On, Off. Colleen McCullough

On, Off

Colleen McCullough

El cuerpo de una mujer es hallado en uno de los centro de investigación neurológica más reputados del mundo. Es la primera víctima de una serie de asesinatos que tendrán lugar en el estado Connnecticut. El teniente Delmonicco se hace cargo del caso, y tendrá que actuar con rapidez para evitar futuros asesinatos. Todo apunta a que se trata de un asesino en serie, tal vez un miembro del centro. Son varios los investigadores que despiertan sus sospechas, por lo que Delmonicco solicitará la ayuda de la directora del centro para resolver el enigma.

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Hace bastantes años que descubrí a Colleen McCullough y su extensa saga sobre la figura legendaria de Julio César. Aquella colección de libros (que les recomiendo vivamente si les gusta la historia novelada o los primeros pasos del Imperio romano) me dió una nueva perspectiva del personaje y de su entorno. ¡Ya podía enterrar en el desván la pesadez de la Guerra de las Galias y realmente vivir el ambiente apasionante que rodeó un ser controvertido pero fascinante.!

Lo que no sabía es que Colleen McCullough también escribía novela negra. No es nada extraño en mí que desconozco mucho más de lo que creo conocer. Sí. Debiera haberlo sabido mucho antes.

La novela es la primera de una serie de cinco novelas publicadas entre 2006 y 2013 en la que el protagonista es el teniente de policía de Connecticut Carmine Delmónico. Su vida literaria amanece en 1965 con el caso de esta novela.

Son muchas novelas del género que se desarrollan a mediados de los sesenta en Estados Unidos. Infinidad. La inmensa mayoría están escritas en la misma época en que se desarrolla la acción literaria. Escribir narrando el ambiente del momento presente debe ser más fácil (supongo) que recrear todos los detalles de aquella época escribiendo en 2006.

¿Qué avances forenses, criminalísticos, policiales, tecnológicos había a mediados de los sesenta?. 
Lo que es seguro es que si Carmine Delmónico hubiera tenido teléfonos móviles, análisis secuenciales del ADN, ordenadores, GPS, etc. etc. hubiera identificado mucho antes al increíble asesino en serie de adolescentes mulatas y negras que preside toda la atención y la tensión emocional de la novela. Pero ahí está la gracia de la autora que, con los medios reales que existían en aquel momento, consigue que Carmine lleve a buen puerto la investigación.

El segundo gran acierto de la autora es el final (que, por cierto, nos revela el por qué del título; cosa que nos inquieta a lo largo de toda la novela) que es increiblemente imaginativo y en el que Delmónico no tiene nada que ver.

Lástima que, por razones que no vienen al caso, tenga en estos momentos poco tiempo para leer más novelas de la saga.