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jueves, 10 de agosto de 2017

La guitarra azul. John Banville

La guitarra azul

John Banville


El gran John Banville, Príncipe de Asturias de las Letras, en su continua búsqueda de la perfección, se desafía a sí mismo y a los lectores: su novela más esperada. «Cuando se trata de la primera vez, el robo y el amor tienen mucho en común.»
Esta es la historia de un hombre que se enamoró de una mujer con forma de chelo. Lo suficiente como para robarla. Abandonado por su musa, Oliver Orme ha dejado de pintar. Quizá ya no sea un pintor, pero siempre será un ladrón. No roba por dinero, sino por el placer casi erótico de quitarle algo a otro. Posesiones como la irresistible Polly, la mujer de su gran amigo Marcus. Cuando este robo sale a la luz, con consecuencias irreparables para Marcus, Polly, Orme y su mujer Gloria, el culpable se refugia temporalmente en el hogar de su infancia. Un viaje que le obligará a enfrentarse a sí mismo en busca de la redención. Mordaz, ingeniosa, emotiva y demoledora, La guitarra azul disecciona la naturaleza de los celos y las relaciones humanas.


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 En este último trabajo (no estoy seguro de que se trate de una novela. ¿Un ensayo sobre la naturaleza humana?l) el galardonado escritor se plantea un reto: ir más allá en la descripción de los pensamientos, sentimientos y emociones de un hombre. Y no necesariamente de un ser humano porque John Banville siempre diferencia, con el espíritu de un entomólogo, las disparidades entre hombres y mujeres, con una clara preferencia por la seguridad y firmeza de ellas.

El lector queda bastante perplejo con la técnica usada aquí por Banville.  El autor se dirige directamente al lector sin el más mínimo pudor. Como si alguien nos estuviera susurrando al oído sus pensamientos en un raudal imparable. Muchos de estos pensamientos están como a medio digerir. Eso puede darnos una idea de que Oliver, el protagonista,  es un hombre de un egoísmo extremo. Por supuesto que es así, pero debemos aceptar que, cuando uno piensa, la mayoría de sus pensamientos son precisamente sobre uno mismo. 

Oliver es o era pintor. Un pintor de cierto éxito. Pero también es un ladrón. O más bien un cleptómano porque roba cosas de poco valor material. Esta es su "filosofía ":
"Hay muchos tipos de robos desde el caprichoso hasta el planeado, pero para mí sólo cuenta uno y se trata del robo que carece absolutamente de utilidad. Los objetos que hurto deben carecer de uso práctico, por lo menos para mí. No robo para lucrarme - a no ser que ese secreto escalofrío de placer que me proporciona el hurto sea considerado una ganancia-"

Oliver está casado con Gloria. "A menudo pienso que Gloria se casó conmigo para tener siempre ocasión de reir. No quiero parecer resentido en absoluto.  Su risa no es cruel, ni siquiera hiriente.Ella me encuentra divertido no por lo que digo o hago, sino por lo que soy: un hombrecillo rechoncho, pelirrojo  y, aunque ella no lo sepa, de. manos ligeras.".

La pareja de Gloria y Oliver conocen a la pareja de Polly y Marcus. Básicamente el relato se apoya en estos cuatro seres completamente dispares y el lector debe saber que lo que ocurre entre ellos no es la sustancia del libro, sino cómo vive y siente los acontecimientos el protagonista.
Oliver se revela a sí mismo como un hombre lleno de contradicciones que navega por el mundo con la brújula hecha polvo.
El primer síntoma de este desnortamiento es que Oliver se enamora (o cree que se enamora) de Polly en una cena de los cuatro. El describe así el momento:
"Mientras miraba a Polly experimenté una repentina iluminación,  esa súbita epifanía que acontece tan a menudo en cierto instante del proceso de embriaguez.  No fue que de pronto ella me pareciese hermosa, no exactamente,  Polly irradiaba algo qje yo no habia percibido antes, algo que era suyo y de nadie más: su rotunda esencia, el verdadero ser de su ser. (...) Estoy intentando capturar la esencia del momento, aislar la chispa que iba a prender tamaño incendio de éxtasis y dolor, de malicia, daño y, sí, angustia marcusiana".

A partir de este punto asistimos a todo el drama del "robo" de la pobre Polly del desgraciado relojero. Como he dicho la historia es conocida y no tiene gran importancia, sino lo que piensa Oliver y cómo lo vive. 

Banville continuamente combina el presente con el pasado, especialmente con la niñez y adolescencia del protagonista.  Con ello logra que nos hagamos una idea de cómo de complejo es Oliver.

Banville hace todo un alarde de estilo literario y nos sorprende con un cuadro humano.en el que los sentimientos y las emociones están plasmados maravillosamente en su contradictoria complejidad. 

En un apartado final, la traductora, nos desvela que dl autor espolvorea a encondidas todo el texto de versos de Emily Brontë, de John Keats, de Wallace Stevens, de Lord Byron, de Rainer Maria Rilke... que se cuelan como un guiño al lector.

Cuando leo a Banville siempe me pregunto cómo es posible que alguien sea capaz de expresar en tan pocas palabras en apariencia simples y cotidianas semejante complejidad de sentimientos. Es una maravilla.



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