Lo último leído

martes, 12 de junio de 2018

Tiene que ser aquí. Maggie O'Farrell

Tiene que ser aquí. 

Maggie O'Farrell

Daniel Sullivan y Claudette Wells son una pareja atípica: él es de Nueva York y tiene dos hijos en California pero vive en la campiña irlandesa; ella es una estrella de cine que, en un momento dado, decidió cambiar los rodajes por la vida en el campo, la fama por el anonimato. Ambos son razonablemente felices.
Sin embargo, esta idílica vida, trabajosamente construida entre los dos, se tambaleará cuando Daniel conozca una inesperada noticia sobre una mujer con la que había perdido el contacto veinte años atrás. Este hallazgo desencadenará una serie de acontecimientos que pondrán a prueba la fortaleza de su matrimonio.
Tiene que ser aquí cruza continentes y atraviesa husos horarios siguiendo a un heterogéneo grupo de personajes durante varias décadas para trazar el extraordinario retrato de una pareja, de las fuerzas que la unen y de las presiones que amenazan con separarla. Una epopeya íntima y cautivadora sobre aquello que abandonamos y aquello en lo que nos convertimos mientras buscamos nuestro lugar en el mundo.

Hasta aquí es lo que dice la editorial Asteroide en su página web. Todo tiene que ser aquí y todo está bien. Pero la experiencia como consumidores nos ha enseñado que si preguntamos al frutero si los melocotones están su punto, siempre, siempre indefectiblemente nos dirá que sí. Que son buenísimos.

Les voy a decir mi parecer como simple lector. Primero: esta es una autora muy buena. Me entusiasmó su "Instrucciones para una ola de calor" y me apetece mucho leer "La extraña desaparición de Esmme Lennox" pero esta novela que acabo de terminar, he estado a punto de no terminarla.

Tiene un arranque fantástico, tanto desde el punto de vista del continente como del contenido. Los dos primeros capítulos obligan a que sonrías a lo largo de toda su lectura. Pero, de pronto, parece que la autora se ha propuesto que subas a la montaña. "Mis lectores no son unos simplones a los que hay que darles potitos. Tienen que hacer el esfuerzo de leerme". Algo así debe haber pensado cuando empiezan a aparecer personajes y personajes que no sabes de donde salen, que viven en momentos cronológicamente diferentes (a veces en un mismo capítulo y ¡tiene veintisiete!) y la historia es narrada desde perspectivas distintas: primera persona, tercera persona, narrador omnisciente, etc. etc. El núcleo de la novela es una especie de laberinto en el que es muy fácil perderse. Sólo hasta el final no empieza a embocar una narración que es coherente con todos los personajes y las situaciones.

Una lástima. Quizás si no hubiera alambicado tanto la narración podría apreciarse mejor lo excelente escritora que es.

No hay comentarios:

Publicar un comentario