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viernes, 29 de noviembre de 2013

Entrada 37

Una verdad delicada


John Le Carre
Plaza y Janés

Contraportada
Esta es la última novela del más célebre de los escritores de espías. Se presentó la pasada primavera coincidiendo con el 50 aniversario de la primera de la serie: "El espía que surgió del frío".

Kit Probyn, oficial veterano del Foreign Office, ha sido apartado de los asuntos de importancia en los últimos años a causa de la enfermedad de su mujer. Inesperadamente, su jefe le ordena que viaje a Gibraltar para ser testigo oficial del gobierno británico en su intento por impedir la venta de armamento a un grupo terrorista. Después de la intervención, supuestamente exitosa, Kit es destinado a un cómodo puesto en el Caribe y recibe el título honorífico de Sir de manos de la reina. Ahora vive jubilado en Cornwell y es aquí donde tres años después recibe la visita de uno de los compañeros que participaron en la operación. Lo que le cuenta le hace dudar totalmente de lo que pasó aquella noche. Kit, escrupulosamente honesto, vive atormentado por su conciencia y por los dictámenes contradictorios de los que le rodean.

Una novela sobre un dilema moral, la culpabilidad personal, el atrevimiento y un amor inesperado

Comentario


Como en todas las novelas de Le Carré, el lector tarda un tiempo en poderle hincar el diente y navegar entre diálogos alambicados y llenos de florituras como “me temo que…”, “si me permite decirlo…”, “si me permite el atrevimiento…”, etc. Etc. Pero poco a poco uno va enterándose de qué va la historia.
En anteriores novelas habíamos visto a John Le Carré fustigar sin tapujos a la industria farmacéutica o a la banca financiera. Aquí le ha tocado a la industria armamentística.
Se elige a un oscuro diplomático a las puertas de su jubilación como tapadera de una acción “extractiva” (o sea, secuestrar) a un supuesto terrorista en tierras británicas (Gibraltar) pero la acción la llevan a cabo mercenarios norteamericanos con el apoyo de tropas de Reino Unido que, en realidad no existen. Un lío y un fiasco total en donde lo único que queda son dos cadáveres inocentes.
El protagonista de la novela, Kit Probyn, es tan incauto que no se entera de qué va la película. Acepta un puesto de Alto Comisario de la Reina en una isla del Caribe, se jubila y aquí paz y después, gloria.
El problema, el nudo de la cuestión, es que tres años después de su intervención en Gibraltar, se entera de que ha habido “daños colaterales” y que la cosa no ha sido tan heroica como le han vendido. Y, como es un pardillo que se cree lo del Estado de Derecho y todo eso, trata de poner las cosas en su sitio.
Pero no cuenta con la estupidez humana.
Me ha encantado un párrafo al respecto:

“Y a renglón seguido, en sus divagaciones, pasó a rebatir la grandilocuente afirmación de que la estupidez humana era aquello contra lo que los propios dioses luchaban en vano, postulada por Friedrich Schiller. No era así, (…), y no debía servir de excusa a nadie, fuera un dios o un hombre. Aquello contra lo que luchaban en vano los dioses y todo humano sensato no era la estupidez. Era la pura indiferencia, la desconsiderada y maldita indiferencia ante los intereses de cualquiera excepto los propios.

No les digo cómo termina porque el final es lo mejor.
Aconsejable.






Y las montañas hablaron

Khaled Hosseini
Editorial Salamandra

Contraportada
La decisión de una humilde familia campesina de dar una hija en adopción a un matrimonio adinerado es el fundamento sobre el que Khaled Hosseini ?autor de las inolvidables Cometas en el cielo y Mil soles espléndidos? ha tejido este formidable tapiz en el que se entrelazan los destinos de varias generaciones y se exploran las infinitas formas en que el amor, el valor, la traición y el sacrificio desempeñan un papel determinante en las vidas de las personas. La historia arranca en una remota y desolada aldea de Afganistán, donde Sabur y su segunda mujer se enfrentan en condiciones precarias a la llegada de otro invierno implacable. Abdulá, el hijo mayor, de diez años, ha cuidado de su hermana Pari desde que era pequeña, y ahora ambos escuchan cautivados la triste historia que les relata su padre antes de acostarlos, la víspera de iniciar un largo viaje que los conducirá hasta Kabul. Allí, en las bulliciosas calles de la capital, dará comienzo este fascinante itinerario que guiará al lector desde el otoño de 1952 hasta el presente, de Kabul a París, desde la isla griega de Tinos hasta San Francisco. Seis años después de la publicación de su anterior novela y superados los 38 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo, Khaled Hosseini vuelve a demostrar su inmenso talento para narrar historias con valor universal y su inagotable capacidad para crear personajes que nos resultan asombrosamente cercanos y auténticos.

