Media vida
Care SantosEn pleno verano del año 1950 cinco chicas adolescentes internas en un colegio de monjas juegan juntas por última vez a «Acción o Verdad» o, como ellas lo llaman, el juego de las prendas. Dos de ellas, las gemelas Viñó, están a punto de empezar una nueva vida, llena de interrogantes, lejos de allí. La ocasión es especial y lo saben, pero ninguna espera que esa noche se convierta en un punto de inflexión para alguien más y que sin siquiera imaginarlo acabe marcando su camino para siempre. A través de las vidas de cinco amigas a lo largo de treinta años, Care Santos retrata a una generación de mujeres que tuvieron que construir sus destinos en un momento en que la hipocresía de aquellos que querían mantener las formas a cualquier precio se enfrentó a nuevas miradas sobre la amistad, el amor y la libertad...............................................................................
Me habían hablado muy bien de esta novela que obtuvo el Premio Nadal de este año. El que me lo aconsejó, un buen lector y ecritor en sus ratos libres, añadió que "es una novela de mujeres. Muchas mujeres. Pero no es verdad que existan las novelas para mujeres, sino sólo novelas buenas, mediocres y malas. No debes dejarte llevar por prejuicios aunque sea un pemio." . Le hice caso y la leí en esta Semana Santa de un tirón. Cuando terminé lo primero que pensé fue lo siguiente: ¿Podría haber escrito esta novela un hombre?. Sí. ¿por qué no podría hacerlo?. ¿Es tan difícil sintonizar con el pensamiento o el sentimiento de una mujer?. No tengo ni idea porque me temo que no exista tal cosa. Cada mujer es diferente. El mejor ejemplo son las cinco (más una, Ramona Claramunt, la comunista amiga de Julia) protagonistas. Care Santos ha buscado cinco arquetipos con ropajes literarios para hacerlos más reales pero son eso: arquetipos con los que el lector se identifica fácilmente y con los que simpatiza u odia desde el capítulo inicial en donde se desarrolla el inicio de la tragedia cuyas consecuencias llegaremos a conocer al final de la novela, treinta años después. Pero hay que tener cuidado con los arquetipos porque es fácil que se conviertan en caricaturas: el arzobispo lúbrico embarazador de criadas y protegido por monjas; monjas ultramontanas con mentalidad de carceleras y homicidas por omisión al dejar morir a una parturienta porque "había pecado"; señoras bien que no se quieren enterar de nada que pueda afectar a su estética dorada; mujeres que presumen de desmadre sexual y en el fondo son conservadoras; casadas que se someten a diario al "débito conyugal" pero que han de descubrir el orgasmo en la cebolla de la ducha...etc. etc. etc.
Es una novela en la que muchas mujeres podrán reconocerse (si han nacido tras la guerra) o podrán ver similitudes con sus madres, tias, etc. (si han nacido en los ochenta). La trama es muy sencilla: cinco chiquillas de diecisiete años, encerradas, en todos los sentidos, en un colegio de monjas paulinas juegan a algo peligroso sin medir las consecuencias y el cambio que puede producir en sus inmaduras vidas. Pasan treinta años y la autora las vuelve a reunir en una cena. Eso ya lo habíamos visto antes, ¿no es cierto?. Al describirnos cómo encara cada una esta reunión, nos explica qué ha sido de sus vidas en esos treinta años.
Una de ellas fue la causante de mucho dolor en la vida de otra. Lo que el lector se pregunta a lo largo de todo el texto es: ¿puede Julia perdonar lo le que hizo Olga?.¿Qué le dirá cuando se reencuentren treinta años después?.
Care Santos echa mano de una frase del filósofo catalán Joan-Carles Mèlich "Sólo puede perdonarse lo imperdonable". Una hermosa cita.
Muy decepcionante. Mediocre
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