menos me propongo leer las dos novelas que la siguen

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