Comentario

Elegí esta obra porque sigo un club de lectura en Facebook que la ha elegido este mes. Si se animan a inscribirse, aquí encontrarán la dirección.

Khaled Hosseini nació en Kabul de padre diplomático y madre profesora de farsi e historia. A los cinco años, por razón del trabajo del padre se trasladan a Teherán y luego a Paris. Ya no volverían a su país. En 1980 recibieron asilo político en Estados Unidos, en donde Hosseini se doctoró en medicina.

Mientras hacía las prácticas, empezó a escribir su primera novela, “Cometas en el cielo”, que se publicó en 2003 con gran fortuna ya que ha sido traducido a 48 idiomas. Al año y medio del éxito de este primer libro, Hosseini dejó la medicina para consagrarse a la literatura. Cometas en el cielo fue llevada al cine con el mismo nombre en 2007 por el director Marc Foster. Su segunda novela, “Mil soles espléndidos” (2007) repitió el éxito de la anterior. La tercera,”Y las montañas hablaron” , es, según la crítica anglosajona, la mejor-

El eje de la novela es la historia de Abdulà y su hermana Pari a la que sus padres vendieron al rico matrimonio Wahdati cuando era sólo un bebé. No obstante, Hosseini estructura la novela en varios capítulos y, cada uno de ellos, es una subtrama de este eje principal. Así conocemos las historias de Suleiman Wahdati, de su esposa Pari, del cocinero y chofer Nabi, tío de los niños que facilita la “adopción” y de una serie larga de personajes secundarios respecto al eje central, pero que tienen sus propias vidas y conflictos.
Algunas de estas pequeñas historias son brillantes. Otras, para mí, hubieran podido suprimirse sin que ello afectara a la narración, como es el caso de todo el capítulo 7.
La multiplicidad de personajes, sus familias, sus éxitos y fracasos a lo largo de la vida, le permiten a Hosseini profundizar en un conjunto de figuras muy reales y humanas que conmueven al lector.

Cincuenta y seis años después de la separación de los dos hermanos, vuelven a encontrarse ya en Estados Unidos. Las condiciones del reencuentro son muy especiales y no voy a revelarlas aquí. Pero me han impresionado profundamente.

Hosseini hubiera podido echar más drama bélico en una historia de Afganistán que transcurre desde 1952 a 2011. En un país en donde “suceden mil tragedias por kilómetro cuadrado”. Sin embargo no lo hace. Toca el tema de los numerosos conflictos como de pasada y en tanto en cuanto afectan a los personajes. Por ejemplo, una chica, Thais que tiene la cara destrozada y debe llevar una máscara, no sufrió el accidente en una batalla entre talibanes, sino por los mordiscos de un perro.

Al terminar la lectura he pensado: “¿Veré una película de esta novela como ha ocurrido con la primera de Hosseini?”. Apostaría a que no, porque, o bien desaparecen muchos personajes y situaciones (con lo que la historia perdería gran parte de su fuerza dramática) o sería carísima de producir.

Se la recomiendo.

Martes con mi viejo profesor

Mitch Albom
Maeva

Contraportada
Martes con mi viejo profesor es el emocionante relato de los encuentros del periodista Mitch Albom con su antiguo profesor Morrie Schwartz, gravemente enfermo, todos los martes.
Durante estos encuentros Albom tiene la oportunidad de hacer a su profesor las grandes preguntas que siguen inquietándole y hallar consejo, aliento y energías para empezar de nuevo.
A pesar de que a Morrie Schwartz le queda poco tiempo de vida y de que la enfermedad le impone un doloroso calvario, el viejo profesor no ha perdido su ironía, ni tampoco las ganas y la capacidad de enseñar, de escuchar y de comprender, y se convierte en un muy valioso consejero y mentor de Mitch Albom

