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martes, 17 de julio de 2018

La buena hija. Karin Slaughter

La buena hija. 

Karin Slaughter

Dos niñas son obligadas a internarse en el bosque a punta de pistola. Una huye para salvar su vida. La otra se queda atrás.
Hace veintiocho años, un crimen horrendo sacudió la feliz vida familiar de Charlotte y Samantha Quinn. Su madre resultó muerta. Su padre, un conocido abogado defensor de Pikeville, quedó roto de dolor. La familia se deshizo irremediablemente, consumida por los secretos de aquella noche pavorosa.
Transcurridos veintiocho años, Charlie se ha convertido en abogada siguiendo los pasos de su padre. Es la hija ideal. Pero cuando la violencia vuelve a cebarse en Pikeville y una espantosa tragedia azota la localidad, Charlie se ve inmersa en una pesadilla. No solo es la primera persona en llegar a la escena del crimen, sino que el caso desata los recuerdos que ha intentado mantener a raya durante casi tres décadas. Porque la sorprendente verdad sobre el acontecimiento que destruyó su familia no puede permanecer oculta eternamente.
Repleta de giros y vuelcos inesperados y rebosante de emoción, La buena hija es una novela apasionante: suspense en estado puro.

Un amigo persa que vivió muchos años en Estados Unidos me dijo un día que el principal peligro para tu integridad física en los Estados del Sur es tener un mal día con las fuerzas del orden. Lo recordé al leer esta novela porque refleja muy bien una especie de tensión constante entre la Ley con mayúsculas y el Sistema (también con mayúsculas) que supuestamente la defiende. 

No voy a engañarles. Esta es una novela de gran crudeza. Dura, directa, implacable en su desarrollo. Desde el principio cabalgas una historia que no te deja margen para el sosiego.

Pero... no la puedes dejar. 

Aparentemente el núcleo del thriller es el asesinato de un director de un colegio y una niña pequeña ejecutado por una alumna débil mental. Pero pronto descubres que no es el centro de la historia. 
El centro es una terrible tragedia ocurrida en la familia protagonista, los Quinn, veintiocho años atrás.

Como buena autora de novela negra, Karin Slaughter te induce a creer que la historia irá de cómo podrá salvarse de la ejecución esa asesina con pinta gótica. 

Pero es un espejismo. 

El eje de la novela es la relación tan especial, tan contradictoria, tan cambiante entre los cuatro componentes de la familia Quinn: Rusty, el padre, abogado defensor de marginados y carismático embaucador capaz de convencer a cualquiera de cualquier cosa; Gamma, la madre. Una científica culta incompatible con los usos y costumbres del Sur profundo. Samantha, la hija mayor, el vivo retrato de la madre y Charlotte (Charlie) la hermana menor, la "buena hija" vivo retrato del padre. 

Es lo mejor de la novela: cómo interactúan entre sí estos cuatro personajes marcados por la tragedia que ocurrió veintiocho años antes y que no tiene mucho que ver con los asesinatos en la escuela.

Slaughter juega magistralmente con estos dos escenarios: el pasado y el presente. Consigue la atención del lector que no puede dejar de seguir las distintas tramas con las que ve tejiendo la novela. Muchas veces quedas desconcertado por lo que lees. No terminas de entender por qué pasa lo que pasa. Pero la autora te va desvelando cada uno de los siete velos hasta el desenlace final que, como es costumbre en el género, no te esperas.

Karin Slaughter ha escrito muchas series de novelas negras pero, por lo que parece, ésta es la primera de una nueva serie protagonizada por Charlie, la hija menor en esta narración. Espero la continuación y no pienso perdérmela.

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