La última salida
Federico Axat
Ted es rico y tiene una familia perfecta, una
esposa y dos hijas adorables. Nadie podría imaginar el motivo que lo ha llevado
a tomar la drástica decisión de quitarse la vida.
Cuando oye sonar el timbre una y otra vez, su
primera reacción es ignorarlo y apretar el gatillo de una vez por todas. Pero
entonces descubre una nota escondida entre sus cosas; una nota con su
caligrafía que no recuerda haber escrito: «Abre la puerta. Es tu última
salida».
Al otro lado de la puerta encuentra a un
desconocido llamado Lynch, que no sólo sabe lo que Ted está a punto de hacer,
sino que le hace una propuesta difícil de rechazar: un plan para evitar que su
familia sufra ante las consecuencias devastadoras de un suicidio. Ted acepta
sin imaginar que la nota en el escritorio y la oferta de Lynch son apenas el comienzo
de un juego macabro de manipulaciones.
Alguien ha sembrado un camino de migas de pan
que Ted irá recogiendo. Alguien que lo conoce mejor que nadie, que lo hará dudar
de sus propias motivaciones y también de las personas que lo rodean.
¿Quién maneja los hilos desde las sombras? A
veces sólo podemos confiar en nosotros mismos. Y, en ocasiones, ni siquiera eso
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La frase "Nada es lo que parece" figura a menudo en las sinopsis y las reseñas de los libros. Suele significar que el autor del libro en cuestión es un poco mago de feria y nos engaña una y otra vez para provocar el Oh!!! del lector inocente.
Bueno, pues aquí en "La última salida" eso es verdad en cada capítulo. Incluso diría que sale una media de dos "desconcertantes sorpresas" por cada uno.
Al principio tuve la esperanza de que fuera una narración tipo Hichcock. Algo así como "Vértigo" o "Con la muerte en los talones". ¡Qué bien!. Pero cuando me dí cuenta de que el título "La última salida" se referia a la salida de un laberinto y que el señor Axat me iba a hacer pasar por cada uno de los vericuetos del mismo (con Minotauro incluido), se me cayó el alma a los piés.
Demasiadas sorpresas. Demasiadas cosas inexplicables e inexplicadas. Demasiados flecos sin cerrar.
Una lástima.
La frase "Nada es lo que parece" figura a menudo en las sinopsis y las reseñas de los libros. Suele significar que el autor del libro en cuestión es un poco mago de feria y nos engaña una y otra vez para provocar el Oh!!! del lector inocente.
Bueno, pues aquí en "La última salida" eso es verdad en cada capítulo. Incluso diría que sale una media de dos "desconcertantes sorpresas" por cada uno.
Al principio tuve la esperanza de que fuera una narración tipo Hichcock. Algo así como "Vértigo" o "Con la muerte en los talones". ¡Qué bien!. Pero cuando me dí cuenta de que el título "La última salida" se referia a la salida de un laberinto y que el señor Axat me iba a hacer pasar por cada uno de los vericuetos del mismo (con Minotauro incluido), se me cayó el alma a los piés.
Demasiadas sorpresas. Demasiadas cosas inexplicables e inexplicadas. Demasiados flecos sin cerrar.
Una lástima.
¡Vaya! Pues al principio de tu reseña sonaba genial lo de las sorpresas en cada capitulo (por mí, cuantas más, mejor) pero eso de tantos flecos sin cerrar no me llama demasiado, ni lo de tantas cosas inexplicables. Me suena haber visto el libro por ahí, no se donde. Al final te ha defraudado. Pues sí..., una lástima
ResponderEliminarBesos
Gracias Marian. Una cosa parecida me ha pasado con "Angel" de Sandrone Dazieri. Es el segundo libro de la serie de la Comisario Colomba. Como el primero me gustó... caí en el segundo pero ya sabes lo que dicen de las segundas partes.
ResponderEliminarUn beso