Comentario 
Debe enterderse este libro en sus justos términos ya no es ni una novela, ni un ensayo de autoayuda, aunque pueda tener similitudes con los dos. Es fundamentalmente un trabajo periodístico de Mitch ALbon en el que reseñan las enseñanzas de Morrie Schwartz, un profesor de sociología, aquejado de la ELA (Esclerosis lateral amiotrófica) en sus últimas semanas de vida.
Con todo ello quiero señalar que no es una ficción, se la transcripción de los encuentros entre el maestro y el alumno en unas determinadas circunstancias vitales extremas.
Podría decirse que es un libro sobre la muerte, pero en realidad es un libro sobre cómo debiéramos vivir la vida. Una vida plena. En otras palabras: un moribundo le habla a un vivo y le dice lo que tiene que saber.

Resumo algunas frases que me han llamado la atención:

"Cada noche, cuando me duermo, me muero, y, a la mañana siguiente, cuando me despierto, renazco." Mahatma Gandhi.

Lo más importante de la vida es aprender a dar amor y a dejarlo entrar. Dejarlo entrar. Creemos que no nos merecemos el amor, creemos que si lo dejamos entrar nos volveremos demasiado blandos. Pero un hombre sabio que se llamaba Levine lo expresó certeramente. Dijo: «El amor es el único acto racional».

La verdad es que cuando aprendes a morir, aprendes a vivir. Porque la mayoría de nosotros vamos por ahí como sonámbulos En realidad, no conocemos el mundo plenamente, porque estamos medio dormidos, haciendo las cosas que automáticamente creemos que debemos hacer.
- ¿Y el hecho de enfrentarse a la muerte lo cambia todo?
- Pues, sí. Te quitas de encima todas esas tonterías y te centras en lo esencial. Cuando te das cuenta de que te vas a morir, lo ves todo de una manera muy diferente.

La verdad es que la gente de hoy no tiene cimientos, no tiene una base segura, si no es la familia. Me ha quedado muy claro desde que estoy enfermo. Si no tienes el apoyo, el amor, el cariño y la dedicación que te ofrece una familia, no tienes gran cosa. El amor tiene una importancia suprema. Como dijo nuestro gran poeta Auden, «amaos los unos a los otros o pereceréis»

Además de todas las tristezas, los jóvenes no son sabios. Tienen un entendimiento de la vida muy limitado. ¿Quién quiere vivir todos los días cuando no sabe lo que está pasando? ¿Cuando la gente te manipula, te dice que si te compras tal perfume serás guapa, o que si te compras tal par de vaqueros serás atractivo… y tú te lo crees? Es absurdo.»
Yo abrazo la vejez. Cuando creces, aprendes más. Si te quedaras en los veintidós años, serías siempre tan ignorante como cuando tenías veintidós años. El envejecimiento no es sólo decadencia, ¿sabes? Es crecimiento. Es algo más que el factor negativo de que te vas a morir, también es el factor positivo de que entiendes que te vas a morir, y de que vives por ello una vida mejor.
- Sí -dije yo-, pero si es tan valioso envejecer, ¿por qué dice siempre la gente: «Ay, si yo volviera a ser joven»? Nunca se oye a nadie decir: «Ojalá tuviera sesenta y cinco años».
Sonrió.
- ¿Sabes lo que se trasluce en eso? Vidas insatisfechas. Vidas no realizadas. Vidas que no han encontrado sentido. Porque, si has encontrado un sentido en tu vida, no quieres volverte atrás. Quieres seguir adelante. Quieres ver más, hacer más. No quieres esperar a tener sesenta y cinco años.
«Escucha. Debes saber una cosa. Todos los más jóvenes deben saber una cosa. Si estás luchando siempre contra el envejecimiento, vas a ser siempre infeliz, porque te va a llegar en todo caso.

Todo el mundo tiene prisa. Las personas no han encontrado el sentido de sus vidas, por eso corren constantemente, buscándolo.

Los tu generación me da lástima -dijo Morrie-. En esta cultura, es muy importante encontrar una relación de amor con otra persona, porque una buena parte de la cultura no nos aporta eso mismo. Pero los pobres chicos de hoy son demasiado egoístas para participar en una verdadera relación de amor, o bien se lanzan al matrimonio apresuradamente y se divorcian seis meses más tarde. No saben lo que quieren de un compañero. No saben quiénes son ellos mismos, y así ¿cómo van a saber con quién se casan?
Algunas claves del matrimonio:
·        Si no respetas al otro…
·        Si no sabes transigir…
·        Si no sabéis hablar de lo que pasa entre vosotros…
·        Y si no tenéis claro un catálogo común de valores en la vida…
Tendréis muchos problemas
El principal valor en común ha de ser la fe en la importancia de vuestro matrimonio,

Las personas sólo son malas cuando se sienten amenazadas. Y cuando uno se siente amenazado, empieza a cuidarse sólo a sí mismo.

Uno no debe saltarse las reglas pequeñas como no ir desnudo por la calle o saltarse un semáforo en rojo. Pero las cosas grandes, cómo pensamos, lo que valoramos, esas debes elegirlas tú mismo. No puedes dejar que la sociedad o la cultura lo hagan por ti. Hay que trabajar para crearte tu propia cultura.

Y así podríamos seguir, pero mejor, lo leen ustedes. Vale la pena porque te hace pensar. Y eso siempre es bueno.







No confíes en Peter Pan

John Verdon
Roca Editorial

Contraportada
Han pasado cuatro meses desde que David Gurney resolvió el caso del Buen Pastor y las consecuencias han sido terribles: se perdieron vidas y hubo carreras profesionales afectadas.
Uno de los que más ha sufrido ha sido Jack Hardwick, que violó la normativa por ayudar a Gurney. Los superiores de Hardwick pensaron que despidiéndole arreglaban todos sus problemas. En realidad, se buscaron un enemigo acérrimo. Ahora, Hardwick se propone demostrar la ineptitud de sus antiguos empleadores presentando pruebas que sirvan para revisar algunas condenas muy sonadas.
Empieza con el caso Spalter, un rico empresario y promotor asesinado en el funeral de su madre. Su infiel esposa Kay fue condenada a cadena perpetua pero Hardwick está seguro de que a la mujer le hizo la cama un detective corrupto y quiere que Gurney le ayude a probarlo.
Muy pronto Gurney se encuentra enfrentándose a un fiscal sin escrúpulos, un detective completamente corrupto, un jefe mafioso extrañamente amable y un famoso criminal griego, Petros Panikos, Peter Pan, un hombre menudo que esconde un insaciable apetito por el asesinato. Todo por alguien que, después de todo, puede que sea realmente culpable.



Comentario
John Verdon es, para mí, uno de los mejores autores actuales de la denominada novela negra. En otras entradas de este blog he reseñado sus tres anteriores novelas: “Sé lo que estás pensando”, “No abras los ojos” y “Deja en paz al diablo”. Las tres muy recomendables.
¿Por qué me gusta John Verdon?.
En primer lugar por cómo ha creado al protagonista, David Gurney. Un ex policía que se retira a una granja en el campo con su mujer, Madeleine, pero que no puede escaparse de resolver intrincadísimos casos. Pero me gusta porque tiene un lado oscuro: aunque él lo niega ante su mujer y su psiquiatra, está obsesionado con la muerte. Con “su” muerte. Esta obsesión hace que, en los cuatro casos que cuentan estas cuatro obras, el final sea un enfrentamiento directo de él con el asesino casi en plan de “Sólo ante el peligro”.
En un momento de la novela, su mujer le dice:
“Nunca trabajaste para el Departamento de Policía de Nueva York. Nunca te viste como un empleado más, como una herramienta del Departamento. Veías al Departamento como tu herramienta, algo para usar en tu propio beneficio, si no necesitabas y cuando te apetecía, para conseguir tus propios objetivos.
El departamento era tu apoyo. La disputa real siempre fue entre el criminal y tú. Era tu batalla, tu deber”.

¿Por qué David Gurney tiene esta obsesión?. Sólo diré que hay una razón en el pasado y espero que la descubran ustedes mismos leyendo los libros.

La segunda razón por la que me gustan estas novelas es por el deuteragonista. El “malo”. En las cuatro novelas hay un malo malísimo. Como no había leído en otras novelas negras. Ello hace que este duelo sea tan interesante.

Y finalmente la tercera razón es por las ingeniosas tramas que crea este autor. Tramas que te sorprenden y te dejan con la boca abierta cuando se descubre la solución.

Tras lo dicho no hace falta añadir si recomiendo “No confíes en Peter Pan”.

 

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